Reseña manga: ‘Adolf’ n.º 1, de Osamu Tezuka

Reseña del primer tomo de 'Adolf', manga creado por Osamu Tezuka

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Osamu Tezuka, considerado «el dios del manga», fue un autor tremendamente prolífico. Durante sus 60 años de vida nos legó numerosas obras de diferente índole que revolucionaron el anime y el manga, que es la materia que nos compete hoy. Una de sus últimas obras manga fue Adolf, un proyecto complejo y ambicioso sobre el ascenso nazi en Alemania y Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy analizamos, en esta reseña, el primer volumen del manga Adolf editada en España por Planeta Cómic. Debemos avisar de que quizás encontréis algún destripe argumental, por lo que para aquellos que no quieran sorpresas, leed antes el volumen para poder leer esta entrada con suma tranquilidad.

Reseña manga: Adolf  1

Adolf, también conocido como Adolf ni Tsugu (アドルフに告ぐ) o Message to Adolf (‘Mensaje para Adolf’), comenzó su publicación en diciembre de 1983. La revista Shūkan Bunshun fue la encargada de alojar en sus páginas los capítulos del manga (36 en total). Este clásico ha sido recopilado en varios formatos y en diferentes volúmenes. Sin ir más lejos, en España Planeta Cómic —antes llamada Planeta DeAgostini— lanzó tres ediciones de Adolf, siendo esta última la cuarta de ellas.

Sinopsis

Berlín, 1936. El periodista Sohei Toge cubre los Juegos Olímpicos cuando se entera de que su hermano menor ha sido secuestrado y asesinado por la policía especial. Este último consiguió un documento que demostraba que Adolf Hitler tendría sangre judía. En busca de los asesinos de su hermano, Sohei se cruzará en el camino de dos niños alemanes también llamados Adolf. ¡Los mejores amigos del mundo, el destino y la guerra los convertirán en enemigos mortales!

Edición

Antes de comenzar con aspectos propios de la historia o del arte creado por Tezuka, conviene analizar brevemente qué nos ofrece esta nueva edición de Planeta. Este primer volumen —la serie está recopilada en cinco tomos— tiene formato tankōbon, encuadernación rústica con sobrecubierta y un total de 256 páginas en blanco y negro. Su acabado es bastante sencillo y austero, con una imagen en la sobrecubierta delantera llamativa y muy esclarecedora del contenido de la obra. Tanto el lomo como la sobrecubierta trasera son simples, con la información justa y necesaria —nombre de la obra, autor, logo de la editorial, sinopsis y código de barra—. Si quitamos la sobrecubierta, nos encontramos con un acabado mucho más sencillo: solo aparecen el título, la obra y el nombre de la editorial.

Tanto la calidad del papel como de la impresión de los dibujos es decente; en ningún momento supone una dificultad para la lectura. Quizás un par de diálogos corrían el riesgo de ser cortados por la encuadernación, pero salvo algún caso puntual, nada que destacar en este aspecto. No obstante, si hay un apartado de la edición que, desgraciadamente, empaña el buen trabajo de Planeta es la ortografía.

Fallos ortográficos

Ni siquiera el mejor traductor o la mejor editorial escapan de pequeños errores, mas lo que encontramos en Adolf es decepcionante y triste a partes iguales. A lo largo de la lectura, surgen diferentes erratas que van desde colocar un punto tras un signo de exclamación, verbos mal conjugados o nombres escritos erróneamente. En este último punto resulta curioso ver que en la propia sinopsis de la sobrecubierta encontremos un error de este tipo. En ella aparece el nombre de uno de los protagonistas como Soheï Togué (con diéresis y tilde); como si se tratase de una transcripción fonética del japonés. Evidentemente, esta forma de escribirlo no se repite dentro de la obra, donde se le llama simplemente Sohei Toge.

Siendo como es una editorial de referencia que, además, edita en un cuarto formato esta obra tan aclamada del maestro Tezuka, nos demuestra que no han dedicado la atención necesaria para un manga de este calado. Es posible que estos errores también estuviesen en las anteriores ediciones, aunque eso no exime de culpa a una editorial tan grande como es Planeta Cómic. Pese a los magníficos personajes y al arte de Tezuka —los analizaremos más en profundidad a continuación—, las erratas interrumpen la inmersión y provocan una sensación de frustración e indignación en el lector que, con una mejor corrección, se podría haber solventado. Esperamos que Planeta reaccione y en los próximos volúmenes nos ofrezcan un trabajo más a la altura de las circunstancias.

Historia

Reseña manga: Adolf 1

La obra se desarrolla a través de dos líneas espaciotemporales: una en la Alemania nazi y otra en Japón. El punto de partida son los Juegos Olímpicos de 1936, a partir del cual el argumento se va desarrollando y avanzan los años; un preámbulo para la catástrofe que vendrá: la Segunda Guerra Mundial. En dichos juegos, la obra nos mete en la piel de Sohei Togue, un periodista que cubre el evento. Rápidamente, el manga comienza a enredar el argumento: Sohei tiene un hermano que dice poseer una información que podría acabar con el gobierno nazi… Por ello, este es secuestrado y asesinado por la policía especial. De este modo, se desencadena una serie de situaciones desesperanzadoras e injustas para Sohei.

