Llegamos a la segunda parte de este recorrido por la historia del estudio Ufotable, que ha cumplido 20 años este mes. Continuamos exactamente donde lo dejamos, a principios de la década de los 2010, y a partir de aquí nos adentraremos en sus trabajos más recientes.
Al comenzar la década, Ufotable se encontraba en un momento muy dulce. Parecían haber encontrado la ruta hacia el éxito con Kara no Kyōkai y Fate/Zero. Sin embargo, un estudio lleno de mentes creativas como este no se iba a conformar simplemente con eso. Quedaba mucho por perfeccionar y, aunque no tenían intención de dejar de hacer aquello que mejor se les daba, también había ideas novedosas que explorar.
Los filmes de Takayuki Hirao
Una de estas mentes creativas con ganas de hacer algo diferente era la del director Takayuki Hirao, quien apenas participó en Fate/Zero. El motivo, que tenía las manos llenas con la producción de dos largometrajes. El primero fue Gyo (2012), adaptación de un manga del conocido autor de terror Junji Itō. Pese a las expectativas que generó por la popularidad del mangaka, una película tan grotesca como Gyo no fue del agrado de todo el mundo —peces apestosos con patas mecánicas, no diré más—. La historia de base ya tenía sus problemas, pero la adaptación no fue precisamente el mejor trabajo del estudio.
El segundo largometraje de Hirao en esa época fue Majokko Shimai no Yoyo to Nene (2013). Todo lo contrario al anterior, se trataba de una película para todos los públicos que adaptaba un manga de Hirarin. La historia seguía a un par de brujas en su oficio de apaños mágicos a domicilio, y estaba llena de buenas vibraciones, diseños monos y lucecitas. Todo un baño de colores que podemos aprovechar para presentar a una de las personas más importantes, y a la vez desconocidas, de la historia de Ufotable: Emi Chiba.
Esta artista fue la encargada del diseño de color en prácticamente todo lo producido por el estudio hasta hace apenas cuatro años, cuando cedió el testigo a coloristas como Yūko Ōmae y Mika Matsuoka. La aportación de Chiba a Ufotable ha sido enorme, pero su trabajo corresponde a una de esas fases del proceso de animación que no suele llevarse mucho reconocimiento. Precisamente por eso, merece la pena hacerle mención, especialmente cuando vemos trabajos tan vistosos y pulcros como el de Yoyo to Nene.
El segundo advenimiento de Fate
En 2014, Ufotable retomó su franquicia predilecta con Fate/stay night: Unlimited Blade Works (UBW en adelante). La novela visual Fate/stay night cuenta con tres rutas en su historia: Fate, Unlimited Blade Works y Heaven’s Feel. El objetivo en esta ocasión era adaptar la ruta homónima, que pone el foco de atención en los personajes de Rin y Archer.
Ei Aoki, que había dirigido Fate/Zero, se había ido a probar fortuna fundando su propio estudio (Troyca), así que decidieron ocupar el puesto de director con alguien de la casa. La tarea recayó en Takahiro Miura, uno de los animadores estrella del estudio. Este contó con el respaldo de Tomonori Sudō, que estuvo a cargo de los diseños de personajes —como de costumbre— y colaboró con la dirección de la animación.
La dirección de Miura trajo consigo nuevas dosis de espectacularidad. Al director le gusta la fiesta y se aseguró de contar con la implicación de directores de animación dispuestos a crear coreografías especialmente emocionantes. UBW también mostró nuevas dimensiones en el uso de los efectos digitales, una técnica que el estudio no ha hecho más que perfeccionar con el paso de los años con el objetivo de aumentar el impacto y atractivo de la acción. Aun así, en algunos casos Ufotable ha sido criticado por abusar de ellos llegando incluso a enturbiar la animación.
UBW no fue tan glorificada como su predecesora Fate/Zero, tal vez por su estilo algo más juvenil. Eso no quiere decir que tuviese malas críticas, en absoluto, y desde luego no se quedó escasa de éxito. La prueba está en que la relación de Ufotable con Type-Moon siguió en el futuro con nuevos proyectos.
Ufotable y los videojuegos más allá de Type-Moon
Ufotable ha estado estrechamente ligado al mundo de los videojuegos durante la mayor parte de su historia, implicándose en la creación de openings y cinemáticas varias para franquicias tan conocidas como Tales of, God Eater, Fate, Black Rock Shooter o Code Vein. Además, más allá de los frutos de su cuasimatrimonio con Type-Moon, el estudio ha hecho otras adaptaciones de videojuegos a anime a lo largo de su recorrido. Varias de ellas surgieron precisamente tras finalizar UBW.
