Ya hemos visto ¡Shazam!, la última cinta del universo DC. En esta entrada os contamos qué nos ha parecido.
Sinopsis
Todos llevamos un superhéroe en nuestro interior. Solo es preciso un poco de magia para sacarlo. Es lo que le ocurre a Billy Batson (Asher Angel), un joven huérfano de 14 años, normal y corriente, al que le cambia la vida un encuentro con un viejo hechicero. Y es que, a partir de ahora, cada vez que Billy grita la palabra ‘Shazam!’ se convierte en el superhéroe adulto Shazam (Zachary Levi). Aunque con un niño en su interior, el poderoso cuerpo de Shazam hace lo que cualquier adolescente con superpoderes haría: ¡pasárselo bien! ¿Puede volar? ¿Tiene visión de rayos X? ¿Puede lanzar rayos de sus manos? ¿Puede saltarse los exámenes? Shazam pondrá al límite sus habilidades con la imprudencia de un niño. Claro que Billy va a necesitar controlar rápidamente estos poderes para poder defenderse de las fuerzas del mal controladas por el Doctor Thaddeus Sivana (Mark Strong).
La libertad creativa de DC
A veces se tiende a asociar el concepto familia con el de consanguinidad, sintiendo como nuestros únicamente aquellos con los que compartimos lazos de sangre. Sin embargo, y a mero título personal, definir así a la familia me parece un recurso vago e impreciso. Porque en infinidad de ocasiones, aquellos que nos rodean son los que se acaban confirmando como los verdaderos protagonistas, personas en las que nos apoyamos sin que necesariamente compartamos algún tipo de parentesco.
Como si de la crisis de los 40 se tratara, DC parece estar reencontándose a sí misma. Con un universo lleno de películas destinadas al olvido, con excepción de la fabulosa trilogía de Batman creada por Christopher Nolan, la franquicia parece obcecada en remontar el vuelo a base de dar rienda suelta a los creativos con los que decide colaborar. Una estrategia que abandona el tono sombrío que se había promulgado hasta ahora y que imprime cierta identidad singular a cada una de las cintas que se van lanzando.
Con ¡Shazam! (David F. Sandberg, 2019), DC, siempre apoyada por la sempiterna Warner Brothers, parece decidida a seguir esa senda, ofreciendo un pasatiempo que no se parece a nada de lo que hayamos visto hasta ahora. Una historia diferente, enfocada al público infantil, que mira a los superhéroes desde fuera, algo así como un Deadpool (Tim Miller, 2016) apto para todos los públicos.
¡Shazam!, una divertida comedia familiar
Podría decirse que ¡Shazam! es la cinta perfecta para disfrutar en familia. Y es que su marcado carácter infantil hará las delicias de los más pequeños de la casa pero también agradará a aquellos adultos que los acompañen. Es una película muy amena y con un sentido del humor para todas las edades.
De hecho, ¡Shazam! no reniega de sus influencias -acertadísima la referencia a la entrañable Big (Penny Marshal, 1988) para crear una mezcla totalmente navideña con diversión y emotividad a partes iguales. La familia es un tema recurrente a lo largo de todo el film, incidiendo sobretodo en aquellos con los que el protagonista no comparte lazos de sangre pero que acaban siendo su principal alegría. Una gran moralina para grandes y pequeños.
Cabe destacar también algunas escenas de acción, todavía más disfrutables con su visionado en 3D. Secuencias que acompañan a la perfección el tono festivo que sus protagonistas desprenden. Zachary Levi está inmenso, mimetizándose perfectamente con su personaje y desprendiendo esa ternura propia de un niño grande; el papel parece hecho para él. Lo acompañan un siempre acertado Mark Strong y un fugaz Djimon Hounsou. Cierran unos desternillantes Asher Angel y Jack Dylan Grazer, una Faithe Herman que dan ganas de achuchar o unos dulces Cooper Andrews y Marta Milans.
Veredicto
DC muestra su mejor cara con una cinta muy entretenida y adecuada para todos los públicos. ¡Shazam! es un pasatiempo familiar que confirma la senda que la editorial comiquera lleva tiempo marcando: más películas individuales y menos solemnidad en el conjunto.
