Sigo con uno de mis shōjos preferidos de los últimos meses. En efecto, hoy os presento mi reseña de El amor de Mobuko n.º 4. Tras una larga espera —la imprenta se retrasó con los plazos marcados por Kitsune Manga— por fin podemos disfrutar de la historia de Irie y Mobuko, pero sobre todo de la segunda. Recordemos, pues, que la serie de Akane Tamura, aunque se construye como un romance clásico, adopta un enfoque diferente.
Así pues, lo más importante de Mobuko es el amor propio y el crecimiento personal, siendo esta la verdadera subtrama que lo mueve todo. Porque aunque Irie es un personaje muy relevante, y alguien que también presenta una gran evolución, aquí lo más importante es quererse a uno mismo. Esto es algo que llevamos viendo desde el principio y que se sigue potenciando día tras día.
Portada, sinopsis y edición
«Ha llegado la hora de ser la protagonista de mi propia vida»
A Mobuko Tanaka nunca la han sacado a bailar. Durante su infancia y su adolescencia, era una chica callada, solitaria, un «personaje secundario» en la obra de su vida. Pero, ahora, con veinte años, Mobuko se ha enamorado por primera vez. Aunque no es una persona con una gran determinación, poco a poco se armará del valor necesario para acercarse al chico de sus sueños… En este cuarto volumen, Irie-kun toma la decisión de confesarle sus sentimientos a Mobuko. La historia perfecta para los lectores de historias románticas con los mismos protagonistas de siempre. El amor de Mobuko es un manga original, divertido y refrescante.
Autora | Akane Tamura. |
Traducción | Raquel Viadel. |
Precio | 8,95 €. |
Formato | 13 x 18 cm, rústica con sobrecubierta. |
Páginas | 160. |
Parece que Kitsune Manga se ha recuperado de buena manera con El amor de Mobuko, pero sigue teniendo algunos problemas. Sobre todo porque sigue habiendo moiré en los sombreados y otros elementos, siendo este el aspecto en el que más sufre la edición. Por lo demás, la traducción de Raquel Vadel sigue siendo bastante buena.
La calidad del material también es bastante buena. La maquetación también responde, aunque los rótulos tienen pequeños errores que deberían ser solucionados en tomos posteriores. Pese a todo, seguimos bastante enganchados a Mobuko, y eso es algo que no va a cambiar.
Reseña de El amor de Mobuko n.º 4
Continúan las sorpresas. Lejos de asumir el paroxismo, tanto Mobuko como Irie comienzan a tomar cartas en el asunto. Así pues, deciden dejar de procrastinar, rompiendo así con la dinámica habitual del manga romántico. O lo que es lo mismo: tirarse media serie decidiendo si les gusta o no la otra persona. Aquí disfrutamos de la presencia de dos personajes adultos que no rehúyen de sus sentimientos.
No obstante, sí que se toman las cosas con calma. A fin de cuentas, son dos personas más bien tranquilas. Tímidas y sosegadas, antes de lanzarse, tienen un pequeño debate interno en el que intentan decidir sí, en efecto, les gusta la otra persona. Es pura responsabilidad afectiva, pues actuar con serias dudas sobre tus propios sentimientos no sería lo adecuado.
Ambos son perfectamente conscientes de ellos y, aunque no lo manifiestan de esta manera, así lo hemos entendido nosotros. Consecuentemente, podemos decir que su autora, Akane Tamura, maneja a sus personajes como entes reales. Esto le otorga mucho realismo y mucha naturalidad al escrito, produciendo una obra con mucho sentimiento. La historia se mueve por sí sola. Es muy fluida.
El siguiente paso
En esta ocasión, tanto Mobuko como Irie plantean los siguientes pasos de la que podría ser su relación. Ambos empiezan a preguntarse cómo sería salir con la otra persona, qué tendrían que hacer para declararse y cuál sería el mejor momento. Se conocen desde hace años, así que su amistad está relativamente bien afianzada. Esto se transcribe en miedo e inseguridad, pero también en esperanza.
Porque otra cosa no, pero los dos protagonistas reflejan muy bien el miedo a que todo cambie. Seguramente, muchos se sientan identificados con ese miedo: «¿Qué será de nuestra amistad si me confieso y no sale bien?». Esta pregunta nos la hemos formulado todos en algún momento de nuestra vida. Inclusive fuera del ámbito amoroso. Los cambios siempre asustan.
En el caso de Irie y Mobuko es todavía más intenso, pues ambos se expresan como personas a las que les cuesta mucho más asumir todo este tipo de diatribas. Pese a ello, vemos como le echan valor, siendo testigos de su cada vez más notable progresión. Y es que, en efecto, recuperamos algunas de nuestras impresiones: el amor propio es tan protagonista como el romance más coloquial.
Reseña de El amor de Mobuko n.º 4 | Un manga que nos sigue enamorando
Esto es algo que apreciamos mucho, ya que nos ofrece una perspectiva diferente. Nos ayuda a comprender el punto de vista de otras personas y de como el amor puede ser un motor de cambio, pero nunca el eje de nuestras vidas. Esto lo vemos durante la segunda cita entre Mobuko e Irie. Ambos deciden pasar más tiempo juntos, puesto que disfrutan de la compañía del otro.
Así pues, se empiezan a preguntar algunas cosas. Por ejemplo, Mobuko quiere comprarse ropa nueva, pero no quiere salirse demasiado de su estilo por un chico. Del mismo modo, empieza a tomar más constancia de sí misma. ¿Debería maquillarme o cambiar de peinado? En el manga veremos cómo se plantea esas preguntas. Y aunque Irie es el motor de esas dudas, no vemos que todo gire en torno a él.
Al final lo resumimos en una cuestión, nuevamente, de amor propio y seguridad. Aunque habría estado bien ejecutar este planteamiento fuera de la relación, lo entendemos de buena manera por el contexto general de la obra. Porque, al final, la cosa va de cómo Mobuko aprende a quererse más a sí misma y a enfrentarse a la sociedad de otras formas. Es por todo y esto y más que cada vez me gusta más El amor de Mobuko. Pese a los fallos de la edición, lo sigo recomendando.
- La sensibilidad narrativa de su autora.
- El aire tranquilo de la historia.
- Es un amor bonito y sincero, sin grandes alardes. La historia es tierna y pura.
- Algunos secundarios comienzan a destacar.
- El desarrollo es lento, lo que parece que sus personajes evolucionen de manera más realista. No se siente para nada apresurado, siendo un manga muy humano.
- El dibujo es muy bonito.
- No es un romance artificial. Los personajes se sienten muy humanos.
- La edición flojea en algunas partes. Hay un par de errores menores en el texto y efecto moiré.
- Aunque avanza a su ritmo, a veces nos quedamos con ganas de un poco más.
- Los secundarios siguen sin dar ese paso al frente, pero tenemos paciencia.