El candidato: review sin spoilers

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Tras probar suerte con El gran showman, Hugh Jackman regresa con El candidato a la gran pantalla para volver a luchar por el Oscar. ¿Lo habrá conseguido? Os lo contamos todo en esta review sin spoilers.

Sinopsis

El carismático senador del Partido Demócrata Gary Hart (Hugh Jackman) capturó la ilusión de los jóvenes votantes y fue considerado el candidato favorito para la nominación presidencial demócrata de 1988. Esta película narra la historia del surgimiento y caída de este político estadounidense cuya campaña se fue a pique por su relación extramatrimonial con una joven modelo de 29 años. Hart se vio obligado a abandonar la campaña, y esta se consideró la primera vez en la historia en que el periodismo político se mezcló con el periodismo de tabloides.

Ferocidad electoral inexistente

En política el mínimo error puede significar una pérdida de votos considerable. Aquellos que lidian por hacerse un hueco por la carrera electoral no sólo deben ser comedidos con sus palabras, sino también con sus actos ante la reiterada exposición mediática. Un leve traspiés puede poner punto y final a toda una vida de trabajo continuado.

En un mundo que ya ha conocido House of Cards, no se puede blanquear la política. En un entorno en que abundan leones con piel de cordero, no se puede dibujar a los protagonistas como personajes que parecen salidos de una película Disney.

Y es que precisamente, El candidato (Jason Reitman, 2018) abusa de este recurso en exceso. Es una cinta demasiado blanca, demasiado neutra. Lo que en El vicio del poder (Adam McKay, 2018) se postulaba como una estimulante crítica al sistema político estadounidense -siempre centrado en la figura de Dick Cheney-, aquí se ha transformado en habladurías y sensacionalismo barato.

El candidato

Política en clave amarilla

Pese a contar con una trama algo descafeinada, El candidato sí acierta al reflejar el cambio de paradigma entre medios de comunicación y políticos. Porque la cinta se encarga de poner de manifiesto que el caso Gary Hart marcó un punto de inflexión en cuanto a cómo se percibía la política por parte de la prensa.

Los actos electorales eran un segundo plato que palidecía ante los trapos sucios que se le podían atribuir al candidato de turno. Un peligroso precedente que parece haber cambiado de nuevo; porque si no es inexplicable que un presidente al que se le relaciona con actrices porno y es capaz de decir que aún disparando a un civil en la quinta avenida nadie lo reprobaría, siga viviendo en la casa blanca.

Sea como fuere, y pese a las flaquezas del guión, El candidato no llega nunca a descarrilar por completo gracias a una gran puesta en escena (tanto vestuario como diseño de producción han sido cuidadosamente seleccionados) y a unos intérpretes que, más por solera que por tino, resuelven sus roles con solvencia. Hugh Jackman realiza una gran interpretación -aunque muy alejada del nivel que se le presupone a alguien que aspira a una nominación al Oscar- dando vida a un Gary Hart que se siente como un fuera de serie pero que debe hacer frente a la opinión pública cuando las cosas se tuercen; una lástima porque Hart nos habría ahorrado el mandato de George Bush padre. A su lado, secundarios de lujo de la talla de J.K. Simmons o Vera Farmiga, impecables como soportes vitales del protagonista dentro y fuera de la política.

Veredicto

Con una contundencia prácticamente inexistente, El candidato parece querer pasar por encima de su trama sin querer hacer daño a nadie. Es cierto que la comunicación entre prensa y política queda bien reflejada, pero eso no impide que como thriller político deje algo que desear.

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