Me vais a perdonar que use esta expresión, pero no se me ocurre una mejor manera de empezar la reseña del tomo n.º 2 del manga Blue Giant: jo-der. Si ya en su primera entrega me dejó con muy buen sabor de boca, en esta ya me ha terminado de conquistar. Sin duda, es uno de los mejores cómics musicales que jamás he leído. Y sí, he evitado usar la palabra «manga» de manera intencionada, porque lo digo a nivel internacional. He leído muchas obras que se desarrollan con la música como telón de fondo, pero muy pocas con tanta fuerza.
Junto con Beck, ya dice ser una de mis favoritas. Y eso que apenas he leído sus primeros 32 capítulos. Todavía no he llegado ni a la mitad del manga, aunque en realidad estamos más cerca de lo que parece. La serie completa se compone de cinco volúmenes, y lo curioso es que ya sabemos qué sucederá al final. Desde el principio, Shinichi Ishizuka nos revela que Dai logra convertirse en uno de los mejores saxofonistas del mundo. Viaja de un lugar del mundo a otro disfrutando de su amor por la música, pero sin olvidarse de donde viene.
Mediante unos pocos flashforward que funcionan como material complementario, distintos personajes de su vida aparecen para contar cómo era. Hay relatos como el de uno de sus mejores amigos en el que cuenta que desde que se fue, solo le ha visto tres veces, pero que no dudó en regresar de Tokio cuando suspendió el examen a la universidad solo para darle su apoyo. O de que tocó encantado en su boda el himno de su antiguo instituto. Dai es una estrella, pero no se olvida de donde viene.
Reseña del manga Blue Giant n.º 2 | Portada, sinopsis y edición
Tras absorber a fondo las claves técnicas y teóricas que le ha inculcado su maestro Yui, Dai se dispone a actuar en el último festival cultural de su etapa como alumno de bachillerato. En medio de un ambiente festivo y muy animado dominado por el rock y el pop, sobre el escenario aparece Dai en solitario, portando únicamente su saxo tenor. Él está convencido de que el jazz va a llegar al corazón del público, pero la cuestión es: ¿logrará cumplir con su objetivo?
Colección | Blue Giant vol. 2 de 5 |
Autoría | Shinichi Ishizuka |
Género | Drama, música, slice of life, vida escolar |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 15,3 x 21 cm con 408 páginas en b/n y algunas a color |
Precio | 17,95 € |
Traducción | Marc Bernabé (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 03/10/2024 |
Reseñas | Primer volumen |
Dicho esto, y antes de seguir, hablemos de la edición. Uno de los primeros puntos que podemos destacar es que en la editorial han contado con el apoyo de Manel Vázquez López como asesor lingüístico. A fin de cuentas, durante la historia usan expresiones y términos con usos muy concretos dentro de la industria musical. Así pues, entiendo que su presencia ha sido clave. Siendo sincero, no entiendo mucho de música, así que no sé hasta qué punto habrá influido. No obstante, como lector sí que sé que he terminado bastante contento con la adaptación idiomática, así como la impresión y maquetación del manga.
Un protagonista con un carisma gigante
Dicho esto, y habiendo dejado claro que la edición sigue estando a la altura de las expectativas, quiero regresar al momento en que lo dejé: la vida de Dai. Si bien es cierto que uno de los elementos más importantes del manga es la tensión y la intensidad que el protagonista transmite cada vez que toca, lo que de verdad te permite empatizar con él es lo humano que se muestra en todo momento. Es un chico cualesquiera hasta el punto de dedicar su primera composición al fallecido perro de uno de sus vecinos.
Lo veía de cuando en cuando, y le cuidó durante unos días, pero eso fue motivo más que suficiente para llorar su pérdida y dedicarle una canción tan sentida que hasta su dueño se dio el lujo de llorar. Es una persona que se acuerda de la profesora que le dio sus primeros consejos sobre música y un amigo que, aunque no pueda estar siempre por culpa de sus viajes y su trabajo, aparece cuando le necesitas. Ese es Dai, y por eso le he cogido tanto cariño en tan poco tiempo.
Esto es lo que me permite desear como nadie que triunfe. Quiero ver qué tan lejos llega y cómo lo hace, pues resulta imposible no apoyarle. Su pasión y su tesón son inconmensurables. No es un genio, o al menos no del todo, pues casi todo lo que tiene procede el trabajo duro y constante. Cuando juntas todo eso, lo que te queda es un protagonista con un carisma tan grande que es capaz de mover la historia él solo, aunque ‘solo’ se dedique a tocar el saxo e intentar ganarse la vida en el proceso.
Una historia de jazz que llega al alma
Lo mejor de todo es que, en realidad, esto es solo la punta del iceberg. No por nada, el manga —en realidad— es capaz de ofrecerte mucho más. Si bien es cierto que tiene un estilo de dibujo que puede parecer ‘demasiado clásico’, te demuestra que esas ideas son prejuicios sin sentido cuando el dibujante es bueno de verdad. Blue Giant carece del nivel de grandes obras como Berserk ni dispone de la calidad de Yusuke Murata, pero tampoco es que le haga falta. Su estilo, aunque no goce de ese nivel, tiene la misma fuerza que la de esos grandes autores a los que todos alabamos.
Es posible que esté un peldaño por detrás en distintos términos, pero tiene la misma magia. Su dibujo es de los que atrapa, especialmente cuando sumerge a Dai en la vorágine de la música. Cuando las notas fluyen a su alrededor y toca su saxofón, el mundo cambia. El contraste es enorme, y por eso tiene tanta fuerza. Lo curioso es que solo sucede en estos momentos. El resto del tiempo es un manga algo más ‘normalito’ cuando hablamos de arte.
Nunca deja de transmitir, y es que Ishizuka tiene un trazo muy expresivo, pero no es tan llamativo. Lo bueno de esto es que, cuando da con la tecla y decide darlo todo, el cambio es tan brusco que te mete dentro de la canción casi sin que te des cuenta. En ese sentido, os vuelvo a recordar que el manga tiene su propia lista de spotify. Sin duda, la mejor manera de disfrutar de la lectura es en su compañía. Una vez más, os dejo con el mismo cierre del primer volumen: «tengo ganas de más, y esa es la mejor conclusión que os puedo dar«.
- El dibujo tiene una fuerza tremenda.
- Es un manga con mucho sentimiento.
- Aunque no escuches nada, sientes que lo estás oyendo.
- Maneja bien los tiempos y sabe introducir pequeños dramas cuanto toca.
- Transmite una barbaridad y narrativamente tiene un gran ritmo.
- A veces no maneja bien los cambios de escenario.
- Ciertos flashbacks y fowards te descolocan un poco.