Lo nuevo de Edgar Wright llegó el pasado viernes 19 de noviembre a salas de todo el país. Nosotros ya hemos visto Última noche en el Soho (2021) y en esta entrada te contamos qué nos ha parecido.
Review sin spoilers de Última noche en el Soho
Es curioso la cantidad de ocasiones en que el ser humano olvida que todo acto tiene sus consecuencias. Que incluso la más mínima acción provoca un efecto en todo aquello que nos rodea. Por eso, aun cuando de la maldad más pura se trata, nada goza de impunidad eterna. No sabemos con certeza cómo, pero puede que ciertos problemas del presente no sean más que el reflejo de los fantasmas del pasado.
Los thrillers que giran en torno a mujeres psicóticas no son novedad. De hecho, los más cinéfilos le atribuirán cierto reconocimiento, con razón, al bueno de Roman Polanski. Sin embargo, pocos retratan ese suspense como lo hace Edgar Wright en su espléndida Última noche en el Soho (2021).
A caballo entre la época actual y el Londres de los sesenta, Wright construye una intriga plagada de simbolismo que, al igual que la reciente Candyman (Nia DaCosta, 2021), hace del fantástico su principal baluarte. Un relato en que lo paranormal tiene casi tanta importancia como la propia realidad; un escenario cuyos focos se posan en la mujer, la prostitución y su lugar dentro de una malograda sociedad londinense.
Es así como la inocente Eloise se topa con la sugerente y atrevida Sandie. Tan diferentes y a la vez tan parecidas. Dos reversos de una misma moneda que el director británico disecciona para denunciar las malas praxis de un tiempo cuyos ecos siguen retumbando a día de hoy.
La mejor película de Edgar Wright
Tras un arranque plagado de comedias ligeras y películas de zombies, Wright se ganó el favor del respetable con Scott Pilgrim contra el mundo (2010). Quizá no de inmediato, pero sí con el paso de los años; la vara que acaba convirtiendo propuestas corrientes en clásicos de culto.
Poco después, y tras otra cinta de corte festivo, nos regaló Baby Driver (2018), un film que demostró que este cineasta venía a molar, a molar mucho. Su sentido del ritmo unido a perfectas coreografías nos brindó una heist movie impecable que derrochaba carisma con unos espléndidos Ansel Elgort y Lily James por bandera.
Y fue así como acabamos llegando a Última noche en el Soho (2021), la evidente consolidación de un estilo y consagración de un autor al que, sí o sí, se le debe seguir la pista. Desde la puesta en escena hasta las soberbias interpretaciones, el Soho que nos presenta Wright es un auténtico espectáculo para los sentidos. Una obra cuyo zenit se alcanza en ese impresionante baile a tres bandas (en una fabulosa secuencia) entre Taylor-Joy, Mckenzie y Smith.
Una tripleta protagonista —contando aquí con la inclusión de Matt Smith— soberbia que encuentra en el duelo de divas su principal razón de ser. Thomasin Mckenzie ofrece todo lo que su personaje requiere de ella, incluso en los momentos de mayor psicosis o tensión emocional. Por su parte, Anya Taylor-Joy conjuga su habitual pericia delante de las cámaras con un porte elegante y refinado que plaga de misticismo a su Sandie. Ambas están fabulosas.
Veredicto
Última noche en el Soho es un espectáculo a todos los niveles. Su trabajada historia se apoya en un apartado visual deslumbrante para recrear una Londres cospiranoica cuyas deficiencias de género se apoderan de la obra. Edgar Wright perfecciona una fórmula que sólo se entiende a base de ritmo y buena música.