
En más de una ocasión os he comentado que una de las grandes bazas del manga de Harold Sakuishi es que va más allá de lo que entenderíamos como un manga musical. Para aderezar su obra, agrega numerosos dramas humanos. En esta reseña de Beck y su volumen n.º 12, me gustaría hablaros precisamente de ese tema.
Hasta la fecha, el grupo se ha enfrentado a situaciones bastante complejas. De hecho, muchas de ellas se han acercado a lo que entenderíamos por ficción, pues es extremadamente raro que un grupo de muchachos viva tantas situaciones peliagudas en un país como Japón.
Por mucho que Minami haya tenido contacto con los bajos fondos de Estados Unidos, las interferencias de grandes nombres de la industria musical y de criminales en su día a día es algo que podemos cuestionar. No tiene mucho sentido, y esto es algo que no ha cambiado.

Pese a ello, también lo aceptamos de buen grado, ya que es lo que nos permite disfrutar de algo diferente. Beck, de una manera u otra, pretende reflejar una realidad que va más allá de la de un grupo cualquiera en el país del Sol Naciente.
La envidia y el resentimiento juegan un papel vital en sus vidas, pero no porque sean un grupo con poca unión. Habitualmente, todo se revuelve por culpa de terceros que ven cómo el éxito se les escapa. Es raro, pero el grupo no se vende al mejor postor.
Tampoco acepta cualquier cosa ni se deja llevar por la moda o la fama. Una de sus grandes premisas es que son «muy auténticos», y esto es algo que duele a los demás. Buena parte de sus problemas nace de ahí.
Reseña del manga Beck n.º 12 | Portada, sinopsis y edición

Tras la publicación de elogiosas reseñas en revistas internacionales, BECK se prepara para un concierto en solitario en el Marquee. Justo antes de la actuación, proyectan el vídeo de la banda dirigido por Jim Walsh ¡y es todo un éxito! Pero, aunque tienen el apoyo de los fans y la prensa, también tendrán que enfrentarse a una gran productora que hará lo posible para enemistar a los miembros de BECK si la banda no acepta sus propuestas. Mientras, Chiba decide participar en una importante batalla de freestyle…
Colección | Beck vol. 12 de 17 |
Autoría | Harold Sakuishi |
Género | Shônen, comedia, drama, romance, slice of life |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 21 x 15,2 cm con 416 páginas en b/n |
Precio | 17,95 € |
Traducción | Marc Bernabé (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 6 de marzo del 25 |
Reseñas | Reseñas de los volúmenes anteriores |
Por supuesto, también tiene dramas de carácter más humano. La relación entre Koyuki y Maho sigue siendo uno de los temas candentes del manga. Es más, recuerdo perfectamente que, cuando lo leí por primera vez, fue una de las cuestiones que más me interesaban resolver.
Esto sigue siendo así en pleno 2025. En mi caso, ya sé qué pasará, por lo que no tengo la misma curiosidad de antaño. Pese a ello, ahora lo estoy disfrutando de una manera diferente. Estoy disfrutando del camino con más tranquilidad.
Gracias a esto, estoy pudiendo captar detalles que en su momento no percibí, lo cual me ha hecho entender mejor las virtudes y defectos del manga. Entre estos últimos, ese carácter casi ficcional y los velos que a veces se esculpen frente a ciertos comportamientos.
El último gran bache

A su favor, que maneja las dudas y los miedos de sus jóvenes personajes de manera más real e interesante de lo que recordaba. Es más, aunque a veces se pueda sentir que fuerza demasiado el que ocurra algo, en realidad siempre está bien escrito.
Justifica las cosas de tal manera que hasta resulta creíble, siendo esta la razón por la que sí es una buena lectura. Aunque tiene algunos problemas, el resultado final es mayormente positivo. A estas alturas, lo cierto es que con esto ya está casi todo dicho.
Solo quedan 6 volúmenes para que Beck y su edición española lleguen a su final, por lo que no podemos esperar demasiados cambios ni en el enfoque ni en la narrativa. Llegados a este punto, es difícil pedirle grandes cambios en su manera de contar las cosas.
Y no los habrá, tanto para lo bueno como para lo malo. Todo sea dicho, este es uno de los pocos arcos en los que el problema vuelve a tener problemas de verdad. Es —hasta cierto punto— habitual que este tipo de cosas pasen en un grupo de música.
No obstante, sería raro que sobreviviesen si estuviesen todos los días de malas. Spoiler: no pasará. Es algo que podemos inferir sabiendo que la historia continuará y que este conflicto no será el final de Beck. Pese a ello, es interesante, pues nos muestra los miedos de sus distintos integrantes.
Al mismo tiempo, revela el peor lado de la industria musical… una vez más. Aunque también hay gente que destaca por sus buenas prácticas, el 90% de los productores y empresarios que aparecen no ofrecen una imagen demasiado grata de su gremio. Tampoco es que sorprenda, ya que es un reflejo de la realidad.
Una historia de música, drama y amor

Sucede algo parecido con Maho y Koyuki. Ambos están viviendo una época bastante compleja que se resolverá, para bien o para mal, dentro de poco. No ocurre en este tomo, y es que en realidad ese ‘drama’ está reservado para más adelante. Pero sucederá.
Esa es la base de Beck: una montaña rusa de pequeñas emociones y problemas relativamente cotidianos dentro de lo que un joven grupo de músicos podrían vivir en su día a día. El mal de amores, las dudas y las dificultades económicas son algo natural hasta que se establecen o desaparecen.
En este caso, siendo una de ficción, se magnifican hasta cierto punto, pues son el sustento de la trama hasta que hay un concierto. Por mucho que nos gusten los ensayos y las puestas en escena, por sí solas no podrían mantener un manga a largo plazo.
Por eso siempre digo que son necesarias y por eso es que me gusta tanto Beck. Sabe ser más que un manga musical y agrega todos los ingredientes necesarios como para disfrutar de una historia más larga de lo habitual dentro del género. Entretenida, atractiva y bien construida, mantiene el nivel de principio a fin. Y eso que todavía no ha llegado la mejor parte.


- Empieza muy, muy bien. La premisa, la narrativa y los diálogos son muy buenos.
- Es diferente, pues el manga musical no es algo especialmente abundante.
- Personajes carismáticos realistas con trasfondos interesantes.
- La trama cada vez engancha más y el dibujo transmite muchísimo.

- Hay temas que no explora con demasiada profundidad.