La segunda temporada de The Boys terminó hace unas semanas y, desde entonces, llevo pensando en una de las múltiples frases de Stormfront. No es que la serie no tenga frases espléndidas (“What’s up, shitbirds?” de A-Train es mi favorita), pero esta en concreto resonó conmigo, puesto que ataba su “arco” con un lacito bastante interesante.
Por supuesto, ateneos a una cantidad insultante de spoilers.
Stormfront es nazi
Voy a empezar con el más básico:
Stormfront es nazi. En plan, estuvo en el NSDAP, era amiga de Hitler y toda la pesca. Me avergüenzo, honestamente, de no haberlo deducido inmediatamente, porque su nombre es una referencia a uno de los foros nazis más relevantes de las últimas dos décadas (probablemente, junto con 4chan y 8kun, sea uno de los sitios angloparlantes de internet donde más neonazis, chovinistas europeos, machistas y demás de esa calaña se pueda encontrar).
También, debiera haberlo deducido puesto que su contrapartida en el cómic también es un supernazi, pero antes de la segunda temporada, no me había leído el cómic en cuatro o cinco años. Pero me avergüenza mucho más no acordarme del foro. Honestamente, esos pocos días que pasé sin pensar en ese foro en concreto fueron de los más felices de mi vida… Para que os hagáis a la idea de lo evidente que es, es como si se presentase a un superhéroe español en esa serie que fuese un señoro machista y que le llamasen ForoCoches. Sería evidente donde va a caer políticamente.
Stormfront es, por si solo leéis esto por encima, el nombre de uno de los foros nazis más relevantes. Me parece importante recordarle a la gente que esta clase de cosas existen
Un señoro machista
En cualquier caso, sigamos con los spoilers –y hablemos un poco del auge de la extrema derecha online, porque wiiiii. Si habéis visto la serie, habréis visto varias cosas que quiero explorar de Stormfront:
- Primero, utiliza memes y comentarios jocosos para estar en la mente de la gente en todo momento —así, como apunte, un meme también es el germen básico de una idea—. Por consiguiente, es más apropiado todavía referirse a sus macros como tales. La cantidad de personas que se ha radicalizado con memes y comentarios de ese estilo (generalmente, con cómics de cuatro viñetas y cosas así) es alarmante. Es una estrategia insidiosa porque “solo es un chiste, brah” permite a las personas que los crean colarse debajo de las defensas mentales que montamos para preservar nuestras ideologías. Lo hacen de una manera fascinante, utilizando silbatos de perro y significantes que el exogrupo no reconoce y que para el endogrupo son cosas tan naturales como respirar. Esto es un comentario de la propia Aya Cash (diré que no hay nada tan insultante como utilizar a una actriz judía para representar a una supernazi, gran decisión de casting).
- Cómo se presenta a sí misma. Cuando Aya Cash entra en escena como Stormfront, resulta una mujer graciosa e ingeniosa, utilizando tercerposicionismo (también conocido como el socialismo de los necios) para ganarse a gente enajenada con el sistema actual. De hecho, elegir a una actriz para representar lo que ella es, es una decisión –seguramente– intencional. Sobre todo para EEUU, donde la imagen del reaccionario blanco es de un hombre (generalmente armado), mientras que las mujeres tienden a considerarse como no-participantes en esas ideologías –a pesar de que se sabe que sí que toman parte. No solo eso, el ser una mujer convencionalmente atractiva hace que sus mensajes entren con más facilidad. Es una mujer mona, ¿cómo va a mentir, después de todo?
- Su relación con Homelander. Oh, vaya, la encarnación de EEUU está enamorado y acostándose con la encarnación literal del Tercer Reich. ¿QUÉ PUEDE ESTAR DICIENDO DE LA RELACIÓN ENTRE EL PATRIOTISMO CIEGO (también conocido como nacionalismo) Y EL AUGE DEL FASCISMO MODERNO? ¡HMMMMM!
Pero no les gusta la palabra “nazi”
Habiendo esclarecido los puntos clave del personaje, quiero abordar la frase a la que he hecho referencia hace unas –¡señor!– quinientas setenta palabras:
La gente adora lo que tengo que decir. Creen en ello. Pero no les gusta la palabra “nazi”. Eso es todo.
