Cuando uno habla de series tales como Urusei Yatsura se cita directamente con la historia, pues el nombre de Rumiko Takahashi hace mención a una leyenda viva de la industria del cómic, ya sea nipón o internacional. Y si bien es cierto que hoy día parece que series como One Piece, Naruto o Death Note son las únicas que han marcado un antes y un después, pocos autores tienen tantos éxitos como ella. Es por esto que una reseña como la del manga Lamu y su volumen 1 siempre son especiales.
Por supuesto, no es mi intención menospreciar a genios como Eiichiro Oda, por ejemplo. Más bien todo lo contrario. No obstante, tengo la firme opinión de que Rumiko siempre ha permanecido en un segundo plano… y eso es muy injusto. A fin de cuentas, hablamos de la creadora de Ranma ½, InuYasha o Mermaid Saga, entre muchas otras. Sin embargo, Urusei Yatsura (conocida en España como Lamu) es una de las más especiales… pues fue su primera serialización larga.
Y es que, aunque muchos no lo sepan, Lamu se publicó originalmente entre 1987 y 1987. Asimismo, fue una de esas series de animación que fue más allá de Japón y se convirtió en la infancia de muchos adolescentes hispanohablantes. En España, inclusive, llegamos a disfrutar del manga hace muchos años bajo el sello de la ya extinta editorial Glenat. Ahora, años después, ha regresado a nosotros gracias a Planeta Cómic.
Reseña del manga Lamu (Urusei Yatsura) n.º 1 | Portada, sinopsis y edición
He aquí el pistoletazo de salida del universo de manga de Rumiko Takahashi, ¡una explosión de risas sin fin!
Por algún motivo, el pobre Ataru Moroboshi tiene la desgracia de atraer para sí toda la mala suerte del mundo. Encima, está de metido en un peculiar triángulo amoroso con Lamu, la alienígena invasora que es ahora su mujer, y su novia Shinobu, ¡y juntos viven las peripecias más bizarras que jamás se hayan visto!
| Colección | Lamu (Urusei Yatsura) vol. 1 de 17 |
| Autoría | Rumiko Takahashi |
| Género | Ciencia ficción, comedia, ecchi, romance, slice of life |
| Formato | Rústica sin solapas con s/cub. |
| Tamaño y páginas | 14,8 x 21 cm con 384 páginas en b/n |
| Precio | 15,95 € |
| Maquetación | Planeta Cómic |
| Traducción | Verónica Calafell y Alberto Aldarabí (Daruma) |
| Fecha de lanzamiento | 07/02/2024 |
| Reseñas | Volúmenes anteriores |
En ese sentido, uno de los elementos más importantes es la edición, puesto que Lamu ha vuelto en formato kazenban. Así pues, en lugar de 34 volúmenes, la editorial nos ofrecerá una colección de 17 tomos 2 en 1 en formato 14.8 x 21 cm. Un auténtico lujazo, vaya. Sin más, soy bastante fan de este tipo de ediciones, pues me parecen mucho más interesantes tanto a la hora de leerlos como de organizarlos en la estantería. En general, Planeta ha realizado un gran trabajo para con esta, puesto que tanto la traducción como la maquetación son de buena calidad. Además, viene con márgenes interiores y la traducción es buena, no hay cortes en los bordes físicos y, en general, te deja con buen sabor de boca.
Un clásico entre clásicos con una edición renovada
Ahora bien, no hay luces sin sombras, y las de este Lamu son su sentido del humor. Aunque no es tan exagerado como en Chicho Terremoto, por ejemplo, Urusei Yatsura sigue teniendo cierto componente de humor verde. ¿Cómo? A través de un personaje principal bastante pervertido que no duda en ir a jurarle su amor eterno a casi cualquier mujer guapa que ve. De hecho, durante este primer tomo no duda en intentar meterle mano o ligarse a casi cualquier mujer que ve cuando durante gran parte del volumen le está perjurando a Shinobu, su novia-no novia del instituto que ella es la mujer de su vida.
