Os traemos la reseña de Arcane, la serie de animación basada en el League of Legends de la que todo el mundo habla últimamente. Durante tres intensas semanas, cada sábado, Netflix nos ha traído tres nuevos episodios. Hasta ayer, que dábamos por finiquitada la primera temporada con nueve capítulos. Sí, primera temporada, porque hoy mismo han anunciado la segunda. Arcane parecer haber atrapado a aficionados al videojuego y a profanos por igual. En mi caso ha sido una sorpresa mayúscula y una experiencia que estaré encantado de repetir en el futuro. Solo espero que la espera no sea demasiado larga.
Sinopsis
La serie se sitúa en Piltover, ciudad del progreso y la ciencia que cuenta con una cara oscura, un distrito colindante conocido como Zaun, donde reina la pobreza, la delincuencia y la anarquía. En este lugar nacieron Vi y Powder, dos hermanas que quedaron huérfanas de pequeñas por culpa de los conflictos entre las dos partes de la ciudad. La historia comienza cuando el grupo de Vi se adentra en los barrios ricos para robar en un taller repleto de tecnología puntera. Sin embargo, algo sale mal y se produce una explosión. Las consecuencias de este accidente avivarán el conflicto entre ambos barrios, con las hermanas en el ojo de la tormenta. Al mismo tiempo, en Piltover se desatará la polémica por el desarrollo de la tecnología Hextech, tan revolucionaria como peligrosa.
Arcane: la serie de animación basada en el League of Legends
He de confesar que mi interés por Riot Games, y por el LoL en particular, quedó aparcado en un pasado bastante lejano. Es más, apenas recordaba que estaban trabajando en un proyecto animado basado en el juego. Pero precisamente por eso no había llegado a crearme expectativas, así que la sorpresa que me he llevado al encontrarme un trabajo tan bueno ha sido especialmente gratificante.
A la serie le dieron el nombre Arcane y la mención al League of Legends solo aparece como un subtítulo. Esto nos deja bastante claro que no se trata de una serie del LoL, sino una historia propia que simplemente toma prestado el universo y sus personajes, haciendo una interpretación no necesariamente precisa de su lore. Por eso, da igual que no sepas absolutamente nada sobre el juego, puedes disfrutar de la serie igualmente. Es una historia consistente por sí misma, y esta es quizás la mejor decisión que pudieron tomar.
Historia
Esta primera temporada de Arcane nos cuenta cómo surgió ese agente del caos conocido como Jinx. Es la historia de dos hermanas y de cómo las circunstancias en las que tuvieron que criarse y las desgracias que sufrieron les destrozaron hasta tal punto que una de ellas acabó perdiendo todo atisbo de la inocencia y bondad de su infancia.
No obstante, la historia no sería tan rica en contenido sin el contexto en el que tiene lugar: la escalada de la enemistad entre Piltover y Zaun. La serie nos plasma estos dos mundos como completamente opuestos, pero ambos con luces y sombras. En Piltover reina la paz, la prosperidad y el orden, pero es una sociedad clasista y elitista donde la hipocresía moral está al orden del día. En Zaun la pobreza, la violencia y la criminalidad son la norma, pero sus habitantes sueñan con una vida mejor y siguen adelante usando su ingenio, su tenacidad y la camaradería que les une.
La serie dedica muchísimo tiempo, más de lo que quizás esperaríamos en una historia basada en un videojuego de acción pura, a plasmar estos dos mundos y desarrollar el conflicto político y social que les corroe. Lo vemos en las intrigas políticas del gobierno de Piltover y en los intentos por desarrollar la tecnología Hextech, con los dilemas éticos que se derivan de ella. También en el funcionamiento de las mafias de Zaun y en la expansión del mercado ilegal de la droga Shimmer, con sus terribles consecuencias para la población. El de Arcane es un universo repleto de vida y en constante evolución.
