Cuando me embarqué por primera vez en la obra de Keiji Nakawaza resumí aquellas mis primeras en una simple palabra: «dolor». Hoy, en mi reseña del manga Pies Descalzos: una historia de Hiroshima n.º 2 me veo en la obligación de recuperar aquel mismo término para recordaros, una vez más, que estamos ante una historia —cuando menos— muy cruda. Ambientada en un hecho histórico, nos cuenta las desventuras de un joven superviviente y su familia… O lo que queda de ella.
Ken, un joven huérfano de padre que tuvo que abandonar a sus hermanos menores bajo los escombros de su hogar en llamas, nos cuenta las vivencias (reales) de un muchacho que vivió una de las mayores barbaridades ejecutadas por el ser humano. Y es que, en efecto, Pies Descalzos no solo es un relato histórico, sino que también es un drama basado en hechos reales.
Por lo tanto, siempre bajo el amparo de las licencias creativas que cualquier autor se otorga a la hora de narrar, lo que nos vamos a encontrar —una vez más— son recuerdos desfigurados por el tiempo y el dolor. Ken, el niño que sobrevivió a Hiroshima, es un alter ego de Keiji, el autor. Todo lo que cuenta lo vivió de una manera u otra. Hasta dónde llega la verdad y hasta dónde llega la ficción es otro tema, pero…
Siendo sincero, todavía recuerdo aquellas primeras páginas en las que regresó al que era su antiguo hogar para recuperar los restos mortales de sus hermanos. Fue una de tantas imágenes que me vienen a la memoria. Niños llorando mientras las llamas ahogaban sus gritos, cuerpos en descomposición recorriendo las calles de la ciudad y muerte. Sobre todo muerte. Dicho esto, y antes de seguir, hablemos de la edición.
Reseña de Pies Descalzos n.º 2 | Portada, sinopsis y edición
La historia de Gen es la de un superviviente que nos muestra, a través de su mirada, cómo su mundo se convierte en un infierno. Con tan solo seis años, conoce el sufrimiento de los que pierden a un ser querido a manos de la guerra; o de los que, como Natsue, la niña que conoce pocos días después del ataque, han quedado desfigurados por las quemaduras. Gen, su madre y su hermana Tomoko, nacida de forma prematura a causa del estrés postraumático, deberán aprender a vivir en una ciudad en la que solo parece tener cabida la desesperación. La desgarradora tragedia de Gen se inspira en la experiencia del propio autor, que en agosto de 1945 también era un chiquillo de seis años incapaz de comprender lo que ocurría.
Esta monumental obra es una oda a todos aquellos que sobrevivieron, un homenaje a los que perdieron la vida y un recordatorio de los horrores que el hombre es capaz de crear. Pies descalzos no solo trata los terribles efectos de la bomba atómica, sino que también muestra los dilemas éticos a los que debe enfrentarse una familia humilde cuyo único deseo es poder vivir en paz en el marco de una cultura conservadora, militarizada y entregada a una causa bélica.
| Colección | Pies Descalzos vol. 2 de 4 |
| Autoría | Keiji Nakazawa |
| Género | Shônen, histórico, drama, slice of life |
| Formato | Tapa blanda con solapas |
| Tamaño y páginas | 15,2 x 21,1 cm 608 páginas en b/n |
| Precio | 23,95 € |
| Maquetación | Yellowkidsworks |
| Traducción | Víctor Illera Kanaya y María Serna Aguirre |
| Fecha de lanzamiento | 07/09/2023 |
| Reseñas | Primer volumen |
Debido a que ya os expliqué los elementos más importantes de la edición durante la reseña del primer tomo, en esta ocasión me limitaré a deciros que han mantenido el alto nivel de la misma con este segundo volumen. Mediante un tomo muy sólido, una maquetación de calidad y una traducción de gran nivel, Pies descalzos nos ha vuelto a sorprender por su buen hacer editorial. Esto, teniendo en cuenta que hablamos de tomos de más de 600 páginas, no es nada fácil, así que el trabajo de Distrito Manga destaca más todavía.
Un manga que no edulcora la verdad
Habiendo dejado muy claro que una de las grandes virtudes de esta licencia es su impresionante edición, podemos recuperar la cuestión del contenido. En ese sentido, quiero volver a destacar una cuestión muy concreta: la cruda realidad desde la perspectiva de un niño hecho adulto. O lo que es lo mismo, la ficción y la historia tienen un marcado componente subjetivo que se va filtrando a través del subtexto poco a poco.
