Hoy os traemos una pequeña reseña de una de mis series favoritas de esta estación de invierno en Crunchyroll: Science Fell in Love, So I Tried to Prove It. Esta serie comenzó su emisión el 10 de enero de este año 2020. El anime, producido por el estudio Zero-G, adapta un web manga de Alfred Yamamoto. Puedes consultar nuestras primeras impresiones de la misma haciendo clic aquí.
Esta gente está fatal
Como ya comenté en nuestras primeras impresiones, el punto fuerte de la serie son sin duda los personajes. Mantienen el peso de la comedia y del drama con gran habilidad, gracias en parte al trabajo de sus actores, y a unos diálogos muy dinámicos. Himuro y Yukimura son un dúo muy divertido. Aunque a veces se me hace un poco lento el avance en su relación. Sí, están enamorados, pero, ¿ahora qué? Por suerte en los 3 últimos capítulos pasan cosas por fin y cambia la dinámica.
El resto de su grupo de investigación nos dan momentos increíbles, mejores inclusos que los de la pareja de protagonistas. Kanade es un personaje adorable, que me recuerda a las protagonistas de cualquier anime romántico, pero con un toque intelectual. Ayuda mucho a nuestra pareja principal, pero estoy un poco decepcionada de no poder disfrutar con más de ella en la trama. Aunque sea saber que no morirá solita. La misma carencia veo en los personajes de Ibarada y Josuke, aunque me dan más igual sinceramente, ya que entre ellos siempre se deja ver que hay algo. Tanto Josuke como Ibarada y Kanade, son unos personajes adorables, que os harán partiros de risa.
En la segunda mitad de la serie aparece un nuevo personaje, la mangaka. Esta sirve como creadora de caos y obliga irremediablemente a los personajes a avanzar. El personaje por sí mismo me parece el más flojo, realmente. No habla mucho y cuando lo hace queda como una pervertida. Pero bueno, por lo menos hace algo que los demás no: forzar la situación entre Himuro y Yukimura.
Un escenario de calidad 100
El formato de la serie, en el que unen las vivencias de los protagonistas con pequeñas enseñanzas científicas, me parece bastante original. Aprendes mientras te ríes. Ya sé que tampoco es la primera ni la última serie que lo haga, pero creo que es un buen argumento para verla, ya que me siento un poquito más lista ahora que antes. Sobre todo en un ámbito que quizás el escolar no toque mucho: qué nos pasa cuando nos enamoramos. Qué hormonas nos vuelven tontitos y qué reacciones tenemos la mayoría de los humanos en común cuando nos enamoramos.
A esto le sumamos experimentos muy graciosos, donde los investigadores llegan a límites insospechados para poder probar el amor. Desde ir a citas hasta ponerse lo más pegados que puedan, pasando por analizar la saliva para ver qué hormonas andan jugando por nuestro cuerpo. Por lo que no hay ningún momento aburrido en toda la serie.
Conclusiones: Science Fell in Love, So I Tried to Prove It
Science Fell in Love, So I Tried to Prove It es una buena comedia romántica y científica, que gustará tanto a aficionados de la ciencia como a amantes de la comedia en general. Se ve en un periquete ya que cada capítulo es muy amenos y entretenido. Quizás es un poco superficial pero no creo que pretenda nada más que hacernos pasar un buen rato. Sin duda la mejor comedia que nos ha traído Crunchyroll este invierno.
- Corrección: Guillermo Ruiz