Es bastante más realista de lo que a mucha gente le gustaría creer. El mensaje nazi, supremacista, racista… cualquier ideología de odio usa de punto de partida una alienación (generalmente potenciada o directamente manufacturada a través de una deformación de la información y manipulación de los datos que ofrece a su público objetivo) para movilizar a sus masas. Diles que son los más especiales y que alguien les ha quitado esa “especialidad” (o que está en proceso de hacerlo) y estarán dispuestos a “““luchar””” por ello –el uso de generosas comillas es porque, como se ha visto en EEUU en estos últimos años, eligen blancos blandos–, para defender su [inserte gilipollez aquí].
Stormfront ve esa alienación, cómo afecta a la gente, y redirige el potencial subyacente para movilizar a las masas, hacerles creer que están en el mismo bando, que los intereses de los supers y los de la gente del montón se alinean. Como dice, crea un ejército a través de memes, de chistes “inocuos” que radicalizan a la gente, como al hombre que mata a Kuldeep Singh con un tiro a la cara en el capítulo siete.
Las estratagemas de Stormfront
A lo largo de los ocho capítulos de la segunda temporada podemos ver cómo se presenta de cara al público: una mujer guay, que está en desacuerdo con el statu quo, que es crítica con el capitalismo salvaje de Vought. Inmediatamente después, mientras intenta pillar al hermano de Kimiko, vemos que no le importa ninguna de las personas que viven en un edificio mayoritariamente afroamericano y que le gusta ver cómo la gente racializada muere a sus manos. Sin embargo, eso no es el momento mask-off del personaje. Es decir, sí lo es para el público, pero no para la población en general del mundo de The Boys.
Eso es porque, durante los años que Stormfront pasó en EEUU, aprendió a ocultar sus creencias, aprendió a normalizarlas, a presentarlas de una manera aceptable, a vender su odio, su perversión como “orden”, “derechos de nacimiento” o lo que se le ocurriese en ese momento para vender su idea de un mundo perfecto. La estrategia es mantenerse relevante y, siempre, un paso por delante de sus seguidores más importantes (y más peligrosos), teniendo suficiente margen como para poder distanciarse de esa clase de persona al tiempo que, por debajo de la mesa –metafóricamente hablando–, les asegura que son los verdaderos luchadores, sus verdaderos aliados.
La serie representa de una manera espléndida cómo la nueva especie de supremacistas que ha aparecido en los últimos años se aprovecha de la alienación para captar a nuevos adeptos
Amoldándose al subconsciente colectivo
La serie hace esto sorprendentemente bien. Presenta a Stormfront como alguien que se ha mantenido relevante todo este tiempo. Se adapta al zeitgeist y se amolda a lo que el subconsciente colectivo aprecia de lo que dice. Encarna la idea de alguien poderoso que “está del lado del público”. No solo eso, sino que, a lo largo de los capítulos, es evidente lo peligrosa que es su ideología, como lleva a la gente a tomar decisiones deleznables y, lo que es más, como aprovecha su relación con el patriotismo (positiva o negativa, independientemente, puesto que ambas le convienen) para avanzar su propia agenda. Cuando Patriota no hace lo que a ella le conviene, le tacha de inútil y demás. Cuando hace lo que ella quiere, es genial, porque al final, todos tenemos que respetar nuestro país, ¿no?
Sin embargo, la reacción de la gente a la hora de descubrir que Stormfront es nazi me parece… demasiado optimista. Puede ser porque he visto cómo ha ido EEUU en los últimos años, con gente intentando explicar cómo se normalizan movimientos fascistas y sin conseguir ninguna reacción, me parece demasiado sencillo que, de pronto, al salir eso a la luz, todo se “solucione”.
La derrota de lo que Stormfront representa
Sospecho que es mi pesimismo, pero me pareció demasiado bonito-arcoíris que su derrota social fuese así, que, de pronto, todo mejorase. De hecho, la derrota del personaje real me parece mucho más apropiada:
Ryan Butcher, el hijo de Becca, la fulmina con su mirada láser al ver quién es de verdad. Al ver los horrores del fascismo, decide que no puede vivir. Es instintivo, violento y, lo que es más, peligroso. De hecho, al hacerlo, pierde a su madre, pierde algo valioso.
La derrota de lo que Stormfront representa, cuando tiene el poder que ella tiene, conlleva pelear y, seguramente, perder algo importante.
Pero bueno, no tengo ni idea de nada. Por ende, quiero que sepáis que una serie de televisión nunca ha cambiado el mundo. No obstante, puedo hablaros de un par que me cambiaron a mí.
Dato curioso: esto es algo que los neonazis y supremacistas blancos hacen en EEUU. Lo llaman “hide (one’s) power level”. Básicamente, saben “esconder su nivel”. Su nivel son sus perversas ideas acerca del orden que tiene que regir el mundo.