¡Hola, muy buenas amantes de los videojuegos! Si una cosa nos ha quedado clara a lo largo y ancho de 2019 es que Atelier ha llegado para quedarse. La franquicia, que cuenta con un alto grado de aceptación en tierras del Sol Naciente, asomó tímidamente en occidente con diversos lanzamientos. Y entonces llegó Atelier Lulua: The Scion of Arland, título que sorprendió a propios y extraños con unas ventas mas que decentes. Su relativo éxito permitió que otros juegos de la saga asomasen en tierras hispanas, lo cual agradó a un amplio sector. No obstante, el paroxismo y la similitud entre unos y otros pronto alertó a gran parte de ese mismo publico. Fuera como fuere, el acercamiento estaba hecho. Y así se lanzó Atelier Ryza: Ever Darkness & the Secret Hideout. Producido por Koei Tecmo y distribuido por Koch Media, se las prometía todas consigo.
Y, hasta cierto punto, no defraudó, pues supuso un soplo de aire fresco dentro. No por nada, hablamos de una franquicia con más de una veintena de juegos publicados. Además, todos ellos centrados, de una forma u otra, en la alquimia. Al menos aquellos de los que me sé conocedor. De igual forma, no es eso de lo que quiero hablaros en este día. Las presentes líneas vienen a ser un nuevo análisis centrado, cómo no, en el ya mencionado Atelier Ryza: Ever Darkness & the Secret Hideout. ¿Qué podemos esperar de él? Os recomiendo, eso sí, que le echéis un ojo a mi análisis de análisis de Atelier Lulua: The Scion of Arland, pues os servirá de ilustración para lo que viene a continuación. De todas formas, no es necesario. Es una mera recomendación.
Por cuestiones de calidad de imagen, usaremos las capturas de pantallas proporcionadas por IGDB en el Press Kit de Atelier Ryza.
Atelier Ryza: Ever Darkness & the Secret Hideout
Todo buen JRPG que se precie destaca, de una forma u otra, por su historia. Las hay de todo tipo, desde sencillas hasta muy extrañas. Algunas sirven de excusa narrativa para profundizar en sus mecánicas y otras tantas hacen las veces de protagonista y relegan los combates y/o cualquier otro tipo de práctica a un segundo plano. También las hay que casan a la perfección con el resto de elementos logrando, de esta forma, lo que muchos llaman una obra maestra. Atelier Ryza: Ever Darkness & the Secret Hideout está lejos de ser una joya del género, pero muestra claros indicios de mejora frente a otros Atelier. Si tuviésemos que posicionarnos a ese respecto, hablaríamos de un guion humilde y sin grandes pretensiones.
En contra de lo dicho con anterioridad, sus personajes despuntan con un renovado diseño. A diferencia de otros juegos de la saga, tanto nuestra protagonista —Ryza— como sus amigos son más complejos y profundos de lo que uno podría esperar. Vale, no estamos hablando de Senua; la mejora es notoria. El elenco, aunque no demasiado extenso, abre las alas e importa una serie de cualidades no vistas con anterioridad. No si tomamos como referencia la saga que da nombre al juego. Volviendo al tema, tanto Ryza como los demás han sido construidos en base a una serie de arquetipos con ciertos puntos de interés. Su personalidad resulta creíble y comprendemos sus motivaciones. Encajan con la historia y el escenario, lo cual es algo que no todos pueden decir.
Sí que nos ha decepcionado un poco la trama, he de decir, pues no deja de ser un mero hilo conductor. A veces, inclusive, es un tanto forzada. Con todo, resulta entretenida y no sirve de excusa para continuar con nuestras aventuras. El impacto es efímero y no marca un antes y un después, pero tiene cosas positivas. Por un lado, es fácil de seguir, lo cual está bastante bien. Al mismo tiempo, ofrece ciertas diatribas morales en lo que a toma de decisiones se refiere. No es nada del otro mundo, aunque ofrece un punto de vista interesante en lo que se refiere al amor propio y la realización personal.
Una verdadera apuesta a nivel visual
Sin lugar a dudas, uno de los aspectos más destacados de la producción de Koei Tecmo es su visual. Atelier Ryza: Ever Darkness & the Secret Hideout es, con toda probabilidad, uno de los mejores —sí no el mejor— juegos de la saga en lo que a apartado gráfico se refiere. Si The Scion of Arland ya nos pareció bonito, pues ahora no sé ni que deciros. En primer lugar, que el acabado es mucho mejor; texturas y modelados han subido de nivel. Asimismo, la paleta de colores —uno de sus puntos fuertes— es muy atractiva. En resumidas cuentas, es un videojuego que da gusto ver gracias a su gran colorido y su enfoque preciosista. Sigue sin ser un referente dentro del modelado, mas sube de nivel.
En parte, esto se ha logrado gracias a un diseño de personajes con algo más de personalidad. Los directores creativos aludieron al verano como tema central en su diseño, y eso se nota. El juego respira vida por todos y cada uno de los poros de su cuerpo, lo cual se trasmite —en parte— gracias al elenco. Por desgracia, el espectro del fanservice comercial sigue estando demasiado presente (para mi gusto) en la toma de ciertas decisiones. Hay determinadas animaciones, por ejemplo, que no son de mi gusto, pero… En fin, que hay cosas que nunca cambian si hablamos de rol japones con estética anime.
