
Todos tenemos derecho a ser quienes queramos y a expresarnos de la manera que prefiramos. Siendo sincero, no me esperaba hablar de algo como esto en una reseña como la del volumen n.º 14 de Shikimori es más que una cara bonita, la verdad. Menos todavía a través de algo tan —en teoría— sencillo como un uniforme y un código de vestimenta.
Pero así ha sido. Keigo-Maki ha buscado una manera muy ingeniosa de mostrarnos el pasado de Micchon Shikimori mediante una pequeña trama en la que nuestra joven protagonista se enfrenta —no en el sentido más estricto de palabra— a una estudiante de primero que rompe las normas del comité disciplinario.
No hace nada del otro mundo, pues solo usa una sudadera con un emoji o lleva la falda un poco corta a tenor de los estándares del país nipón. Tonterías, tal y como nos lo hace saber Maki-sensei a medida que avanza la historia.
Shikimori, quien en ningún momento intenta imponerse de manera demasiado taxativa, intenta que una muchacha llamada Hayase deje de romper las reglas del instituto debido a que es su función como miembro del comité disciplinario.
No hay un conflicto grave y en ningún momento se enjuicia a la joven. Simple y llanamente, Shikimori intenta que todos cumplan las normas por igual. Lo que no me esperaba es que esta pequeña subtrama me acabase conduciendo directamente al pasado de Micchon.
Por azares del destino, Izumi termina encontrándose con Hayase, y acaban charlando de sus cosas. Entre otras cosas, la rebelde le ofrece hablarle del pasado de Shikimori, cosa a la que el propio Yu se niega. No obstante, la curiosidad le está matando, así que le acaba pidiendo permiso a su novia…
Reseña del manga Shikimori es más que una cara bonita n.º 14 | Portada, sinopsis y edición

Izumi, un chico cuya mala suerte casi podría considerarse sobrenatural, sigue saliendo con Shikimori, su dulce y encantadora compañera de clase. Shikimori ahora es parte del comité disciplinario y se esfuerza en revisar el vestuario del alumnado. Sin embargo, Hayase, una chica de primero, no le hace ningún caso y también parece guardar algún tipo de secreto. ¡¿Conseguirá Shikimori convencerla para que siga las normas?! ¡¿Descubriremos el pasado oculto de nuestra increíble heroína?!
Colección | Shikimori es más que una cara bonita vol. 14 de 20 |
Autoría | Keigo Maki |
Género | Comedia, romance, slice of life, vida escolar |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Precio | 9,995 € |
Tamaño y páginas | 13,1 cm x 18,1 con 144 páginas en b/n por volumen |
Traducción | Eduardo Ozores Díez (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 6 de febrero del 25 |
Reseñas | Reseña de volúmenes anteriores |
… y empieza la magia. Bien acompañado de una traducción a la altura —como siempre—, el decimocuarto volumen de Shikimori es más que una cara bonita introduce muy bien el pasado de Micchon. Lejos de parecer una obviedad, esto no es tan simple.
Es fácil incrustar un flashback, pero no es tan sencillo que sea interesante de verdad. No es raro que un autor quiera ofrecer contexto de su historia mediante este recurso. Suelen funcionar, pero a veces resultan más tediosos de la cuenta. Por suerte, Maki-sensei lo evita con mucha facilidad.
A través de Hayase, el autor despierta nuestra curiosidad junto a la del propio Izumi. Además, lo hace de manera muy correcta. Yu, lejos de ponerse a cotillear, primero rechaza su oferta, pero habla con su pareja por pura curiosidad, no porque quiera saber nada en concreto.
El pasado de Shikimori


En realidad solo quiere saber más sobre ella, por lo que cuando la propia pelirrosa le ofrece buscar algún álbum antiguo, le pregunta si él puede moverse por su cuenta. Micchon no es tonta, y se figura que sabe cómo conseguirlo, así que le da su visto bueno.
Ahora sí, con el OK de su pareja, Izumi va donde Hayase, quien le muestra fotos de Shikimori cuando hacía artes marciales. Todo sea dicho, no todo está bien justificado, ya que en ningún momento llegamos a saber cómo esta puede tener fotos de Micchon.
No parece que las haya tomado a escondidas, sino que incluso son de frente, pero Shikimori no la recuerda. Así pues, no eran amigas, por lo que este detalle se queda un poco descolgado. Lo aceptamos por el bien de la trama, aunque para mí es un fallo. No tiene importancia, pero ahí está.
Sea como fuere, este desarrollo nos permite descubrir una faceta oculta de nuestra protagonista y, además, nos acerca a ella más que nunca. Ahora por fin sabemos por qué a veces se muestra tan intensa con lo de ser mona. Aunque a todos nos encanta que sea una fiera, y nunca oculta ese lado de su personalidad, prefiere que Izumi la vea como una chica linda.
Él siempre la ve de esa manera, pase lo que pase. En cualquier caso, sabíamos que había algo ahí y ahora sabemos qué es. Y no, no es especialmente traumático. Como todo buen slice of life, Shikimori es más que una cara bonita trata el tema de manera muy relajada.
Es lo que esperaba, la verdad, debido a que cualquier otra cosa no habría encajado demasiado con la atmósfera habitual del manga. De cualquier manera, lo importante es que el manga nos ofrece un dato importante para seguir profundizando en su historia.
Un slice of life que sabe manejar los tiempos


Hasta cierto punto, tiene sentido que sea ahora, ya que la historia se está acercando a su final. El manga completo consta de 20 tomos, por lo que Maki-sensei tiene que sacarlo todo durante los siguientes capítulos si no quiere dejarse nada en la chistera.
Debo decir que esto me apena, puesto que como comedia romántica podría haber durado todo el tiempo que hubiera querido. Por suerte, no soy yo quien toma estas decisiones, y es que el ritmo general es bueno. Si bien es cierto que a veces la historia es un poco lenta, ha avanzado a buen ritmo.
Además, aunque no lo parezca, en esta historia sí que pasa el tiempo, por lo que no sería raro que poco a poco nos fuésemos acercando a la graduación de nuestros chicos y la historia se despidiese con este evento. Inclusive, me atrevo a soñar con un pequeño time-skip que cierre la historia con ellos siendo adultos.
Sin embargo, aún es pronto para hablar de ello, porque —por lo menos— nos queda un añito para llegar a este punto. Con esto en mente, mi único consejo es que disfrutéis de la historia hasta el final. Y si has llegado aquí por casualidad y no conoces Shikimori, te la recomiendo encarecidamente si gustas de las comedias románticas tipo slice of life.


- Divertido y fácil de leer. La narrativa está progresando.
- Entretenido y simpático. Su concepto del amor es tierno y llamativo.
- Ignora los llamados «roles de género».
- Buena construcción de personajes principales.
- Los secundarios empiezan a dar más de sí mismos.
- Dibujo limpio, diseño adecuado y ritmo dinámico.

- Los fondos no están demasiado trabajados.
- A veces le cuesta pisar el acelerador.