Bien es sabido por muchos que Rumiko Takahashi es una de las mangakas más relevantes y prominentes de la industria. Con un estilo bien definido, lleva años haciendo las delicias de miles de lectores con sus muy diversos trabajos. En España, por suerte, hemos podido acceder a muchas de ellas. Personalmente, y desde hace tiempo, empecé a disfrutar de su arte una vez más, aunque de forma diferente gracias al explorarlas mediante textos como el de esta reseña de InuYasha n.º 6.
A fin de cuentas, además de abordar el manga de una manera muy diferente a la que estoy acostumbrado, la he podido redescubrir mediante una edición en formato kazenban que, sin más, me está encantando. El formato, que le sienta a las mil maravillas, no solo ha restablecido un trabajo que dice ser histórico, sino que además la ha recuperado con un ritmo excepcionalmente bueno gracias a que se publica junto con más capítulos de lo normal.
Recordemos, pues, que las ediciones kazenban se caracterizan por ser algo así como un 2 en 1 en donde tanto el tamaño del tomo como la cantidad de páginas son mayores de lo normal. Es por esto mismo que puedo alabar ese ritmo del que ya os he hablado, pues gracias a esta idea somos capaces de consumir más contenido en menos tiempo y de manera más seguida.
Y aunque pueda parecer una tontería, este tipo de circunstancias afectan a la calidad de la lectura. Por suerte, no es lo único en lo que podamos decir que es mejor, pues lo tiene todo para destacar en casi cualquier estantería. Si bien es cierto que no podemos decir que sea una edición de lujo, sí que se acerca mucho a ese carácter «coleccionista» que muchas veces nos gusta destacar.
Reseña del manga InuYasha n.º 6 | Portada, sinopsis y edición

Parece que Inu-Yasha, Miroku y Sango tienen un enemigo en común, Naraku, quién está conspirando para hacerse con la Joya de las Cuatro Almas. ¿Conocer los orígenes de la enigmática Joya ayudará a encontrar la manera de derrotar a este temible demonio antes de que Miroku sea absorbido por su maldición?
Colección | InuYasha vol. 6 de 30 |
Autoría | Rumiko Takahashi |
Género | Acción, aventura, romance, fantasía, isekai, isekai invertido |
Formato | Rústica sin solapas con s/cub. |
Tamaño y páginas | 21 x 14,8 cm con 360 páginas en b/n |
Precio | 16,95 € |
Maquetación | Planeta Cómic |
Traducción | Marc Bernabé (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 0507/2023 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
Sobre la edición, creo que no sorprenderé a nadie si vuelvo a decir, una vez más, que Planeta Cómic cumple con muy buena nota. En general, la editorial sabe cuidar muy bien sus productos estrella, siendo InuYasha uno de ellos. Tanto por traducción como por maquetación es un tebeo que cumple con nuestras expectativas.
InuYasha no frena y la historia no deja de avanzar

Ahora bien, ¿qué es lo que nos hemos encontrado durante la lectura de este sexto volumen? De buenas a primeras, mucha información. Aunque de buenas a primeras podía parecer —sobre todo para aquellos que no conocían la obra con anterioridad— que Sango era poco más que una guerrera, lo cierto es que no es así. Tanto ella como los suyos estaban buscando las gemas de alma por diversas razones, al igual que muchos otros. No obstante, a diferencia de la mayoría, sí que sabían cuál era su origen.
De esta manera, la llegada de Sango nos abre todavía más fuerzas y ensancha el argumento al introducir nuevas cuestiones y subtramas. Gracias a esto somos capaces de entender un poco mejor su poder, su origen, etc. En general, nos brinda información más que suficiente para que sigamos asentando las bases de la historia, pero sin desvelar demasiado. Y es que, en ese sentido, Rumiko es una mangaka bastante buena.
Sabe qué y cuándo contarnos algo para recuperar la atención del lector una vez empieza a descender el interés. Ahora bien, no todo es perfecto, pues la artista adolece de un mal muy concreto: siempre pasa algo. Lejos de dejar pautas y escenas algo más tranquilas, la nipona siempre agrega acción, drama o tensión a cada escena. Esto provoca que a veces sea algo complicado descansar.
Un ritmo (a veces) demasiado trepidante

Si bien es cierto que no podemos decir que el manga sea una montaña rusa y/o no deje de ascender, le falta algo de calma. Sin más, apreciaríamos que se tomase un poco más de tiempo para desarrollar ciertas situaciones o dejar que nuestros personajes descansen. Por supuesto, esto no es una constante, pero sí es relativamente habitual. Pese a ello, podemos seguir diciendo que el constructo general es bueno.
Donde también flaquea, y esto es algo que se hace evidente al avanzar la trama, es que algunos de sus diseños son demasiado planos. Si los monstruos, los espíritus y los yokai rebosan de carisma, la mayoría de humanos ofrecen justo lo contrario; se nota que están cortados por el mismo patrón y a veces resulta muy complicado diferenciar a unos de los otros. Si dejamos fuera sus trajes, incluso algunos secundarios importantes o protagonistas tienen este problema.
Más allá de esto, InuYasha sigue siendo una gran historia que ha prevalecido en la memoria de los lectores por muchas razones. La calidad de su historia, la forma en que se relacionan sus personajes o el sistema en que se conectan las historias de estos son algunos de los motivos que le han permitido erigirse como un manga de culto entre jóvenes y adultos.
Reseña del manga InuYasha n.º 6 | Conclusiones

Llegados a este punto, no me gustaría extenderme mucho más, pero hay otros detalles que me gustaría mencionar antes de retirarme. El primero de ellos es que, poco a poco, la relación entre Inuyasha y Kagome se sigue construyendo. En ese sentido, Rumiko le da una lección a no pocos autores contemporáneos: si pasan cosas entre dos personas que se atraen, mejor. No digo que ahora sean pareja, que se hayan declarado, etc. Sin más, que no tienen una actitud tan paroxista como muchos otros mangas románticos.
Pertrechados en una actitud muy tsundere, siguen si dar su brazo a torcer del todo, pero cada vez se ven más detalles y comentarios. Como se suele decir, «se vienen cositas», aunque no solo entre ellos dos. La conexión y la química entre Miroku y Sango es evidente, sobre todo por parte del primero. El monje, que de tonto no tiene un pelo, es bastante directo, aunque todavía queda mucho terreno que explorar.
Sobre todo cuando tenemos en cuenta que hay muchos detalles sobre ambos que siguen ocultos sobre un tupido velo de misterio que se irá desvelando poco a poco. Por lo demás, puedo seguir diciendo sin miedo a equivocarme que InuYasha sigue siendo uno de los grandes mangas de la historia por muy diversas razones. Un clásico entre clásicos que ha envejecido bastante bien.


- Sigue siendo un clásico entre clásicos. Es historia del manga.
- Los personajes son muy únicos y su concepto de isekai es refrescante.
- La edición es de gran calidad y el dibujo, aunque antiguo, tiene mucho encanto.
- Empiezan a aparecer y ganar importancia los secundarios.

- Sigue abusando de ciertas conveniencias de guion.