God Eater
Allá por 2015, Ufotable estrenó la adaptación de God Eater. La historia de este juego nos llevaba a un entorno posapocalíptico en el que los humanos luchaban contra monstruos por la supervivencia de la raza. El argumento prometía mucha acción con la que lucir la animación del estudio. Para innovar, probaron a aumentar el peso del CGI, dándole a la imagen un estilo cel shading más típico de los videojuegos. También llamaron a Gō Shiina, compositor de la banda sonora del juego, para asegurarse una música potente. Además, el director Takayuki Hirao y sus genialidad tras las «cámaras» volvían a escena.
Todo pintaba muy bien y, sin embargo, resultó ser uno de los tropiezos más peligrosos de Ufotable. Buena parte del equipo todavía estaba rematando UBW cuando comenzó la producción de God Eater y, como resultado, el trabajo se les amontonó hasta niveles insospechados. La situación estuvo a punto de acabar en desastre absoluto.
Al poco de comenzar la emisión de la serie, el calendario de producción colapsó y tuvieron que tomar medidas drásticas. La primera, echar mano de animadores ajenos al estudio (¡docenas de ellos!). La segunda, más grave, fue que tuvieron que pausar la emisión de la serie y posponer hasta el año siguiente la emisión de los cuatro últimos episodios. Aunque consiguieron salvar la calidad del anime, el hecho explica perfectamente por qué los estudios que priorizan el trabajo interno tienden a producir poco.
La franquicia Tales of
Qué podía ser mejor para recuperarse del traspiés de God Eater que retomar una vieja conocida. A lo largo de su historia Ufotable ha hecho varias adaptaciones de la saga Tales of, una franquicia de videojuegos action-RPG de fantasía con más de 20 años a sus espaldas e infinidad de títulos distintos. En concreto, el estudio había adaptado Tales of Symphonia con varias OVA en 2007, 2010 y 2011. Sin embargo, ahora el objetivo era ir un paso más allá y animar una serie de televisión completa, que se estrenó en 2016 con el título de Tales of Zestiria the X.
El equipo que se puso a cargo estaba hecho a medida para el trabajo. En él pudimos encontrar al director Haruo Sotozaki y también al animador Akira Matsushima, encargado de los diseños de personajes. Ambos habían sido los principales artífices de las antiguas OVA de Symphonia. Además, para la música pudieron contar con Gō Shiina y Motoi Sakuraba, dos compositores habituales en esta saga de videojuegos. A primera vista, el proyecto estaba planeado sobre seguro. La sorpresa llegó en el apartado escenográfico.
Ufotable juntó a varios de los miembros de su departamento artístico —encargados de los fondos— y les ofreció la posibilidad de trabajar con una nueva dimensión. El estudio llevaba tiempo apoyándose en el apartado digital para perfilar los escenarios de sus animes. Pero en Zestiria dieron un paso más allá y modelaron entornos enteros —incluso ciudades completas— en 3D, dando vía libre a los personajes y a la cámara para moverse por ellos. Los resultados pudieron verse en varios de los episodios de la serie y marcarían una tendencia de futuro.
Katsugeki/Tōken Ranbu
Poco después llegó Katsugeki/Tōken Ranbu (2017). A Ufotable le encantan las peleas de espadas y por eso no debería extrañarnos encontrar en su repertorio una serie sobre espadas con cuerpos humanos. La serie adapta un videojuego de cartas coleccionables de Nitroplus y DMM Games. Aunque con algo de trasfondo, la historia de este juego es más bien escasa, así que para el anime tuvieron que inventarse la mayor parte. Y seamos claros: no les salió especialmente bien.
La serie fue criticada por la falta de profundidad en su historia y personajes. ¿De quién fue la culpa? Pues de todos. En un anime suelen participar varios guionistas, aunque lo normal es que haya uno considerado principal, que es el que carga con el peso de la historia. Pero en Ufotable no siempre es así. En muchos de sus trabajos, sobre todo los de la última década, el crédito de la historia aparece otorgado al estudio en su conjunto, como una forma de expresar que son un equipo y el mérito —y demérito— es de todos.
Katsugeki/Tōken Ranbu fue el primer anime en el que pudimos ver a Toshiyuki Shirai acreditado como director principal. Shirai es considerado por muchos uno de los animadores con mejores aptitudes del estudio y ya había demostrado su valía como director de episodio en algunos de los mejores momentos de UBW. Por eso es una pena que esta serie no tuviese mejores críticas. En su favor hemos de decir que, en cuanto a animación y apartado artístico, Katsugeki no tenía nada que envidiar a otros proyectos potentes del estudio.
La tercera ola de la saga Fate
Mientras Ufotable iba estrenando todas estas series, de fondo seguían trabajando en su querida saga Fate. Tras UBW le tocaba el turno a Fate/stay night: Heaven’s Feel, otra de las rutas de Fate/stay night. En esta esta ocasión, optaron por hacer una trilogía de películas, un formato que les permitía tomarse su tiempo y darle al anime todo el mimo necesario. Aun así, la envergadura del proyecto fue tal que Ufotable apenas pudo con él.
