Allá en 1996, Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi sorprendieron a propios y extraños con uno de sus mangas más reconocidos. El primero —que en paz descanse— lo hizo tras presentar otras obras muy singulares, mientras que al segundo son muchos los que le conocen por uno de sus trabajos más recientes: Mahjong Hourouki.
A ambos se les atribuyen muy diversas obras, ya sea motu propio o mediante pseudónimos. Por lo tanto, resumir su trayectoria en un único escrito es, cuando menos, irreverente para con sus currículums, pero… Siendo claros, Old Boy es un tebeo que ha pasado a la historia no solo del país del Sol Naciente, sino del mundo entero. Algo olvidado en pleno siglo XXI tras la evolución de la industria y la aparición de muy diversos autores, obtuvo méritos muy destacados.
Por ejemplo, en 2007 recibieron un premio Eisner en la categoría de Award for Best U.S. Edition of International Material—Asia. En España también tuvo sus pinitos hasta el punto de convertirse en un ‘material de culto’ presa de la especulación por culpa de la afamada descatalogación. Al menos así era hasta hace poco, puesto que Distrito Manga decidió recuperarla junto con la traducción de la difunta Otakuland.
Al igual que sucedió con Zatch Bell, esto hizo que muchos elevásemos el grito al cielo no solo por recuperar un clásico entre clásicos, sino porque suponía darle una patada en la cara los desorbitados precios que uno podía encontrar en tiendas de segunda mano. Por si fuera poco, no lo ha hecho de cualquier manera, ya que su reaparición en nuestras estanterías ha sido a través de una edición ‘de lujo’ de gran calidad.
Reseña del manga completo de Old Boy| Portada, sinopsis y edición
Pese a que el misterioso carcelero de Gotô ha revelado su identidad, Gotô está metido hasta el cuello en un juego morboso en el que debe tratar de descubrir las razones que motivaron su cautiverio y comprender por qué su enemigo se ha tomado tantas molestias en convertirlo en el blanco de su brutal resentimiento. Por si esto fuera poco, Gotô ha descubierto que su memoria ha sido manipulada, así que, para conseguir acabar de una vez por todas con su mortal enemigo, antes deberá liberar sus recuerdos. Y tal vez ni siquiera eso sea suficiente…
Colección | Old Boy vol. 3 de 3 |
Autoría | Nobuaki Minegishi y Garon Tsuchiya |
Género | Seinen, acción, drama, misterio |
Formato | Tomo doble A5 cartoné con tapa dura |
Tamaño y páginas | 21,6 x 15,5 cm con 528 páginas en b/n |
Precio | 23,95 € |
Maquetación | Yellowkidworks |
Traducción | Emilio Gallego Zambrano, cedida por Otakuland |
Fecha de lanzamiento | 30/03/2022 |
Reseñas | Reseñas de los primeros volúmenes |
Sin duda, hablar de la nueva edición de Old Boy sin destacar ese formato de tres volúmenes —hoy lo esbozamos con el tercero, pero todos responden al mismo dogma— de tapa dura con más de 500 páginas por tomo es una auténtica gozada. Sin duda, es una de las mejores versiones que hemos visto en mucho tiempo. Tanto es así que responde a la perfección a la idea de «edición de coleccionista», dejándonos con una sensación muy grata.
Tanto por la calidad de los materiales como por la maquetación, este Old Boy merece todos nuestros elogios. A fin de cuentas, Distrito Manga y Yellowkidworks han hecho un trabajo excepcional en su producción. De hecho, el único aspecto en el que flaquea un poco es en la traducción de Otakuland. Y no porque sea mala, sino porque se siente desactualizada.
Si bien es cierto que ha pasado por una segunda corrección en la que se han editado los errores de la edición original, se ha mejorado el entintado y la fuente, etc., algunas expresiones se sienten demasiado distantes. Y aunque entendemos que este sea el lenguaje más adecuado, es algo extraño que el «usted» sea tan frecuente. Por lo demás, Old Boy nos parece un producto excelente con una gran relación calidad-precio.