A partir de aquí, Adolf desarrolla una suerte de historia de misterios y toques detectivescos donde somos testigos del ambiente caótico de la época. La introducción de nuevos personajes y algunos saltos temporales consiguen dotar al manga con un dinamismo y un ritmo muy adecuados para mantener al lector enganchado a la historia, pese a ser —al fin y al cabo— una obra con datos históricos y multitud de referencias políticas. En la edición, de hecho, algunos episodios cierran con una página donde se nos listan fechas y eventos importantes relacionados con Japón y Alemania durante los años 1936, 1937 y demás. Se nota que el tono histórico no es simplemente una excusa argumental, sino que realmente hay una preocupación por la fidelidad.

Japón-Alemania

Tras la introducción en territorio alemán, Adolf nos traslada a Japón, donde conocemos a dos niños llamados Adolf: uno de origen judío y otro medio alemán, medio japonés. Ambos son amigos y entablan una relación que, como ya podéis imaginar, no resulta plato de buen gusto para ninguno de los entornos de ambos. Vemos dos bandos enfrentados con muchos matices, sobre todo en el bando nazi; es inevitable sentir asco y repulsión por la ideología fascista, pero Tezuka consigue exponer el pensamiento de esas personas e, incluso, dotarles de cierta humanidad y capas de profundidad.

La trama más desarrollada es la del Adolf alemán. Su relación paternal, claramente de maltrato e imposición, es probablemente una de las más importante en el comienzo de la trama. Su padre es un diplomático alemán que vive en Japón, se desvive por su patria e impone su ideología en su hijo. Por otro lado, conocemos a la madre, una mujer japonesa en un principio sumisa, pero que va evolucionando y se da cuenta del horror que se esconde detrás de la ideología y el movimiento que su marido apoya. En estos capítulos, volvemos al tono detectivesco, con un caso de asesinato que persigue al padre de Adolf durante años y que nos lleva a diversas persecuciones que generan un malestar y una tensión que va desarrollándose con gran maestría a lo largo de la historia.

Personajes y dibujo

Si algo caracteriza a Adolf es que se trata de una obra muy coral. Tenemos personajes protagonistas, pero a lo largo de sus páginas aparecen numerosos personajes que configuran un universo rico en detalles. Tezuka da vida a personajes muy dispares, con personalidades muy marcadas y que evolucionan durante el trayecto. En estilo, también encontramos un amplio abanico de diseños: algunos están muy caricaturizados, aunque en general son «realistas», seguramente para ir en consonancia con el tono dramático e histórico del manga.

El dibujo de Tezuka es visto por muchos como «infantil», sobre todo por su uso de movimientos bruscos en los personajes —Sohei corriendo es un buen ejemplo de ello—. En Adolf también encontramos este estilo, quizás un poco chocante en principio, pero al que uno es capaz de acostumbrarse rápidamente. Por otro lado, hay que dejar claro que no es una obra para nada infantilizada en su contenido, y tampoco en su forma. Tezuka no se corta en retratar escenas sexuales, así como torturas, asesinatos y horrores que nos dejó esta oscura época para Alemania y Japón, aliadas en aquel entonces.

Reseña manga: Adolf 1

Cabe destacar también el magnífico uso de las viñetas y su distribución. Se nota que nos encontramos ante uno de sus últimos trabajos; Adolf hace gala de una madurez narrativa y de una solidez propias de un autor experimentado y que sabe aprovechar sus recursos. Los juegos de luces y sombras o la deformación de los personajes y los espacios juegan un papel muy importante en la configuración de las escenas. Así, el mangaka nos conduce por un viaje emocionante y, a la vez, inquietante a través de sus personajes y de un complejo entramado político relacionado con la sangre judía de Adolf Hitler.

Conclusiones: Adolf #1

Reseña manga: Adolf 1

Este primer volumen de Adolf es, sin duda, una magnífica introducción a la historia y a la obra en general de Tezuka. Retrata una era muy complicada sin resultar aburrido, sentimentaloide o cínico. Era un gran reto que Tezuka consiguió solventar gracias a su talento. La obra se mueve en diferentes escenarios y personajes, siendo los tres Adolf los guías conductores de la narración. Por un lado, en Alemania con el ascenso del fascismo y a través de un periodista que sufre la violencia fascista. Por otro, en Japón por medio de la relación de dos niños cuyas realidades viven enfrentados.

Presentado en una edición sencilla, pero correcta, y aun con sus fallos ortográficos, estamos ante un volumen imprescindible para todo amante del manga. Un clásico imperecedero que todos deberían leer.

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