Personajes
Si el mundo de Arcane está vivo, sus personajes lo están todavía más. Sus personalidades están construidas con coherencia y piensan, actúan y sienten con soberbio realismo. Su historia, su desarrollo, cada uno de los eventos que viven a lo largo de la serie hablan de su crecimiento personal. Puedes entender cómo llegan a ser lo que son y qué los motiva a actuar. Incluso un personaje tan excéntrico como la propia Jinx en ningún momento da la impresión de ser una chiflada sin más. Su personalidad trastornada se justifica en todo el sufrimiento que tuvo que afrontar en el pasado. La prueba la tenemos en que en ningún momento desaparecen sus conflictos internos.
Con todo, en algunos personajes he echado de menos un poco más de tiempo para pulir su desarrollo. Le pasa por ejemplo a Jayce en el último arco, que en cuestión de minutos cambia varias veces su postura con respecto a cómo actuar contra la amenaza de Zaun. Es algo que está justificado por los acontecimientos, pero ocurre en un lapso de tiempo demasiado corto. O quizás es que estaba disfrutando tanto de la serie que no quería que avanzase tan rápido…
Además, Arcane cuenta con un buen puñado de personajes originales, algunos de los cuales son tan importantes como los ya conocidos campeones del juego. A destacar Silco por lo imponente de su resolución y por lo fascinante que resulta su relación con Jinx. También Mel Medarda, un personaje espectacular en diseño y de personalidad absolutamente cautivadora.
Puesta en escena
Arcane se presenta en pantalla con una presencia sencillamente espectacular. No es solo que tenga buenas escenas de acción, es que todo en ella demuestra un trabajo y una calidad artística sobresaliente. La ambientación tiene un estilo fascinante, es ultradetallada e increíblemente inmersiva. Los diseños son otro de sus puntos fuertes. Realmente magníficos y cargados de personalidad, con detalles tan sutiles como pecas, muecas y hasta gestos corporales. Además, la dirección nos sorprende con algunos recursos muy originales, como la forma en la que representan la locura de Jinx con esos trazos pintarrajeados en las caras. Personalmente, creo que abusa un poco del slow motion, pero es literalmente la única crítica que puedo hacerle a su puesta en escena.
Como es de esperar, la serie tiene combates potentes y varias escenas de acción vibrantes. Me encantan en particular las peleas de Vi con su estilo de boxeo realista y superdinámico. Sin embargo, lo que más me ha impresionado de la animación no es eso, sino el detalle y absoluto esmero que le han dedicado a la expresividad de los personajes. Fortiche Productions fue el estudio encargado de este proyecto. La compañía tiene un estilo muy personal que combina animación 2D y 3D, y ya habían trabajado con Riot en otros vídeos animados en el pasado. No obstante, el calibre de este trabajo está a años luz.
La banda sonora no se queda atrás en absoluto. Sin embargo, quiero dedicar este apartado a hacerle una mención especial a la canción de apertura de la serie, My enemy. En cuanto la oí supe que habían escogido la opción correcta. Lo identifiqué inmediatamente como un tema de la banda de pop-rock Imagine Dragons, a quienes no puedo evitar asociar al LoL. Ellos fueron los responsables de la canción Warriors, que presentó el campeonato mundial allá por 2014, una época en la que el juego se consolidaba a nivel mundial. Es un ataque a la nostalgia en toda regla.
Conclusiones
Arcane es un trabajo titánico, hecho con una dedicación que impresiona y resulta imposible no alabar. El resultado no solo ha hecho las delicias de los aficionados al League of Legends, también ha encandilado con fuerza al público general. Las adaptaciones de videojuegos tienen cierta mala fama y yo soy uno de esos que tienden a mostrarse escépticos ante este tipo de proyectos. Por suerte, en este caso nos equivocábamos por completo.
El éxito de Arcane no solo se debe a su impresionante apartado técnico y artístico. La historia tiene mucho contenido y está bien construida pese a todos los caminos que se entrelazan en ella. El guion tiene buenos diálogos y coherencia global. Los personajes son profundos, tienen un gran desarrollo y emociones que podemos sentir como si estuviesen vivos. En definitiva, Arcane es una obra que buscaba ser buena por sí misma. Y lo ha conseguido.
- Corrección: Guillermo Ruiz