Un clásico que sigue conquistando gracias a su escritura
Habiendo aclarado este tema, podemos hablar con propiedad del manga. Ahora bien, antes de nada nos gustaría aclarar una cosa: no vamos a hacer ningún spoiler. En nuestras dos reseñas anteriores os comentamos que nos iba pareciendo la obra de manera progresiva. Mediante esta última review queremos ofreceros un enfoque algo más global. Es decir, qué nos ha parecido Old Boy en su conjunto.
Dicho esto, lo primero que podemos destacar es la escritura. Posiblemente, no sorprendamos a muchos si decimos que la técnica narrativa de Garon Tsuchiya es de la más alta calidad. Clásico entre clásicos, conquistó a muchos lectores gracias a trabajos como Ahomansu y Meisouou Boodaa (con Akyo Makata). No obstante, fue en Old Boy donde demostró de lo que era verdaderamente capaz.
Considerada por muchos como su obra maestra, marcó un antes y un después en la idiosincrasia del manga de misterio, ejerciendo como referencia para toda una generación de autores noveles que vieron reflejados en el nipón a un auténtico exponente. Y si bien es cierto que decir que fue el único que destacó sería una terrible mentira, es igual de verdad que fue un nombre muy ilustre.
Esto es algo que entendemos a la perfección cuando leemos Old Boy. Sin obviar el hecho de que adopta ciertas posturas sociales que ahora se sienten muy arcaicas (en ciertas ocasiones sentimos que denigra el papel de la mujer de mala manera, sexualizando en exceso su presencia), entendemos que —por desgracia— es un reflejo de su época y de su sociedad.
Una de cal y otra arena
¿Quiere decir esto que el trato al personaje femenino es negativo? Sí y no. Por un lado, la mayoría de mujeres que aparecen en el manga lo hacen supeditando sus diálogos y motivaciones a los de un hombre. En este caso, a los de Shinichi Goto, nuestro protagonista. Por otra parte, también les otorga un gran poder, convirtiéndolas —en algunos casos— en personajes ilustres de la sociedad.
Encontramos, pues, una suerte de dicotomía que nos da una de cal y otra de arena en donde ciertas escenas y comentaros son muy desacertados, pero que luego compensa de otras maneras. No podemos criticarla por entero, menos todavía cuando muchos de esos comportamientos se terminan justificando a través de su muy raro y sorprendente final. Porque, en efecto, Old Boy es puro Garon y, como no podía ser de otra manera, esto significa que el final no iba a ser simple.
Más allá de eso, podemos alabar la calidad narrativa del mangaka y su manejo del ritmo. Con gran habilidad, ofrece retales de verdad mientras cubre todo en un velo de misterio tan interesante como espectacular. Manejando la inverosimilitud con mucho acierto, presenta un relato de realidad que se entremezcla con la ciencia ficción de tal manera que todo resulta creíble. Si lo analizásemos de forma sosegada, entenderíamos que es muy fantasioso, pero logra ocultarlo.
Al menos cuando lo enfocamos desde el prisma de un lector que simplemente quiere disfrutar de una buena lectura. Precisamente, esto es lo que nos vamos a encontrar en Old Boy: una buena lectura. Con sus más y con sus menos, hablamos de un manga que ha sabido mantenerse firme pese al paso del tiempo gracias —precisamente— a su argumento.
Cuando la venganza y la redención unen sus caminos
Extraño como él solo, nos narra las vivencias de un hombre que ha pasado los últimos diez años de su vida encerrado y secuestrado en una habitación conectada al mundo únicamente mediante un televisor sin saber bien el porqué. Habiendo perdido parte del uso de la razón, carcomido por la paranoia, un día es libre. Así, sin más. Suelto por el mundo, se intenta readaptar como buenamente puede, pero con un único objetivo: descubrir la verdad.
Como es lógico, Goto es incapaz de olvidar lo que le ha pasado, por lo que se sumerge en una extraña guerra entre él y su secuestrador mientras intenta descubrir la verdad. En el proceso irá conociendo a muy diversas personas, reencontrándose en el proceso con algunos nombres de su pasado que han intentado olvidarle, pero no han podido. No del todo.
