
Qué buena es Blue Giant y que poco me cansaré de repetirlo. Sin más, Distrito manga lo ha clavado con su licencia. Y me alegro mucho, puesto que no sé si muchos se habrían atrevido con ella. Por suerte, no me lo tengo que preguntar, pues cada pocos meses tengo el placer de disfrutar de un nuevo tomo. En esta ocasión, del volumen n.º 3 del manga de Blue Giant, el protagonista de la presente reseña.
Lo único que lamento es que será una de las últimas. Como el formato escogido es mucho más grande de lo habitual y cada entrega tiene algo más de 400 páginas, solo quedan dos más. Dentro de poco tendré que decirle adiós a Shinichi Ishizuka y su trabajo.
Será una pena, pero estoy plenamente convencido de que habrá merecido la pena por completo. Estoy muy seguro de que los dos tomos que quedan no me van a defraudar, y es que estoy disfrutando de su lectura desde la primera página.

En todo momento, el mangaka ha sabido mantener muy bien la tensión narrativa. Además, el ritmo es genial. Siempre te deja con ganas de más, pero nunca te marchas con la sensación de que te ha dado demasiado poco.
Cautiva, y no es algo fácil. Sobre todo si tenemos en cuenta que hablamos de un manga musical. Por mucho que tengamos una lista de reproducción oficial en spotify, lo importante es que el manga te transmita todo con su arte.
Y lo hace. Si bien es cierto que los diálogos no son su punto fuerte —tampoco podemos decir que sean malos, pues no es así—, el dibujo tiene una fuerza tremenda. Tanto que casi notas como se sale del libro. Es cautivador.
Reseña del manga Blue Giant n.º 3 | Portada, sinopsis y edición

Después de un tiempo practicando en solitario desde su llegada a Tokio, Dai conoce a un pianista excepcional de su misma edad llamado Yukinori. Cuando, a la primera de cambio, este ofrece a Dai formar un grupo juntos, nuestro protagonista duda porque aspira a llegar a ser el mejor del mundo. Mientras vamos conociendo poco a poco la filosofía de Yukinori con respecto a la escena musical, ¡se une un nuevo miembro al elenco, alguien totalmente inesperado…!
Colección | Blue Giant vol. 3 de 5 |
Autoría | Shinichi Ishizuka |
Género | Drama, música, slice of life, vida escolar |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 15,3 x 21 cm con 400 páginas en b/n y algunas a color |
Precio | 17,95 € |
Traducción | Marc Bernabé (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 9 de enero del 25 |
Reseñas | Primer volumen |
Por suerte, la cosa no acaba ahí. Blue Giant viene acompañado de una edición de mucha calidad que responde a todas nuestras expectativas. No obstante, no quiero centrarme en esto, sino en la brutal capacidad que el manga tiene para transmitir tanto sentimiento.
En las anteriores entregas, Ishizuka-sensei nos demostró que tiene un talento descomunal como dibujante y narrador. En esta última no solo lo ha vuelto a hacer, sino que hasta ha subido de nivel. Ahora que Dai no toca solo, ha sumado a la ecuación variables que antes no podíamos valorar apropiadamente.
Junto a su nuevo grupo, el muchacho avanza hacia el frente sin duda alguna mientras empuja a sus compañeros. Tanto es así que a veces hasta se siente injusto, pues no le da tregua a Tamada. Su amigo es poco más que un novato, pero ni con esas echa el freno.
El camino a la cima no hace prisioneros

Bajo el escudo de la confianza, lo da todo, provocando que el batería hasta se sienta frustrado. No le importa. Le empuja, le empuja y le sigue empujando. Dai tiene fe ciega en que seguirá adelante y que su orgullo le impedirá dejar el jazz.
Además, confía en su talento. Es un novato, pero tanto él como Sawabe saben que tiene algo. O eso parece, porque aún siendo un novato termina tocando con ellos. El pianista, mucho más crítico, acaba cediendo, pero no por empatía ni amabilidad.
Sawabe quiere acariciar la cima del mundo y no permitiría que nadie le lastrase. Si permite que Tamada toque junto a él y Dai es por algo. ¿Llegará a ese nivel? Esta es una de las dudas con las que nos deja el manga y más queremos resolver.
Durante los distintos flashback tanto de este como de los dos primeros tomos, el autor nos revela que Dai tiene éxito y se convierte en un saxofonista de renombre. Lo descubrimos mediante lo que parece ser un reportaje especial, pues todos los que aparecen hablando de él recuerdan siempre cosas muy concretas.
Es como si respondiesen a las preguntas propias de quien hace una biografía. Gracias a esto también sabemos algo sobre el futuro de Sawabe, cuyo talento como pianista es indiscutible. Del que todavía no se revela nada es de Tamada, siendo el único cuyo destino sigue siendo relativamente incierto.
Lo más impresionante de todo es que Ishizuka-sensei logra mantener el interés muy vivo en su manga pese a que sabemos que Dai, de una manera u otra, tendrá éxito. En cierto modo, es la historia de sus comienzos, puesto que a estas alturas de la película sabemos que no dará tiempo a mucho más.
Un manga musical magnífico

En apenas dos tomos no podrá explicar su evolución en el mundo del jazz de manera paulatina y tranquila, aunque creo que lo prefiero así. Lo interesante de Blue Giant es que te habla de los orígenes de un gran músico y de lo que tuvo que luchar.
Es la historia de un joven que arriesga su futuro para alcanzar un sueño. Lo da todo por un mundo que le apasiona y mira hacia adelante Por eso es tan intenso. Aunque no tengamos incertidumbre alguna sobre su futuro y su éxito, tiene mucha garra.
A título personal, lo único que me sigue fallando son los cambios de escenario, pues a veces son demasiado repentinos. Las transiciones pueden ser demasiado contundentes, pero tampoco es que sea un problema esencialmente grave.
En lo que respecta a los flashback, ahora que llevamos algo más de tiempo con el manga, se sienten mejor, y hasta podría decir que no te descolocan tanto como antes. Es algo que ha solucionado y que agradezco. Dicho esto, solo puedo concluir diciendo que Blue Giant es un manga gigante y que os lo recomiendo muchísimo si os gustan los mangas musicales y slice of life con cierto toque de drama.


- El dibujo tiene una fuerza tremenda.
- Es un manga con mucho sentimiento.
- Aunque no escuches nada, sientes que lo estás oyendo.
- Maneja bien los tiempos y sabe introducir pequeños dramas cuanto toca.
- Transmite una barbaridad y narrativamente tiene un gran ritmo.

- A veces no maneja bien los cambios de escenario.