Amantes de los videojuegos de estrategia y de intrigas medievales, aquí os traigo el análisis del esperado Crusader Kings III.
Introducción al universo de Crusader Kings
¡Hola gente! Hoy volvemos a analizar un lanzamiento que hará las delicias de los estrategas. La buena gente de Paradox ha estado desarrollando este videojuego desde 2015 y el mimo se nota. Recordad que podéis comprarlo a partir del 1 de septiembre en Steam y Xbox Game Pass PC.
Para los despistados, la saga Crusader Kings es un título de estrategia donde nos haremos cargo de una dinastía. De esta forma, nuestro objetivo será perpetuar nuestro linaje y sobrevivir al paso del tiempo. En caso de no conseguirlo, habremos perdido la partida.
A partir de un inicio histórico concreto —época medieval—, su ambientación nos meterá de lleno en las intrigas palaciegas propias de la corte y en la política entre estados. Deberemos tener muy en cuentas las alianzas y a quién metemos en nuestro consejo privado para evitar dar confianza a espías que nos pueda cortar el cuello mientras dormimos.
Primeras impresiones y análisis técnico
Antes de nada, aviso: no es para todos los públicos. Hablamos de estrategia compleja, con muchas variantes e información a tener en cuenta para poder lograr los objetivos. Dicho de otra forma, es una obra de nicho, pero es realmente divertido y un «come-horas» una vez que entiendes las mecánicas.
De buenas a primeras, lo comienza con una cantidad de mensajes algo abrumadora; están destinados a enseñarte, pero choca. No obstante, una vez empiezas a leer, te das cuenta que está todo muy «machacadito» para que puedas digerir las mecánicas. Además, el hecho de añadir enlaces en las palabras claves para explicaciones adicionales hace que entres en una espiral de lectura de horas. Sin duda, es algo bueno, pues en esta nueva entrega han puesto más empeño en facilitar las explicaciones pertinentes. Sin embargo, es cierto que las primeras horas se van en leer y no en jugar.
En el apartado técnico, hay una notable mejoría gráfica gracias al motor Clausewitz Engine. Gracias a ello, los personajes lucen bastante bien. Es más, cuentan con diferentes expresiones que varían en función de los estados anímicos, la salud, etc. Del mismo modo, una de las partes más importantes es el mapa; es más grande que los que veíamos en las dos entregas anteriores. Por otro lado, y gracias al motor gráfico, también estará mucho más detallado.
Asimismo, se divide en función del zoom en baronías, condados, ducados y señoríos. Herramienta bastante útil para planificar y gestionar los dominios.
La jugabilidad, la clave de todo
Lo primero que hacemos para empezar la partida es elegir nuestro inicio histórico. Nos presentan varios escenarios, pero siempre en dos fechas fijas: 867 o 1066. Cada uno de ellos está enfocado en un lugar concreto bajo un contexto histórico. Por ejemplo, podremos elegir empezar el escenario del norte en 867 tras la muerte de Ragnar Lodbrok (los que hayan visto la serie Vikings es como jugar la serie) o la Península Ibérica en 1066 con los reinos cristianos en plena Reconquista.
Una vez elegido, deberemos hacer la elección del personaje jugable (cada uno tendrá una dificultad diferente). De nosotros depende el devenir del mismo y su dinastía. Una vez inicias la partida ya tienes que empezar a manejar todos los campos, así que de forma muy resumida voy a explicaros brevemente en qué consiste cada uno.
Los personajes y su profundidad
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es la gente con la que rodeamos a nuestro protagonista. En el videojuego, todos tienen relación entre sí, sin excepción. Por consiguiente, debemos vigilar muy de cerca esto, ya que si tenemos a gente en el consejo con los que no nos llevamos bien hay un riesgo importante de que fomenten conspiraciones contra nosotros. Por otra parte, si conseguimos lo contrario, nos ayudarán y podremos conseguir avances importantes en nuestros planes de conquista, intrigas o diplomacias. Para influir, podremos dar regalos, otorgarles beneficios o ganarnos la confianza a base de dar títulos (clave para la gestión administrativa).
Otro de los apartados más importantes es la elección de rama. Nuestros personajes tienen una serie de rasgos los hacen únicos. Cuando tengamos descendencia —a raíz de los matrimonios concertados que formemos, sin olvidar los amoríos de amantes secretos—, podrán heredar estos rasgos. Por tanto, el hecho de potenciar ramas sirve para mejorar esos rasgos o intentar generar otros que equilibren las características. Las ramas son la diplomacia, la marcialidad (ejército), administración, intriga y educación. Cada una nos dará ventajas o dones que ayudarán al progreso de nuestro protagonista.
Por último, también tendremos que tomar decisiones. Muchas de ellas, inclusive, podrán marcar el devenir de todo, pero no son habituales a priori. Así pues, si nos ponemos enfermos, habrá que convocar al médico de corte de turno y decidir si confiamos en su remedio o no. Un ejemplo cotidiano y sencillo que no debemos subestimar (imagina que el remedio acaba agravando las secuelas).
Otras consideraciones a tener en cuenta
Luego, dentro de todas las mecánicas que hay, las más importantes son la guerra y la religión (junto con el buen dinero). De esta forma, debemos tener claros a la hora de iniciar conflictos cuáles son las fuerzas de ambos contendientes, sus alianzas y tener casus belli legítimos. Habiendo sopesado todo, y declarada la guerra, convocaremos levas que serán dirigidas por nuestros mariscales e hidalgos de confianza para vencer al enemigo en batallas campales o asedios contra las principales ciudades. Después, no olvides de licenciar a tus soldados. Al fin y al cabo, son granjeros, y de algo hay que comer…
En cuanto a la religión, los puntos de Fé nos suelen abrir muchas puertas de cada a la toma de decisiones o procurar recoger fondos para los edificios que tenemos pensado construir. Para ganarnos esos puntos y el favor de los obispados de turnos, arzobispos y demás cúpula eclesiástica, siempre podemos declarar la guerra santa al hereje o dar favores y dinero a la Iglesia. Aunque, si vemos que no nos siguen en los intereses personales, podemos crear nuestras propias herejías; pero ten cuidado, cuanto más te desvíes de las escrituras originales, más costosa será.
En el apartado de opciones también hay novedades que me llamaron la atención. POr ejemplo, podemos elegir que las mujeres estén en igualdad de condiciones respecto a los hombres. O que la importancia en descendencia sea invertida (y en lugar de jugar una partida donde la mayoría de los personajes sean varones ahora sean mujeres). También habrá eventos históricos que pasen como las pandemias (tan de moda…), la invasión mongola, las migraciones húngaras, etc. que sumarán como desafíos a la hora de hacerles frente.
Conclusiones
Es un videojuego realmente entretenido, al que le hay que echar muchas horas para poder controlar todas las mecánicas y entresijos que tiene porque yo apenas he dado unas pinceladas por encima. Pesa poco y los requisitos no son problemas para cualquier ordenador medio actual, por lo que es asequible para todos. Y pese a que sea un juego de nicho, si tienes dudas o no eres un «frikazo de la estrategia, no te lo recomendaría como juego de iniciación. Ahora, eso sí, cuando tengas más experiencia, si lo haría. Volviendo al tema, posee un gran apartado narrativo en todos los escenarios y tramas emergentes que vas formando. Apartado gráfico nuevo, mecánicas profundas tan típicas de la trilogía.
