Heavy Vinyl es, sin lugar a dudas, una de las obras más refrescantes de las que he disfrutado en muchísimo tiempo. Se ha convertido, por méritos propios, en una de esas lecturas que le recomendaría a prácticamente todo el mundo. Decidida y simpática, nos golpea a ritmo de los años noventa con una historia del género Slice of Life llena de una sensibilidad social magnífica y un mensaje todavía más potente gracias a su buena representación LGTB. De manera muy natural, y con una estructura narrativa fascinante, nos expone el día a día de un grupo de jóvenes cualesquiera a través de un relato con toques de misterio y mucha vida cotidiana.
Con gran acierto, Carly Usdin (guionista) nos revela los tejemanejes de una tienda llamada Vinyl Destination. En ella, la joven Chris muestra las peripecias de su vida diaria en el trabajo, así como sus inseguridades… o sus amores. No importa que la acción tenga lugar en el ahora lejano año 1998, porque todo lo que manifiesta sirve para identificar las preocupaciones de la gente joven. Todo desde una perspectiva verdaderamente desenfadada en donde la naturalidad de la vida cobra forma. Porque, en efecto, esta es la manera adecuada de expresar las cosas.
Ser lesbiana, tener dos padres o tener una relación interracial es lo más normal del mundo. Hay muchos artistas que, buscando hacer el bien, intentan expresar este tipo de situaciones… pero les sale mal. A Carly Usdin no. No la conocía, pero desde hoy es una de mis guionistas preferidas. Ahora bien, no sería justo que me olvidase de Nina Vakueva, la dibujante, ni de Irene Flores, la entintadora principal. Entre ambas logran crear una atmósfera cuasi perfecta en donde la naturalidad de su estilo confluye perfectamente con la narrativa. Siendo parco en palabras, es superagradable de leer. Te entra por los ojos.
Portada, sinopsis y edición
La despistada de Chris acaba de empezar el mejor trabajo que cualquier adolescente solitaria podrían desear: trabajar en Vinyl Destination. Es tan guay como imaginaba, su jefa es la ama y sus compañeras pasan el rato hablando de música y luchando contra el patriarcado... pero cuando Rosie Riot, su cantante favorita, desaparece misteriosamente, Chris descubre que sus compañeras hacen mucho más que organizar discos... ¡La tienda es también la guarida de un grupo de heroínas adolescentes!
Edición original | Heavy Vinyl 1-4 USA. |
Fecha de publicación | Febrero de 2019. |
Guion | Carly Usdin. |
Dibujo | Nina Vakueva e Irene Flores. |
Formato | Tapa semiblanda. 112 páginas a color. |
Precio | 10,00 € |
Resulta complicadísimo no recomendar encarecidamente Heavy Vinyl cuando el cómic es tan bueno. Más aún si tenemos en cuenta su precio: solo 10 €. Merecen total y absolutamente cada uno de esos diez euros. No por nada, hablamos de una edición muy sobria con un precio muy ajustado y una edición de calidad con una gran traducción de por medio, eso sí, con una serie de fallos un tanto incomprensibles. A lo largo y ancho de todo el tomo, la traducción de Liza Pluijter nos encandila gracias a su buen dominio del idioma. Adapta con gran acierto modismos y expresiones a través de un lenguaje natural y atractivo.
No obstante, de la misma manera en que elogiamos la elección de vocabulario, no podemos obviar la presencia de una serie de fallos relativamente importantes. Para empezar, la ausencia de numerosas tildes diacríticas. Destaca, especialmente, con «sé», del verbo saber. Por alguna razón que desconocemos, aparecía sin tilde en todo momento. Asimismo, ciertas construcciones sintácticas se antojan… extrañas. En su conjunto, no empañan el valor de un gran cómic, pero es raro. Choca, sobre todo cuando el resto de construcciones y correcciones ortotipográficas son tan buenas.
Reseña de Heavy Vinyl
Ahora sí, volviendo al tema que nos acontece, quiero recuperar uno de los primeros aspectos que abordé al iniciar esta reseña: la narrativa. Heavy Vinyl es, por méritos propios, un gran slice of life que centra casi todos sus esfuerzos en la construcción de un universo orgánico con relaciones interpersonales naturales. En ese sentido, las autoras han hecho un grandísimo trabajo, ya que las protagonistas tienen vida propia. Sin ahondar en aspectos más concretos relativos a la trama, debo decir que he disfrutado muchísimo de su sensibilidad a la hora de escribir y dibujar.
Porque si Heavy Vinyl destaca en algo es en el sentimiento de paz y empatía que generan todas y cada una de sus protagonistas. Recuerda, de hecho, a la típica serie de comedia de situación en la que lo importante es, precisamente, la relación que existe entre sus personajes. Carly Usdin toma esta realidad y emula el concepto usando una gama bastante escueta de escenarios. Esta es su principal virtud, pero también uno de sus mayores defectos… si buscas un tipo de lectura diferente.
Una de las características propias del género slice of life es el paroxismo del argumento y la ausencia de grandes nudos argumentales. A pesar de que la historia presenta ciertos dejes de misterio y acción, lo cierto es que no hay grandes secuencias que nos levanten de la silla. Tiene mucho espíritu, pero carece del impacto de otros cómics similares. ¿Esto es un impedimento para disfrutar de la lectura? Pues lo cierto es que no, ya que he disfrutado muchísimo de su premisa.
Un slice of life que destaca por la sensibilidad de su prosa y la escritura de personajes
Es, en cierto modo, un tebeo diferente que no busca resaltar los eventos acaecidos por el mundo, sino las peculiaridades de una sociedad con muchas taras: machismo, homofobia, racismo, etc. Sin ahondar demasiado en ninguno de estos temas, los aborda con gran acierto ignorando, en el proceso, cualquier juego especulativo. Como ya he dicho en varias ocasiones, la sensibilidad tanto de la prosa como del arte es una de sus mejores bazas… y no me cansaré de repetirlo.