En cualquier caso, audiovisualmente es un producto de calidad. La banda sonora tiene su parte de responsabilidad: tiene impacto. Sabe cuando debe cautivar y cuando acompañar. Es vivaracha y animada, al igual que los escenarios, y está muy bien ejecutada. La calidad del audio, además, es sobresaliente, lo cual nos encanta. El doblaje es muy bueno y, en líneas generales, los efectos de sonido están bien conseguidos. Por ende, podríamos decir que la acústica es uno de los puntos fuertes de un juego que sabe como cautivar al espectador.
Paroxismo mecánico-alquímico
Una de las grandes pegas —acierto para muchos— de Atelier es su paroxismo en lo que a jugabilidad se refiere. De un título a otro no se suelen encontrar grandes diferencias, y esta no es la excepción. No obstante, sí que hay ciertos cambios que, en lo personal, me han gustado bastante. Soy consciente de que jugadores de corte más clásico encontraran estos cambios molestos (tal vez no, quién sabe). Con todo, ahí están. Se han centrado, por encima de cualquier otra cosa, en acelerar la sensación de combate. El grado de acción sigue siendo más o menos el mismo de siempre, pero es más ágil. No sucede de igual forma con la alquimia, que sigue los mismos preceptos de antaño, aunque con algunas mejoras sustanciales.
Al final la idea es la misma de siempre: explorar el mundo en busca de objetos y materiales con los cuales crear nuevas recetas de síntesis. No por nada somos heraldos de la alquimia. Nuestro principal objetivo es conseguir el saber y el conocimiento para crear nuevos objetos, mas para ello necesitaremos cada vez más recursos. Será nuestra tarea explorar y registrar cada rincón del mundo para mejorar nuestras creaciones y producir mejores efectos. Hasta cierto punto, eso sí, puede ser un proceso lento y repetitivo, mas hay quienes —me incluyo— encuentran en dicha repetición un verdadero arte. Es muy satisfactorio ver como, en función de la calidad y rareza de los materiales, conseguimos unos resultados u otros.
Asimismo, la reconstrucción de objetos agrega nuevas capas de profundidad, ya que podremos reutilizar creaciones anteriores para crear cosas nuevas; producto bruto y producto procesado se pueden combinar, de igual forma, en favor de nuevas recetas. En ello intervendrá, además, nuestro sistema de gestión. No es lo mismo ir a una zona de recolección que otra, u optar por un tipo de objeto u monstruo que otro. El abanico de posibilidades, en ese sentido, es bastante amplio. Se trata de un proceso de sempiterna repetición en donde el trabajo y el esfuerzo se ven ampliamente recompensados. De esta manera, los jugadores que prefieran un juego más rápido y centrado en la acción podrían verse saturados. Por contra, quienes gocen del farmeo y el crafteo disfrutarán mucho.
Sistema de batallas renovado
Seguro que la decisión no fue sencilla. Acelerar los combates es algo que choca contra el diseño de títulos anteriores, pero ha sido un verdadero acierto. Para empezar, en los anteriores Atelier la acción se detenía en cada turno. Ahora no. Enemigos y aliados continuarán en activo mientras tomamos una u otra decisión. Tendremos, por tanto, que controlar a nuestro personaje y gestionar nuestras acciones al tiempo en que el resto de aliados siguen una serie de ordenes. Estas se distribuyen en base a comandos de acción que podemos configurar por cuenta propia.
A la par, mientras combatimos, iremos ganando una serie de puntos. Estos son comunes a todos los miembros de la party. Su uso es sencillo: desbloquear nuevas habilidades para hacer más daño al enemigo. Son, en cierto modo, potenciadores que desbloquearán desde tácticas hasta ataques conjuntos. Es complicado de explicar, pero agregan una capa de profundidad extra muy interesante a lo que, a priori, debía ser un juego mucho más pausado. Esto tiene su parte buena y su parte mala. Por un lado, los novicios encontrarán en esta nueva agilidad algo divertido. Por el contrario, aquellos quienes prefieran el sistema anterior pueden verse decepcionados por los cambios.
Conclusiones
Atelier sigue sin ser ese juego de culto que apasione a los amantes del rol japones. Eso sí, progresa adecuadamente. En su concreción individual, es una apuesta interesante que incide con especial énfasis en la exploración y producción. Con un buen sistema de combates, algo complejo de buenas a primeras, y una historia más bien normalita, se presenta al público. No deja de tener ciertas tendencias demasiado sexistas y que no me agradan para nada, pero… Pero nada. Es algo que no me gusta, lo siento. El juego está bien, es entretenido y bastante bonito, aunque sigue sin decir ser nada del otro mundo. Una apuesta interesante, mas no demasiado innovadora dentro del género.
Análisis de Atelier Ryza: Ever Darkness & the Secret Hideout. Edición física para PS4 cedida por Koch Media.