Siendo sincero, cuando Kitsune Manga anunció que había recuperado la licencia de Zatch Bell —y, de rebote, acabaron con la especulación de aquellos que estaban revendiendo la primera edición del manga de segunda mano— me alegré muchísimo. Sin más, estaba deseando regresar al mundo de Makoto Raiku y disfrutar de las desventuras de sus siempre carismáticos personajes. Lo que no me esperaba es que, más allá de la nostalgia, siguiese siendo tan buena.
Aunque desde el mismo principio tuve muy claro que Zatch Bell era mucho más que morriña, era lógico que dudase… Hasta cierto punto. ¿Sería tan buena como la recordaba? No, no lo era. Era mejor. Cuando era poco más que un adolescente, disfruté del anime como un auténtico enano y me enganché muchísimo al manga. Pese a ello, por aquel entonces fui incapaz de darme cuenta de la enorme dimensión que tenía el manga en realidad.
Más allá de una aventura de acción en donde un joven cualesquiera y un demonio en el cuerpo de un niño se enfrentaban a otros tantos iguales a ellos, Zatch Bell era —y es— un tebeo con una gran carga dramática. Violenta y cruel, fue capaz de fusionar sentimientos muy contradictorios con gran habilidad. O lo que es lo mismo, ejemplificó muy bien las dualidades inherentes de casi cualquier ser humano.
Esto no lo entendí allá en su momento. No obstante, ahora que la estoy releyendo con unas cuantas muescas más en la culata, me he dado cuenta de que es mucho más compleja de lo que recordaba. No solo eso, sino que además de ser todavía mejor de lo que esperaba, tiene una gran cantidad de matices que un niño no podría entender.
Reseña de Zatch Bell n.º 4 | Portada, sinopsis y edición
Kiyomaro ha recibido el regalo más alucinante de su vida: Zatch Bell, un extraño niño con un libro rojo que contiene un poder increíble y que solo Kiyomaro puede descifrar. En este cuarto volumen, aparecerán nuevos mamodos en los que Kiyomaro y Zatch por fin podrán confiar como aliados: Zatch aprenderá que, si quiere convertirse en un rey justo, tendrá que colaborar con sus rivales por el trono. ¿Qué les deparará el futuro a nuestros protagonistas?
Colección | Zatch Bell vol. 4 de 16 |
Autoría | Makoto Raiku |
Traducción | María Ferré Simó |
Género | Acción, comedia, drama, fantasía |
Formato | Rústica de tapa blanda y con sobrecubierta |
Precio | 17,95 € |
Tamaño y páginas | 392 págs. en 14,8 x 21 cm. |
Maquetación | Futurbox Project |
Fecha de publicación | 25/06/2023 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
Sea como fuere, antes de seguir hablando de este tema, me gustaría detenerme en la edición. En esta cuarta entrega es especialmente importante, pues Kitsune Manga ha tenido a bien de lanzarla con un formato un poco especial. Al ya habitual kazenban le han sumado un estuche de cartón en el que podemos guardar los cuatro primeros tomos. Es un detalle que, sin duda, agradecemos, pues revaloriza todavía más la colección. Dicho esto, en general podemos hablar de un producto con un buen nivel, aunque con bastantes fallos en la corrección del texto.
Una contienda que no entiende de descansos
Dicho esto, ¿qué podemos esperar de este cuarto volumen? En primer lugar, una nueva dimensión. Otrora, Zatch Bell nos desveló que existían otros mamodos y humanos de buen corazón. Pese a ello, éramos perfectamente conscientes de que, por muy buenos que fueran, su destino sería enfrentarse los unos a los otros por el trono. A fin de cuentas, toda la historia se centra en elegir al nuevo rey o reina de su mundo.
Pese a ello, Makoto expresa con gran acierto la necesidad de encontrar aliados dentro del caos y aprender a colaborar más allá del presente. Siendo siempre muy conscientes de que al final solo podrá quedar uno, tanto Zatch como otros pocos mamodos con más cabeza que ego son capaces de entender que un buen monarca no debe construir su reinado teniendo en cuenta solo el poder.
Deben entender que cada uno tiene sus propias circunstancias y que necesitarán aliados tanto ahora como cuando se alcen con la corona… Si es que lo consiguen. Esto permite que el manga adquiera, como ya he dicho, una nueva dimensión en donde hay vida más allá de la relación entre Kiyomaro y Zatch y/o los combates que estos disputan.
Tensión, drama y humor a partes iguales
Siendo parco, le sienta muy bien, y este cuarto volumen (junto con el anterior) es el que mejor expresa esta realidad. Por supuesto, no es su única virtud, mas tampoco quiero incidir en demasiados aspectos muy concretos. De otra manera, podría estropearos no pocas sorpresas, y esa no es mi intención; los spoilers los carga el diablo.
Lo que sí os puedo decir es que este cuarto tomo representa bastante bien la evolución de Makoto como autor. Si bien es cierto que no es que haya una diferencia abismal, considero que ha crecido bastante desde la primera entrega. El dibujo, aunque sigue siendo prácticamente igual, se siente un poco más definido. En cierto modo, podría decir que es un poquito más claro.
También podría ser que, como ya tenemos un mayor bagaje, todo encaje mejor por pura contextualización. Es complicado de determinar, pero yo he sentido que ha progresado. Y lo digo tanto cuando hablo del dibujo como de la narrativa. Sin alterar demasiado su estilo, he detectado ciertas mejoras en la forma que tiene de contar las cosas, los diálogos y la maquetación.
Reseña de Zatch Bell n.º 4 | Conclusiones
Todo sea dicho, esto no es algo tan «sorprendente». Es habitual que mangaka con no tanta experiencia crezcan a medida que dibujan y escriben. El caso de Makoto es el mismo, pues hasta entonces no había escrito poco más que un par de one-shots. De hecho, que lograse crear algo tan divertido y adictivo como Zatch Bell es algo bastante sorprendente en realidad.
De cualquier manera, me estoy desviando del tema. Lo que quería expresaros con la reseña de este Zatch Bell n.º 4 es que, más allá de un manga cargado de nostalgia, estamos ante un trabajo bastante atemporal que gustará —igualmente— a quienes no conocían la obra original. O lo que es lo mismo, no creo que solo los que vieron la serie original sean capaces de disfrutar de él.
Es más, estoy realmente convencido de que casi cualquier lector manga apreciará esta obra. Muy bien escrita, supo ser bastante original allá en su momento. Mezclando muy bien el humor y el drama, junto con no pocos personajes de carisma, Zatch Bell hizo tantas cosas bien que resulta complicado no considerarlo uno de los mejores mangas de la historia dentro de su género. Os lo recomiendo muchísimo.
- Es un clásico que ha envejecido realmente bien. Pura nostalgia, pero con potencial para las nuevas generaciones.
- La edición roza el sobresaliente. Kitsune Manga ha dado un paso adelante. El formato kazenban le sienta genial.
- Sus personajes tienen un carisma brutal, el ritmo es bueno, la narrativa atrapa y la premisa es interesante.
- Combina muy hábilmente el drama, el humor, la acción y otros momentos de diversas características.
- El dibujo tiene muchísima personalidad.
- Se nota que es un manga algo antiguo en ciertos manerismos e idiosincrasias.
- Pierde unos pocos puntos si se le resta el factor nostalgia.