Lejos de lo que podría parecer, no lo resalto como un error. Más bien todo lo contrario. Creo que esta cualidad le confiere mucha personalidad. Así pues, cuando nuestro protagonista empieza a recoger las calaveras de los fallecidos para conseguir dinero para su madre enferma, es lógico que tenga sentimientos encontrados. Por un lado, se nota que busca contarnos las cosas tal y como sucedieron.
Por el otro, tiene mucho sentimiento… Y tal vez ficción. ¿Sucedió aquello? Si os soy sincero, no me lo quiero ni imaginar, porque su mera representación gráfica tiene el don de revolverte el estómago. Es muy, muy doloroso. Te deja con un nudo en la garganta y te hace replantearte muchas cosas casi sin darse cuenta. Y sí, esta es una de sus grandes virtudes. Pies Descalzos es mucho más que una mera obra de entretenimiento.
Dos años después…
Invita a la reflexión y subvierte la moral de cualquiera que tenga la valentía de sumergirse entre sus dibujos y diálogos. Sin trampa ni cartón, el autor explora el dolor que sufrieron tanto él como los suyos. En esta ocasión, mediante un time-skip que nos transporta a la Japón ocupada por los americanos dos años después de los eventos acaecidos. O lo que es lo mismo, a los tiempos de una sociedad que apenas empezaba a recuperarse y que hacía lo necesario para sobrevivir.
De hecho, gran parte de este segundo volumen se centra precisamente en eso: la supervivencia. Aunque han pasado dos años desde que cayó la bomba, la situación sigue siendo muy compleja. De hecho, en muchos ámbitos se recrudece, pues la presencia del ejército americano provoca que el acceso a los alimentos sea más complicado que antes. Recuperando el carácter crítico del primer tomo, el autor vuelve a mostrar su rechazo a las fuerzas armadas.
Tanto a las propias como a las extranjeras, por supuesto. Desde la perspectiva de un niño que es adulto tras las bambalinas, Nakazawa revela la prepotencia y el totalitarismo que se instauró en su hogar. No obstante, para con el ejército americano, además, muestra un profundo desprecio construido a través del rencor. Algo lógico si tenemos en cuenta que «ellos fueron quienes asesinaron a su familia».
El mundo es un lugar gris manchado de sangre
Ahora bien, no todo es negativo. A través del rechazo y el miedo, también revela que no todos son «demonios extranjeros». Muchos de los soldados son personas cualesquiera. Algunos, inclusive, se esfuerzan en intentar echar una mano de verdad. Otros tantos, por el lado contrario, muestran bastante desprecio por los demás; carecen de empatía y lo resuelven todo con violencia. De esta manera, el autor nos deja muy claro que hay todo tipo de personas indiferentemente de la nacionalidad.
El clima que se respira es complicado y los sentimientos se entrecruzan; la diatriba es total y es complicado saber en quién pueden confiar. Por ejemplo, un exsoldado japonés de los que tanto rechazaba su padre les salva la vida en varias ocasiones y les intenta explicar como sobrevivir. Parece buena persona, pero también asesina perros callejeros para comérselos y no morir de inanición. ¿Está haciendo bien o es un ser amoral?
Personalmente, este gesto no me agrada en absoluto, pero también es cierto que soy incapaz de imaginarme cómo de duro tuvo que ser aquello. Se nota, de hecho, que no lo hace por gusto propio, sino por pura necesidad. A través de estos relatos, Nakazawa realza la crudeza de los tiempos que le tocó vivir y las dificultades del pueblo nipón a través de una historia que mezcla tanto crítica como comprensión. El resumen, al final, es claro: el mundo se rige en una escala de grises en donde todos son buenos o malos según la perspectiva y la ética individual de quien observa.
- Como autobiografía histórica tiene un valor tremendo al recrear uno de los episodios más oscuros de la historia de la humanidad.
- Es un relato con detalles muy íntimos que sabe expresar el dolor y la crudeza de Hiroshima de manera muy sensible.
- Tiene un valor brutal tanto como relato histórico como dentro de la evolución del manga.
- Consigue capturar al lector por su narrativa.
- Los diálogos y el guion son erráticos, generando momentos en donde el ritmo baila demasiado y los escenarios son confusos.
- Es complicado de digerir. Presenta escenarios muy duros.
