
Llegados a este punto, podemos decir que Dead Mount Death Play ha asentado sus bases más que de sobra, por lo que en mi reseña del volumen n.º 4 me gustaría centrarme en algunos aspectos generales del manga para aquellos que tal vez todavía no conozcan el trabajo de Ryohgo Narita y Shinta Fujimoto.
De buenas a primeras, me gustaría valorar su premisa. Aunque no puedo decir que es algo inédito, pues no es el primer isekai inverso que vemos, sí que se siente como un pequeño soplo de aire fresco en un mercado colapsado de viajes entre mundos.
En cierto modo, recuerda a otras grandes series, como Overlord, ya que plantea la historia desde la perspectiva de un antihéroe que se acerca más al prototipo de villano que al de héroe. El caso de Overlord nos plantea la pérdida de moralidad de un ser antes humano, mientras que en Dead Mount Death Play se recorre la senda opuesta.
El Dios Cadáver era uno de los mayores nigromantes de su antiguo mundo, pero antes fue un ser normal y corriente. Con el paso del tiempo, acabó convirtiéndose en una suerte de desastre mundial hasta el punto de que se le llamó calamidad.
No obstante, su aterrizaje en el mundo de los mortales nos revela que, tras esa máscara de destrucción, se esconde un joven con buen fondo que poco a poco muestra su humanidad. Ahora bien, no quiero que me malentendáis: el Dios Cadáver no es un héroe. Tampoco es buena persona.
Es un ser errático con una perspectiva del bien y el mal bastante distorsionada. Su manera de ver el mundo no es la de una persona normal y corriente, sino la de un ser casi eterno que no entiende la muerte de la misma forma que nosotros.
Reseña del manga Dead Mount Death Play n.º 4 | Portada, sinopsis y edición

Un nigromante de otro universo que va en busca de la paz se reencarna en el mundo actual, un lugar sin magia… o eso se suponía. Alborotadores como el Fantasma Solitario, un ilusionista que usa trucos para darle color al mundo, empiezan a moverse en Shinjuku mientras la policía va detrás de ellos. La familia Shinoyama, por su parte, repta entre las sombras.
Una nueva historia que enlaza realidades paralelas de la mano de Ryôgo Narita y Shinta Fujimoto. La historia avanza de forma inesperada y todo empieza a conectarse… en Shinjuku.
Colección | Dead Mount Death Play vol. 4 de 14 (serie abierta) |
Autoría | Ryôgo Narita y Shinta Fujimoto |
Género | Acción, comedia, drama, fantasía, sobrenatural |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Precio | 9,95 € |
Tamaño y páginas | 13,1 cm x 18,1 con 240 páginas en b/n |
Maquetación | Yellowkids |
Traducción | Gemna Tarrés Guasch (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 6 de febrero del 25 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
Es por esto mismo que se acerca a la premisa de antihéroe. No le gusta ejercer su poder sobre los demás sin motivo alguno y no actúa por motivos aparentemente egoístas. Tampoco es que disfrute de la crueldad de manera gratuita. Pese a ello, concibe la tortura como algo natural.
Sus actos se alejan mucho de lo que se consideraría justo. Sin embargo, encontramos satisfacción en ellos. Su manera de proceder es la que muchas veces anhelamos en un protagonista: actúa y no te andes con tonterías. Hay gente que no se merece el perdón… o eso es lo que nos hace pensar.
Un protagonista con varias caras

Gracias a esta construcción, Dead Mount Death Play logra funcionar pese a que su premisa no sea tan original, dentro de que sí ofrece alguna que otra variación. Es el Dios Cadáver en el cuerpo de Polka quien sostiene la trama, siendo uno de esos protagonistas que ocupan mucho espacio en la historia.
Al menos cuando citamos a sus compañeros. Si bien es cierto que nos hace gracia que uno de los coprotagonistas sea el alma de un niño atrapado en un tiburón de peluche, no tiene la fuerza necesaria como para sostener la trama. Tampoco sus compañeros. Son buenos recursos complementarios, pero sin él pierden mucho.
Tampoco lo consigue Misaki, la asesina de Polka que ahora trabaja con el Dios Cadáver. Aunque el diseño tiene su aquel, sus motivaciones no son del todo creíbles. Aún no tiene el empaque necesario y, a veces, parece poco más que una excusa para darnos fanservice.
Sin más, conversaciones de baño en las que le confiesa a la primera de Polka que fue ella quien lo mató… ¿porque quiere que la castiguen? mientras las dos enseñan los pechos. Son cosas que sigo pensando que no aportan demasiado a la trama, pues son escenas demasiado forzadas.
Poco a poco son menos o se plantean desde un ámbito más interesante, pero siguen patinando de cuando en cuando. Todo sea dicho, si gustas del ecchi, seguramente sí te gusten estos momentos, pues Shinta es un gran dibujante y es capaz de crear diseños atractivos en casi cualquier situación.
Cuando el protagonista ni es el único que brilla

Su trazo es fino, limpio y fácil de seguir. Es un dibujante con mucha mano para el seinen, y esto es algo que podemos ver desde el principio. Lo bueno es que no está solo, ya que Narita también es muy bueno. Falla en la escritura de ciertos secundarios, pero es capaz de sacar lo mejor de sí mismo en otros muchos.
Personajes que se mueven entre las sombras —asesinos, policías con más peso en la trama y humanos que parecen haber salido de una película de fantasía y misterio— brillan con luz propia. Hay muchos secundarios fuera del grupo de Polka que generan mucho interés. Son capaces de llevar el peso del argumento cuando este no está, y se nota.
Es por esto mismo que no solo tengo esperanza en que el grupo principal mejore, sino que, además, puedo decir que el plantel es bueno. Tienen carisma y saben cómo atraparte con sus historias, sus diseños y sus diálogos. Esto es algo que he podido ratificar en este cuarto volumen, ya que es uno de los que más nos da en ese sentido.
Con todo esto sobre la mesa, puedo deciros sin miedo a equivocarme que Dead Mount Death Play es un buen manga para quienes gusten de las historias de fantasía oscura. Y si tenéis dudas, siempre podéis echarle un vistazo al anime, puesto que tiene 24 episodios y os permitirá haceros una idea de lo que podéis encontraros.


- Engancha desde el primer momento.
- El dibujo es realmente bueno.
- La premisa es atractiva.
- Como maneja la vida y la muerte.
- El diseño y el carisma del protagonista.
- El ritmo y la narrativa.

- El fanservice.
- Ciertos gestos y diseños de personaje.