Cuando os hablamos del primer tomo de El predilecto del Dios, lo cierto es que teníamos muchas dudas de cómo podría desarrollarse una historia en la que el protagonista cambiaba de cuerpo. Nos daba mucho miedo, la verdad, por el hecho de que era muy fácil que la liasen y acabasen presentado una historia hasta insultante. Esto, por suerte, no ha sido así, ya que en nuestra reseña de El predilecto del Dios n.º 2 nos hemos dado cuenta de que le dimos demasiada importancia.
De buenas a primeras, podía parecer que Ayumi Komura quería integrar la cuestión trans a su obra. No obstante, no era así y fuimos nosotros los que quisimos ver más allá de la realidad. Al igual que en otras muchas ficciones, era un simple recurso narrativo mediante el cual construir su historia. Buscar algo más —tal y como nosotros hicimos— es un error, ya que no lo hay.
Ahora bien, eso no significa que tenga aspectos de carácter más social que podamos integrar. Nuestros protagonistas, Kenta y Yashiro, eran unos capu… Presentados como los típicos chicos que van un poco de flor en flor, no eran capaces de empatizar con los demás. Y aunque en ningún momento se presenta a ninguna expareja que haya sufrido tras estar con ellos, está claro que su actitud no es la mejor del mundo.
Esto empieza a cambiar cuando Yashiro se convierte en Kagura. Ahora, a través del cuerpo de una mujer, es capaz de ver y entender cosas que antes no comprendía. Sigue siendo él mismo hasta el punto de que habla utilizando pronombres (no es el caso, pues el idioma japonés es más complejo en ese sentido, pero es para que os hagáis una idea) masculinos. Así pues, Yashiro sigue siendo un chico, pero en el cuerpo de una chica.
Reseña de El predilecto del Dios n.º 2 | Portada, sinopsis y edición
Un dios que quería matar el tiempo ha hecho que Yashiro renazca en el cuerpo de una mujer con el objetivo de poder conseguir que su mejor amigo, Kenta, se enamore de él. Sin embargo, aunque ahora esté entusiasmado porque Kenta puede al fin enamorarse de él, Yashiro se ha convertido en una chica de los pies a la cabeza y le cuesta portarse como una chica normal y corriente. Además aparece Rin, ¡la chica que le gustaba hace mucho tiempo! ¡Si es que el amor no entiende de razones! ¿Cómo acabará este complicado triángulo amoroso?
| Colección | Don’t call it mystery vol. 2 de 5 |
| Autoría | Ayumi Komura |
| Género | Shôjo, comedia, romance, sobrenatural |
| Formato | Rústica con sobrecubierta |
| Tamaño y páginas | 17,9 x 13,1 cm con 176 páginas en b/n |
| Precio | 8,95 € |
| Maquetación | Drac Studio (Daruma) |
| Traducción | Laura Asquerino Egoscozábal(Daruma) |
| Fecha de lanzamiento | 03/30/2023 |
| Reseñas | Reseñas de volúmenes anteriores |
Y antes de continuar hablando sobre el tema, como siempre, queremos tomarnos un par de minutos para hablaros de la edición de Distrito Manga. Esto ya se ha convertido en algo muy habitual en nuestras reseñas, por lo que en esta ocasión no íbamos a ser menos. Tampoco la propia editorial, quien ha vuelto a ofrecernos un producto de gran calidad que ha cumplido con todas nuestras expectativas en materia de traducción, maquetación e impresión.
Sobre esta segunda, eso sí, tenemos alguna que otra queja menor, ya que algunos paneles están ligeramente ‘colapsados’ por el borde físico del propio tebeo. No es nada especialmente grave y, en realidad, no afecta en lo más mínimo a la lectura o el relato. Pero teníamos que decirlo. Por lo demás, alabamos —una vez más— el buen hacer de la filial de Penguin Random House.
Sobre todo en la traducción. Casi siempre de la mano de Daruma, han vuelto a destacar gracias a la excepcional adaptación idiomática que han realizado. El resultado final no solo es muy notable, sino que además se siente muy cercano. Integrando en el proceso modismos propios de nuestra lengua, parece que de verdad esté escrito de manera nativa y original en español.
Viendl el mundo desde otra perspectiva
Habiendo aclarado este punto, podemos regresar al contenido del manga como tl. Y hor que hemos tenido la oportunidad de leer el segundo tomo, podemos afirmar que es un manga que emplea muchísimo la parodia. Si bien es cierto que valoramos mucho el ejercicio de empatía que podemos realizar a través de la migración de cuerpo, se nota que el eje central del tebeo es la comedia.
La base es el romance, pero el eje es el humor. Esto lo vemos en todo momento mientras van rompiendo varios tabúes del amor convencional del manga. Por ejemplo, los tres integrantes del círculo amoroso hace tiempo que perdieron la virginidad. Por un lado, tenemos a Yashiro, chico bisexual que se ha ‘reencarnado’ en el cuerpo de una mujer para intentar enamorar a su amigo.
El motivo es egoísta y la excusa es bastante fea, pero el tono paródico pretende restarle toda la seriedad hasta —tal vez de manera no intencionada— darle un extra. ¿Cómo? Pues resulta que en realidad Yashiro no murió. Su cuerpo sobrevivió al accidente, por lo que reencarnar como Kagura no era necesario. Todo esto lo explican reutilizando el humor como vehículo, restándole mucha seriedad al asunto.
