Hoy quisiera traeros la reseña de una obra antigua pero que nunca viene mal recordar de nuevo. Se trata de Solanin, un manga escrito e ilustrado por Inio Asano. En España, esta obra la licenció Norma Editorial, y probablemente se trate de una de las obras más especiales, tanto de la editorial como del propio autor.
Sinopsis
Meiko se siente frustrada y fuera de lugar en su empresa, le aterra convertirse en una oficinista autómata más. No sabe lo que quiere, pero sí necesita cambiar, que debe dar un giro a su vida antes de que sea demasiado tarde. Cree que el grupo donde toca su novio Naruo puede ser el revulsivo que necesita para recuperar el rumbo, pero esta huida hacia delante la obligará a enfrentarse a sus demonios…
Inio Asano explora con maestría el difícil camino que recorren muchos jóvenes en busca de su lugar en el mundo.
Edición
En España, la obra se editó dos veces. Una en 2014, —que es la que voy a reseñar— y otra un poco más reciente, ya que es del año pasado. La historia en ambas ediciones está recopilada en un único tomo integral A5, con páginas en B/N. Sin embargo, en la edición de 2019 tiene cuatro páginas a color. Y el precio, como era de esperar, se mantuvo en 15,95 €.
Ahora sí, centrándonos en la edición de 2014, eligieron una edición más que correcta. A simple vista es un tomo bastante grueso, ya que tiene un total de 426 páginas separadas en 28 capítulos. Sin duda, Es un acierto por parte de la editorial haber elegido este tamaño y reunir toda la obra en un mismo tomo. Y, por otra parte, comparando las cubiertas de ambas ediciones, me parece más especial la de la edición de 2014. En ella muestra a algunos de los personajes de la historia con instrumentos musicales, mientras que la edición más reciente es, literalmente, una fotografía de un campo. La primera ya al menos te hace pensar que la música sea un elemento importante, mientras que la segunda, para quienes no conozcan la obra, no de muchas pistas sobre la trama.
La incertidumbre como problema principal entre los jóvenes
En esta historia, nuestros protagonistas han acabado recientemente la universidad y se encuentran trabajando. En el caso de Meiko, una oficinista más, que aunque tenga un contrato indefinido, no le motiva nada su trabajo. Prácticamente al principio de la historia deja el empleo. Nada más dimitir, se siente libre, por así decirlo, pero esa sensación empezará pronto a pasarle factura, ya que, como bien dice «la libertad sin un objetivo resulta aburrida y que los días pasan sin más, uno detrás del otro».
Por otra parte, su novio Naruo es un ilustrador en prácticas que cobra cuatro duros al que tampoco le hace sentir especialmente realizado. Lo que realmente le gustaría a Naruo es revivir la banda que tenía con sus amigos de la uni, Billy y Kato. Sin embargo, es el único que por el momento consigue traer dinero a casa después de que Meiko se fuese del trabajo.
El cómo el autor ha plasmado en su obra el hecho de «hacerse mayor» me ha resultado bastante realista. Empezar a sentir que ya tienes que empezar a responsabilizarte de ciertas cosas y el cómo pasar de ser un joven universitario a vivir una vida de adulto, es un paso en el que te das cuenta de que la vida no es tan sencilla como parece en un principio. Cuesta adaptarse a la vida de adulto y madurar, sobre todo cuando estás obligado a hacerlo de golpe, que es lo que le ocurre a nuestra protagonista.
Sentimientos a flor de piel
Sin duda, Solanin es un slice of life bastante realista. Refleja muchos sentimientos que nos hacen indentificarnos con algunos de los personajes. Situaciones como perder a la persona a quien has querido durante años, sentir cómo una relación se empieza a desmoronar, o ver que la persona de la que estás enamorado no te corresponde, son varios de los temas que más afectan sentimentalmente a la sociedad. E incluso, el hecho de vernos tan reflejados entre las páginas de esta obra, nos hace reflexionar sobre este tipo de cosas o si no, preguntarnos cómo nos replantearíamos esas situaciones.
Es cierto que gran parte de la historia de Solanin gira alrededor de la vida de los personajes de Meiko y Taneda. Sin embargo, también hay capítulos protagonizados por el Billy y Kato, narrados por ellos mismos en primera persona. Aun sólo teniendo protagonismo en un par de capítulos, se puede saber perfectamente cómo son y qué problemas tienen.
Solanin, una canción de despedida
Hasta ahora, no hemos hablado de lo que significa el título de la obra. Y es que, avanzada un poco la historia, no tenemos ni la menor idea de qué puede significar Solanin. Y en efecto, es una canción que compone el grupo de Naruo. Como curiosidad, en 2010 se hizo un largometraje en live-action de la obra, y el grupo Asian Kung-Fu Generation interpretó la canción, cuya letra fue escrita por Inio Asano. Podéis escucharla aquí.
Como dice Meiko, Solanin es una canción de despedida para el pasado del propio Naruo. Pero creo que es una canción que se puede interpretar y adaptar a cualquier situación, centrándose en el concepto de «despedida» que la canción pretende manifestar. Muchas veces lo mejor es hacer borrón y cuenta nueva, empezar de cero y cambiar. Decir adiós es complicado en la mayoría de los casos, pero muchas veces no nos queda otra que hacerlo para seguir adelante y no quedarnos anclados en el pasado. Con esto no quiero decir que haya que olvidarse absolutamente de todo y fingir como que ciertas personas o situaciones nunca hayan existido. Esas vivencias, pueden servir de base para crecer sin olvidarse de todo lo que nos hacía felices.
Conclusiones
Esta obra de Inio Asano es una representación de las luces y sombras de las vivencias de cualquier joven. Muestra de forma sublime los problemas más comunes que tiene que afrontar un joven adulto. Aunque a veces deje un sabor agridulce, el resultado tras acabar la obra es más que satisfactorio. En el manga se representan muchos momentos emotivos, que, inevitablemente, ablandarán los corazones más gélidos. Porque una de las características del ser humano es que no es de piedra, y al representar situaciones tan realistas, no podemos evitar sentirnos conmovidos por ellas.
Solanin es una obra para descubrir por uno mismo. Al ser tan intimista, cada persona que la lee puede dar su propia interpretación, siendo así muy personal. Por ello, no tiene mucho sentido que alguien te la cuente desde su punto de vista. Básicamente por este motivo, recomiendo leer esta obra a cualquier persona, ya estén o no metidos en el mundillo del manga.
- Corrección: Guillermo Ruiz