De hecho, esta situación se mantiene hasta cuando llega Lamu. Pero… ¿Y quién es Lamu? La historia de este manga comienza cuando un joven de 17 años llamado Ataru Moroboshi descubre que tiene que vencer a una alienígena llamada Lamu en el juego del pilla-pilla si no quiere que una raza extraterrestre invada y conquiste su planeta. Durante casi una semana, el chicho falla estrepitosamente, pero por azares del destino logra la victoria y se declara… sin darse cuenta. Shinobu, intentando motivarle, le dice que, si vence, se casará con él, así que cuando gana, grita que por fin se podrá casar, pero Lamu le malentiende y se lo toma como una declaración de amor.
A partir de ese punto inicia una suerte de triángulo amoroso en el que la dinámica siempre es la misma: Ataru reniega de Lamu, esta se enfada y pasan cosas. Todo ello mientras Shinobu aparece y declara su amor y su odio constantemente, siendo incapaz de renunciar a Ataru, pero tampoco puede aceptarlo. Se genera así un manga compuesto por decenas de historias independientes conectadas por sus personajes y con distintos personajes.
La mala suerte de Ataru será uno de los motores narrativos de la historia
Y es que, a diferencia de muchas series contemporáneas, aquí la trama no sigue una línea recta, sino que se compone de muchas historias cortas que van haciendo que sus protagonistas evolucionen poco a poco. La tónica de la mayoría de ellas será que Ataru es un chico con una mala suerte desmedida. Está tocado por la desgracia, así que siempre acaba metido en líos con otros alienígenas, fantasmas, demonios, etc. Es un imán para yokais y criaturas sobrenaturales.
La mala suerte, sumado a su carácter mujeriego, hacen que siempre se meta en toda clase de líos de los que, extrañamente, acaba saliendo relativamente airoso. Eso sí, Lamu siempre estará ahí y no permite que nada ni nadie los separe. Esto provoca que, durante los primeros compases de la historia, Ataru sienta bastante rechazo hacia ella, aunque la ve muy atractiva. Todo esto engendra la base de un manga que va evolucionando muy a su ritmo y que no pretende rompernos la cabeza con una trama excepcionalmente complicada.
Es relativamente fácil de seguir. En general, es una lectura bastante ligera, aunque a veces es tan caótica que cuesta seguirle el ritmo. Eso sí, tiene su punto y, si te gustan las historias con un humor más clásico, seguro que te encantará. Aparte, tiene un gran valor histórico, sobre todo porque en España llevábamos muchos años (más allá de algún volumen recopilatorio de historias concretas) sin poder disfrutar de la serie. La reventa era un lugar peligroso, pero ahora todos somos más felices gracias a esta nueva edición.
Reseña del manga Lamu (Urusei Yatsura) n.º 1 | Conclusiones
El caso es que Lamu tiene muchas cosas buenas, pero no podemos olvidarnos de que es un manga con más de 40 años a sus espaldas, tanto para lo bueno como para lo malo. Por ejemplo, el dibujo puede ser plano y simple, pero también es muy bonito. Personalmente, me gusta mucho, ya que no solo es un trozo de historia en formato físico, sino que, además, tiene un encanto único que hoy día no podemos encontrar. Vaya, que no creo que se deba menospreciar porque se pueda entender como «peor» respecto a otras obras actuales.
No pienso que seo así. Son estilos y épocas diferentes y, dentro del suyo, lo cierto es que Lamu me parece especialmente bueno. Sobre todo porque fue capaz de crear personajes fácilmente identificables con rasgos muy concretos que incluso hoy día perduran. Aunque los más jóvenes no los reconozcan, el bikini de leopardo y el pelo azul son rasgos con nombre propio: Lum. En este caso, Lamu. Algunos más veteranos los reconocen inmediatamente, mientras que otros tantos ahora saben de ellos gracias a sus nuevas series de animación.
Sea como fuere, soy de los que opina que Lamu, dentro de esos preceptos clásicos, supo encontrar su lugar y ofrecer algo distinto. Muchos mangas actuales han aprendido de esta historia y de Rumiko, por lo que, aunque ya no se sienta tan novedoso, sí que era (y es) innovador. A fin de cuentas, la autora es una de las grandes precursoras del manga. tanto es así que hoy día no solo sigue dibujando y publicando, sino que tiene bastante prestigio en el país del Sol Naciente.
- Es un clásico entre clásicos que ha envejecido muy bien.
- Es entretenido.
- La edición le sienta muy bien. El kazenban siempre es lo mejor con este tipo de obras.
- El humor se siente demasiado anticuado a veces.
