Reseña de Las recetas de Ume vol. 2, aprende a cocinar con un manga

No todos los mangas traen consigo decenas de historias y/o tramas esencialmente complicadas. Al igual que sucede con el cine o la literatura, hay narrativas muy dispares. En ese sentido, cada vez que preparo una reseña como la de Las recetas de Ume y su volumen 2, me doy cuenta de que incluso este tipo de descripciones se quedan cortas. A fin de cuentas, estamos muy habituados a los libros técnicos y/o de aprendizaje. De hecho, y hasta en cierto modo, coexistimos con ellos desde que somos poco más que unos críos, pero… ¿Alguna vez os habríais imaginado que pudiesen diseñar un manga de cocina?

Sí, un manga de cocina. O lo que es lo mismo, un tebeo de origen japonés cuya principal premisa es enseñarnos a cocinar diferentes platos. De hecho, es todavía más peculiar si tenemos en cuenta que solo aborda un tipo: batch cooking. O lo que es lo mismo, todos los platos que se presentan tanto en el primer como en el segundo tomo son de tupperware. ¿Cómo? Pues a través de un joven que ha empezado a vivir solo y quiere disfrutar de las bondades de la comida casera, pero no tiene tiempo por las noches para ponerse a cocinar por su horario de trabajo.

Es ahí donde entra el concepto de batch cooking. Es, sin duda, una idea muy curiosa. Tanto es así que me he atrevido con alguno de los platos que presenta y, siendo sincero, no está nada mal. Por supuesto, no creo que estén tan ricos como la mayoría de platos que se sirven al momento, pero tiene su aquel. Sobre todo para aquellas jornadas en las que estamos liados. Aparte, las recetas que presenta no tenemos que guardarlas si no queremos. ¿Cómo? Os lo explico a continuación.

Reseña de Las recetas de Ume n.º 2 | Portada, sinopsis y edición

Cuando su hermana se casa, Ume empieza a vivir solo por primera vez. La independencia no es tan bonita como la pintan. Hay que limpiar, hacer la colada y cocinar todas las comidas del día. Ume está muy bien acostumbrado y quiere hacerse la comida cada día, sin importar lo ocupado que esté, pero es difícil porque siempre tiene que quedarse en el trabajo hasta que pasa el último tren y llega agotado a casa. Es entonces cuando descubre un nuevo estilo de vida donde te preparas la comida de toda la semana por adelantado.

En general, creo que podemos decir que Las recetas de Ume es un producto de buena calidad en términos generales. Aunque hay algunos marcos ligeramente cortados por los bordes físicos, considero que la calidad es de buen nivel. Tanto la calidad de los materiales como la traducción están a la altura de las expectativas, por lo que deja un buen sabor de boca… Nunca mejor dicho. Aparte, goza de una maquetación correcta, aunque no demasiado recia, y una puesta en escena agradable. Eso sí, hay varias escenas con algo de moiré tanto en los personajes como en los fondos, siendo algo que no podemos obviar.

Nuevos platos y nuevas experiencias

En lo que respecta al manga, no puedo decir que la cosa haya cambiado demasiado respecto al primer tomo, pues la idea es la misma. De hecho, habiendo leído ya un par de ellos, entiendo perfectamente por qué es una serie corta. Aunque las recetas que presenta son interesantes, no considero que hubiese funcionado a largo plazo. Es más, en formato episódico tiene bastante valor si lo encuadramos dentro de una revista semanal, ya que genera más impacto.

Cuando se traslada a un tankobon, es decir, un tomo convencional, pierde parte de ese fuelle, pero se sigue sintiendo bastante interesante. A fin de cuentas, es una forma diferente de aprender cocina. Por lo tanto, entiendo que solo te interesará si tienes curiosidad por aprender a preparar tus propios platos y/o quieres saber más recetas de origen japonés a través de un nativo. Seguramente, este sea su mayor valor, puesto que la perspectiva es bastante única.

Es más, infiero que Ai Nimoda ha probado la mayoría de recetas que utiliza en el manga, puesto que la forma en que describe el proceso y los sabores es bastante precisa. Por supuesto, en ese sentido, la supervisión de Nozomi es vital, pues es quien le da el toque final. Sea como fuere, cuando leo, tengo la sensación de que es la propia autora quien ha probado todas recetas para darnos el mejor resultado posible.

Aprendiendo a cocinar batch cooking

A fin de cuentas, cuando nos cuenta cómo es el proceso, se siente muy cercano. Es casi de carácter biográfico, teniendo siempre en cuenta que todo lo que cuenta es ficcional y que el eje de todo es la cocina. Sus personajes son poco más que una excusa para presentar los distintos platos y darnos algo de contenido adicional para aderezar y aligerar la lectura, pues de otra manera sería un libro de cocina convencional. En cierto modo, lo es, pero explica el proceso de manera muy gráfica.

Es por esto mismo que considero que funciona como lectura, siempre y cuando —como ya he dicho— te interese aprender a cocinar y/o te llamen la atención este tipo de platos. Lo bueno es que, aunque no tenga casi argumento y las secuencias sean relativamente planas, el dibujo es llamativo. Es más, cuando terminas de ver un plato y lo ves, o cuando le echas un vistazo a la receta final… Pues la verdad es que te entra el hambre y hasta te entran ganas de experimentar con la batch cooking.

Todo sea dicho, no podemos decir que sea un manga que haga demasiados alardes o tenga más atractivos. Buscar otra cosa diferente a un libro de cocina ilustrado en formato cómic es equivocarse de obra, puesto esto es precisamente lo que ofrece. Sencillo y directo, ofrece justo lo que promete.

• Es bastante original, puesto que funciona como libro de cocina.
• El dibujo es agradable.
• La lectura es amena y agradable.

• No tiene historia como tal. Si no te gustan los libros de cocina, no es para ti.