No obstante, todo tiene un matiz más serio cuando introducimos a Kenta (el segundo miembro del triángulo amoroso) en la ecuación. Desde que su mejor amigo quedó en estado de coma, ha ido todos los días al hospital. De hecho, es él quien escenifica el pesar de los padres de Yashiro después de su accidente.
Kagura-Yashiro y el triángulo amoroso de Kenta
Por lo tanto, aunque El predilecto del Dios tira muchísimo del humor, no se olvida de la realidad; hay gente sufriendo por culpa del ‘egoísmo’ de Yashiro. Este se da cuenta muy pronto, por lo que toma muy pronto una decisión: regresará a su antiguo cuerpo. Es ahí cuando Dios entra en escena. Dice que «no es tan fácil», pero está claro que lo único que quiere es divertirse. Los problemas de los mortales no le importan.
Es alguien un tanto indiferente. No es frío, pero si destila cierta crueldad bien escondida tras ese mismo humor. Sea como fuere, pone una condición: que Kenta se enamore de Yashiro y le dé un beso siendo Kagura. Aquí entra en juego esa dualidad social en la que un chico hetero intentará ver más allá del género para enamorarse de su mejor amigo en el cuerpo de una mujer sabiendo que, cuando lo haga, volverá a ser un hombre.
Es complicado y le podemos encontrar varios defectos más que evidentes que destacan por la falta de un mayor ejercicio de empatía, responsabilidad y sensibilidad. Eso es así, pero después de haber leído el segundo tomo, no consideramos que haya que ser excesivamente críticos en ese tema. Seguramente, hablemos de un patinazo, pero que no termina de ser ofensiva ni busca hacer daño a nadie. Es más, nos deja varias lecciones interesantes, por lo que sería una de cal y otra de arena.
El amor es muy bonito, pero la atracción física también es importante
Vale, nos queda algo más. Es la tercera protagonista del triángulo amoroso de esta ecuación: Rin. Rin es la exnovia de Kenta, pero tanto este como Yashiro estuvieron pillados de ella. Rompieron hace tiempo y aunque su relación no es mala, no tienen tanto contacto. ¿Y dónde está la gracia? Pues que Rin se ha enamorado de Kagura, que no de Yashiro. Duda por un segundo, pues pensaba que solo le atraían los chicos, pero no es así.
Sin un ápice de duda, le pide salir a Kagura y que tengan sexo para poder estar segura al 100% de todo lo que siente. No obstante, piensa que está mal engañarla, por lo que le confiesa que en realidad es Yashiro. No quiere aprovecharse de la situación, por lo que se abre por completo. Aquí se rompe mucho la narrativa previsible, puesto que no pensábamos que fuese a revelar la verdad de forma tan ‘sencilla’.
Sin embargo, es algo que nos agrada, pues no solo supone un aire fresco, sino que refuera el sentido del humor del manga y hace que todo sea mucho más fluido. Dejando los engaños atrás, se revela la verdad tras la ‘muerte’ de Yashiro. Es ahí cuando, por ejemplo, ve (de lejos) a su madre por primera vez y se derrumba parcialmente. Integra muy bien estas emociones y nos permite conectar todavía más con la obra.
De todo esto, pues, se resuelve el primer conflicto: la identidad de Kagura. Tanto Kagura como Kentale acaban creyendo tras ciertos eventos, lo que deja un enfrentamiento amoroso muy singular. Por un lado, Kenta tiene que enamorarse de Yashiro siendo Kagura para que este pueda volver a ser quién era, mientras que Rin se ha enamorado de Kagura, no de Yashiro. Empero, esta no quiere ‘atacar’, puesto que sabe que sería injusto pedirle que no vuelva a su anterior vida. Sobre todo sabiendo que hay gente que lo está pasando mal y le está esperando.
Reseña de El predilecto del Dios n.º 2: conclusiones
Con todo esto, se nos queda algo un tanto confuso de explicar, pero que queda muy, muy claro en el manga. Con buenas y malas ideas al mismo tiempo, la autora nos sorprende con una historia teóricamente de romance que se acaba convirtiendo en un manga de humor en donde la empatía se convierte en el dogma de todo el escrito. Nuestros personajes tienen que aprender a ver el mundo desde otra perspectiva, lo que nos obliga a hacerlo también a nosotros.
Dilapida la cuestión de los géneros de manera muy rápida y expresa el amor como algo que trasciende la identidad sexual de cada uno. Así pues, aunque se equivoca en varios aspectos y no trata ciertos temas de la manera que debe, nos deja una lección bastante valiosa: que todo el mundo puede amar libremente y a su manera y al resto no tiene que importarle lo más mínimo. De hecho, todos los personajes aceptan muy rápidamente los sentimientos de los demás.
No les dan importancia en el sentido de que no importa si son homosexuales, pansexuales, heterosexuales, etc. Valoran los sentimientos por encima de todo, siendo su mayor deseo intentar no dañar a sus amigos. Esto, eso sí, se enturbia ligeramente cuando tomamos como referencia el principio del manga, ya que ambos protagonistas son unos picaflores. Por lo tanto, presenciamos lo que podría ser un proceso de evolución y maduración que habrá que ver cómo termina.
- La historia de amor progresa adecuadamente.
- El encuadre sexual está bien planteado y es respetuoso con todos.
- La premisa es atractiva y el ritmo funciona.
- Narrativamente hablando funciona bien.
- El dibujo ignora mucho los escenarios y los planos secundarios.
- El ritmo a veces es errático.