El primer filme se estrenó en 2017 y el tercero llegó a los cines en Japón en agosto de 2020. Durante esos tres años Ufotable se volcó en el proyecto. Por tanto, no hace falta ni mencionar que las películas lograron sobresalir por su calidad de animación y composición digital. El resultado ejemplifica perfectamente el presente del estudio y demuestra todo lo que han evolucionado hasta la fecha.
En palabras de los propios autores, las películas muestran el lado oscuro de la franquicia y por eso era importarle darles una atmósfera adecuada. En ese sentido, tenemos que felicitar el trabajo del director artístico Etō Kōji, una presencia continua en las obras del estudio durante la última década. Sin embargo, a quien hay que destacar de forma obligada al hablar de Heaven’s Feel es a Tomonori Sudō.
El trabajo apasionado del equipo Ufotable
Siendo francos, Ufotable está lleno de frikis. Muchos de los empleados de la compañía se declaran fans tanto de las novelas visuales de Type-Moon como de otros videojuegos. Sudō es uno de ellos y por eso no es difícil imaginar por qué se ofreció a dirigir la adaptación de su ruta preferida de Fate, que además se centra en Sakura, su personaje favorito de la saga.
Sudō siempre ha sido uno de los principales implicados en las adaptaciones de Type-Moon por parte de Ufotabe. No conforme con eso, en Heaven’s Feel se marcó un one man army en toda regla. No solo tomó el papel de director principal, se encargó de los guiones gráficos e incluso le sobró energía para supervisar la dirección de animación por su cuenta. Podría decirse que los buenos resultados cosechados por las películas son, en buena medida, producto de su entusiasmo.
Emiya-san Chi no Kyō no Gohan
Estamos en la recta final, pero los buenos modales nos obligan a volver atrás un momento y hacer una parada en 2018. Ese año el estudio estrenó Emiya-san Chi no Kyō no Gohan, un reconfortante y bonito spin-off cómico de episodios cortos que ponía a los personajes de Fate a cocinar.
La serie es un recuentos de la vida entrañable que nos puede chirriar un poco con la imagen que tenemos normalmente del estudio. Aun así, se agradece porque supone un oasis de tranquilidad y atención a los pequeños detalles en medio del mar de acción y espectacularidad habitual. Además, al mismo tiempo es la confirmación de que la calidad de Ufotable es real, adornos digitales aparte, y su animación puede brillar incluso con movimientos delicados y finos.
Kimetsu no Yaiba y el futuro de Ufotable
Hemos dejado Kimetsu no Yaiba para el final por lo que supone que Ufotable adapte una obra como esta. El anime se estrenó en 2019 y ya por aquel entonces su manga era uno de los shōnen más populares del momento. Esto son palabras mayores. Desde luego, el proyecto suponía una enorme oportunidad, pero al mismo tiempo era una apuesta codiciosa que implicaba poner la reputación del estudio en juego.
Kimetsu ha sido dirigida por Haruo Sotozaki, que trabajó con la inestimable ayuda su compañero Akira Matsushima —diseñador de personajes y director de animación—. Ambos ya habían hecho dupla en Tales of Zestiria the X y Ufotable tenía claro que podía depositar su confianza en ellos. No se equivocaron. De hecho, el anime ha enamorado a los aficionados.
Por aquel entonces el estudio estaba enfrascado en Heaven’s Feel y por eso tuvieron que echar mano de bastante ayuda externa. Incluso así, Kimetsu resultó ser un excelente trabajo, con un pulido prácticamente impecable. La calidad de la producción fue muy buena en general y las elecciones artísticas sorprendieron, pero para bien. Además, regaló a los aficionados algunas escenas impresionantes, que no han dejado de comentarse.
La película se estrena este octubre, llegando justo a tiempo para celebrar los 20 años del estudio y dar por iniciada la tercera década de su historia. Solo queda esperar que Ufotable nos siga dando motivos para entusiasmarnos cada vez que sacan un nuevo proyecto. Aunque, puestos a pedir, no estaría mal que llegasen más de sus títulos a España.
Curiosidades
- Ufotable no es solo un estudio de animación. Bajo su marca podemos encontrar cafeterías temáticas, restaurantes y hasta salas de cine.
- En 2010, Ufotable y Type-Moon anunciaron una colaboración para producir un anime titulado Girls’s Work. No se ha vuelto a saber nada de él desde entonces, pero la web oficial del proyecto sigue estando accesible.
- No todo han sido buenas noticias para Ufotable estos últimos años. En 2019 y 2020 han tenido que enfrentarse a sospechas por fraude fiscal. Uno de los casos afectó directamente a Hikaru Kondō, presidente de la compañía, que tuvo que presentar una disculpa oficial.
- Corrección: Guillermo Ruiz