Sabiendo esto, podemos hablar de otros aspectos tales como, por ejemplo, el ritmo. Heavy Vinyl es un cómic peculiar, pues es lento y rápido. Todo al mismo tiempo. Por un lado, la evolución de los personajes es diligente. No se detiene en exceso en realizar grandes introspecciones personales. De la misma manera, se toma su tiempo, pues muchos aspectos relacionados con las personalidades de nuestras protagonistas no se desvelan hasta bien avanzada la trama. En cualquier caso, podríamos destacar su agilidad lectora, siendo un tebeo muy dinámico.
En cierto modo, esto se debe a la ausencia de grandes contratiempos o dramas, siendo todos resueltos con bastante viveza. No se detiene para aumentar el suspense ni se recrea en los problemas, sino que los ataca desde el primer momento. Lo hace, eso sí, con mucha discreción. No notaréis que la trama avanza, siendo esta otra de sus grandes virtudes: es un reflejo de la vida misma.
Con menos música de la que esperábamos, pero con un buen ritmo
Trabaja muy bien los conceptos de identidad y definición, abordando con especial acierto las dudas que cualquier joven de 16 o 17 años puede tener sobre sí misma. Adolece, por lo tanto, de una estructura no tan original como cabría esperar, siendo un tema tópico el del «drama adolescente». Sea como fuere, dispone de algunos repuntes mucho más originales, como la idea de un club de la lucha femenino que se dedica a ayudar a los demás. Y aunque pueda parecer extraño, la verdad es que casa muy bien con el universo y la narrativa.
Entra maravillosamente en la trama y, lejos de ser un motor argumental forzado, resulta digno de elogio. Es una lectura fluida, aunque he sentido que no aprovecha —al menos no del todo— los conceptos musicales que aborda. Nuestras protagonistas trabajan en una tienda de música y vinilos, siendo este uno de los ejes de la historia. Carly, a lo largo del guion, nos ofrece varias referencias, pero se sienten insuficientes. Lo mismo sucede con su —recuerdo— precioso acabado artístico: no toca demasiado el tema musical.
Podemos ver a nuestras protagonistas hablar de algún que otro grupo, tararear cierta canción o resolver un misterio relacionado con artistas desaparecidos, pero… Se siente insuficiente. La idea de que su primer misterio esté relacionado con una cantante desaparecida es llamativo. Lo admito. Me gusta. No obstante, no refuerza la musicalidad de un tebeo que —desde mi perspectiva personal, todo sea dicho— no aprovecha al 100 % la idea que nosotros mismos nos preconcebimos. Viendo el título y la portada, esperamos un enfoque mucho más rockero (o popero, o lo que sea) en la construcción de las escenas y viñetas.
Un acabado artístico tremendamente apacible
Llegados a este punto, no quiere decir que la ausencia de la música como elemento central sea un error. Ni mucho menos. Es, a fin de cuentas, una decisión creativa de sus autoras. De hecho, Heavy Vinyl me sigue pareciendo un tebeo buenísimo aun a pesar de todo esto. Es, a grandes rasgos, un detalle que me ha escamado. Sucede todo lo contrario con el apartado artístico. Apartado, todo sea dicho, que ya he alabado con anterioridad, pero sobre el que quería realizar unos cuantos apuntes más.
Nina Vakueva e Irene Flores (con Kieran Quigley y Walter Baiamonte en el capítulo 4 en el color) han hecho un trabajo excepcional. Nina, por su parte, nos regala un trazo fino muy expresivo que se complementa a las mil maravillas con el guion. Y es que incluso en viñetas sin diálogo, el dibujo trasmite muchísimo gracias a las muecas y miradas de sus protagonistas. El único aspecto que podría destacar de manera negativa es que tiende a usar, casi siempre, los mismos planos.
Aun con eso, la valoración es netamente positiva, sobre todo si le sumamos el coloreado de Irene Flores. La paleta de colores empleada, muy suave, es armoniosa como ella sola. Trasmite tranquilidad y nos permite disfrutar con todavía más fervor de esos conceptos que hacen grande al género del slice of life. Lo hace muy, muy bien. Vamos, que el nivel es bastante alto.
Reseña de Heavy Vinyl. Conclusiones
Heavy Vinyl salió a la venta en febrero de 2019, pero es uno de mis descubrimientos del año. Supe de ella gracias a que Fandogamia, editorial que se ha encargado de su publicación, anunció el lanzamiento de Heavy Vinil: Efecto 2K-0 el pasado mes de enero. Y menos mal, porque vaya pedazo de tebeo me había dejado en el tintero. A mí, personalmente, me ha atrapado por completo. Mi única lamentación es que, por el momento, solo hay dos cómics recopilatorios, pero espero que en el futuro haya más. Tanto que, de hecho, dentro de poco tendréis otra reseña.
Pero volviendo al tema que nos acontece, Heavy Vinil es un gran slice of life. Si te gusta el género, te encantará. Aborda muy bien los dramas de la juventud y otros aspectos sociales totalmente contemporáneos. Natural, creativa, sensible, fluida y orgánica. La construcción de sus personajes, el ritmo narrativo, las relaciones interpersonales y el arte son muy notables. Vamos, que es un gran cómic. No obstante, no debemos olvidar esos fallitos en la ortotipografía ni la falta de impacto. Tiene un tono muy tranquilo. Si es lo que buscas, ya te aseguro que merece muchísimo la pena. Sobre todo si tenemos en cuenta que solo cuesta 10 euros. En serio, se merece una oportunidad.