De hecho, este es un tema que nos habría que explotase un poco más el autor, pues su desconexión familiar y/o con algunos de sus antiguos amigos se trata de manera demasiado superficial. Por momentos, Old Boy bebe demasiado de la novela negra y se cree la historia del hombre reconvertido en detective y soldado mediante el autoentrenamiento.
Pese a ello, podemos decir que Old Boy funciona muy bien, ya que es capaz de conectar con los lectores de manera tremenda al tiempo en que los atrapa sin remedio; una vez empieza la historia, es difícil desconectar de ella hasta llegar al mismo final. Así pues, podemos decir que uno de sus grandes méritos es que no solo presenta un argumento original, sino que tiene el don de mantener la curiosidad hasta la última página.
Un dibujo clásico con mucha personalidad
Por supuesto, nada de esto sería posible de no ser por Nobuaki Minegishi. Sin duda, el guion de Garon es de mucho nivel, pero solo se mantiene ahí arriba gracias al arte de su compañero. Este, con un carácter marcadamente clásico (si lo comparamos con la idiosincrasia del manga contemporáneo) nos sume en una suerte de duermevela en donde todo acaba funcionando como debe.
Por supuesto, el salto generacional es más que evidente. Por ejemplo, la paleta de blancos emplea grises más sucios, los trazos no son tan detallados y, en general, los escenarios están menos trabajados. Es algo lógico si tenemos en cuenta las diferentes herramientas de las que se disponían por aquel entonces o las que hay actualmente.
Por ejemplo, no es lo mismo usar corrector blanco para solventar un fallo que deshaciendo un par de pasos en el programa de edición gráfica de turno. Son puntos que no debemos olvidar, puesto que de otra forma estaríamos menospreciando el trabajo de aquellos primeros artistas que tanto aportaron. Volviendo al tema, Nobuaki es un dibujante con mucha personalidad.
Esto lo notamos sobre todo en las expresiones faciales de los personajes (la mirada es especialmente intensa). las narices y los mentones. En efecto, el mangaka tiene una especie de fijación especial con las barbillas, siendo uno de los elementos que más personalidad le brindaba a sus personajes. Al menos en Old Boy. Sea como fuere, el resultado general no solo nos parece brillante, sino que además tiene una calidad ‘impropia’ para aquella época.
Reseña manga de Old Boy: conclusiones
Podemos decir, pues, que la comunión entre el dibujo y el guion funciona muy bien gracias a que ambos autores parecían entender el manga de la misma manera. Con defectos propios de un tebeo nacido en 1996, no es perfecto, ni mucho menos, pero ha sobrevivido muy bien al paso del tiempo hasta convertirse en un poco ligeramente atemporal.
Por supuesto, no gustará a quienes no disfrute de este arte tan propio de los noventa. Esto es algo que entendemos perfectamente. No obstante, pensamos que Old Boy se merece una oportunidad. Y siempre será así. Pase el tiempo que pase, es un pequeño golpe de historia. Es un manga con muchas cosas que contar y un trasfondo realmente interesante.
Bien construido tanto a nivel narrativo como de arte, no disponía de técnicas esencialmente llamativas, pero sabía muy bien lo que hacía. Tremendamente interesante como obra de misterio, se maneja muy bien en los tiempos; goza de un gran ritmo y la nueva edición hace que se sienta todavía mejor. Por nuestra parte, un trabajo muy recomendable que nos gustó en su origen y que lo sigue haciendo hoy día.
- Es puro seinen.
- La trama es interesante y atractiva. La combinación de misterio y acción funciona.
- Es un clásico de los que ya no hay. Bastante único a su manera.
- Gran edición. Buena relación calidad-precio teniendo en cuenta el tamaño.
- Buen ritmo narrativo, diálogos potentes y premisas interesantes.
- Se siente muy antiguo en su trato a las mujeres en ciertas secciones.
- Hay ciertas expresiones idiomáticas que no casan con la actualidad y algunas erratas.