
Don’t Call it Mystery es un manga por el que siento cierta debilidad, y esto es algo que he comentado en la reseña de otros tomos, aparte de la de este volumen n.º 9. Sobre todo porque ha sabido ofrecerme algo a lo que no estoy tan acostumbrado en la industria del manga: un thriller con toques de novela de misterio en el que exploramos diversos aspectos de la mente humana a través de crímenes bastante inverosímiles.
Y no porque su ejecución sea extraña, sino porque esconden misterios tan particulares que a veces hasta nos recuerdan al género de la fantasía. Pese a ello, nunca lo son, y es que Yumi Tamura —la autora— tiene un don para crear historias. De una manera u otra, es capaz de crear ficciones con un sentido de la realidad tan fuerte que hasta nos resultan creíbles. De hecho, si fueran individuales, siempre lo serían.

Cada caso es muy extraño, pero nos creemos que algo así pueda pasar. El ‘problema’ es que Totono siempre acaba involucrado en ellos de una manera u otra. Como es un civil, resulta extraño que suceda así. Al menos hasta cierto punto, pues poco a poco vemos ciertos elementos que podrían justificar esta situación.
En muchos casos, la razón por la que Kuno se involucra en uno de estos casos es porque alguien más se lo pide, y en no pocas ocasiones ese alguien está relacionado con Garo, ese teórico principal interés amoroso de un personaje cuya manera de entender el amor escapa de lo que consideramos convencional.
Definirlo resulta complicado, y en realidad no es importante, siendo este el motivo por el que de momento no profundizaré en esta cuestión. Solo diré que Garo sigue demostrando cierto interés en él incluso desde las sombras.
Reseña del manga Don’t Call it Mystery n.º 9 | Portada, sinopsis y edición

Colección | Don’t call it mystery vol. 9 de 15 (en publicación) |
Autoría | Yumi Tamura |
Género | Josei, drama, misterio |
Formato | Tapa blanda con sobrecubierta |
Tamaño y páginas | 128 x 180 mm con 172 páginas en b/n |
Precio | 9,95 € |
Traducción | Maite Madinabeitia (Daruma) |
Fecha de lanzamiento | 3 de abril del 25 |
Reseñas | Volúmenes anteriores |
Curiosamente, lo que más le llama la atención es su capacidad para entender a los demás. Su intelecto y su manera de retorcer el mundo hasta comprender qué le pasa por la cabeza a las personas es única. Ve cosas donde nadie más las ve, siendo este su gran encanto tanto como persona como protagonista.
Es más, Don’t Call it Mystery funciona porque su personaje principal es una caja de sorpresas de normalidad. Es una persona cualquiera, pero su manera de razonar tiene un atractivo único. Siempre encuentra la respuesta, pero rara vez por el camino que consideramos normal.
Yumi Tamura sigue mejorando como escritora tomo tras tomo

Es por esto mismo que cada caso, aunque se relacione de manera muchas veces inconexa con él, genera mucho interés. Esto es algo que se ha hecho especialmente evidente en los tomos n.º 8 y n.º 9, pues nos han dado dos de los mejores misterios hasta la fecha.
La historia de las mellizas que arrancó en la octava entrega del manga ha llegado a su conclusión con uno de esos cierres que te dejan con la boca abierta. Sin más, no te esperas que las cosas vayan a ir por ese camino ni que la respuesta pueda ser esa.
Lo mejor de todo es que tiene lógica. Te lo crees, y si empiezas a mirar, en realidad tú mismo puedes darte cuenta siguiendo ciertas pistas. En otros casos no ha sido así, pues ha llegado a la respuesta final mediante una inferencia a la que ninguno de nosotros podíamos llegar.
El caso de las mellizas ha llevado mejor ese tema, y parece que el actual también lo hará. De momento es pronto para saberlo, pero tiene buena pinta. Además, es uno de los que más curiosidad me ha generado hasta la fecha.
Es necesario que los secundarios de Don’t Call it Mystery… y podrían llegar a hacerlo

Sobre todo porque está relacionado con Aoto, un agente de policía con el que Totono ha tenido algún que otro encontronazo debido a su actitud. Frío y distante, es un buen agente de la ley, pero a veces parece demasiado duro.
En este noveno tomo empezamos a entender mejor por qué. ¿De dónde viene su obsesión por el trabajo? ¿Qué hay detrás de esa máscara de frialdad con la que parece huir del mundo? Cuando secuestran a su hija y le piden que secuestre a otro niño para salvarla, empezamos a entender más de él.
Y es algo que nos hacía falta. Uno de los puntos débiles de Don’t Call it Mystery es que los secundarios no tienen casi peso. Aparecen y desaparecen muy rápidamente, por lo que no podemos empatizar con ellos. Y aunque Totono es un gran protagonista, no puede hacerlo todo él solo.
Es necesario que salgamos de los personajes esporádicos y los secundarios ganen algo de autoridad para que ciertos diálogos tengan más peso en nosotros como lectores. Sobre todo porque el manga tiene potencial para ser mucho más.
De base ya me parece muy bueno, pero sí es capaz de hacernos conectar con más personajes que permanezcan con nosotros a largo plazo, será incluso mejor. Sea como fuere, Tamura-sensei sigue siendo realmente buena en su trabajo.
Un manga de misterio que merece mucho la pena

El guion, la narrativa y los diálogos son tan buenos —o incluso mejor— como siempre, siendo esta la principal razón por la que somos capaces de disfrutar de cada misterio incluso aunque duren un tomo y medio como mucho.
Están lo suficiente bien escritos como para generar un interés genuino y real pese a que no conectemos del todo con los personajes que los protagonizan a falta de un secundario que nos dé algo más. Son interesantes y sus protagonistas tienen razones para ser cómo son.
Lo malo es que a veces la motivación del criminal de turno pierde algo de fuerza y, aunque encaja, es demasiado convencional aun cuando el misterio que gira a su alrededor es una locura. No obstante, también tiene su lado positivo, pues le da realismo a la obra.
Al usar los rasgos más comunes del ser humano como motivación es capaz de darle sentido a una serie de ficciones a veces demasiado irreales. En ese sentido, el equilibrio es bastante bueno, así que dudo de si es un defecto o una virtud que use a este tipo de criminales constantemente.
De lo único que estoy seguro al 100% es de que Don’t Call it Mystery sigue siendo un manga que disfruto mucho en todo momento. Es una lectura muy entretenida que le recomendaría a casi cualquier amante del misterio.


- El protagonista tiene un carisma brutal.
- El desarrollo de la historia tiene mucho gancho y la historia es entretenida.
- Los diálogos son muy potentes.
- La introspección psicológica, humana y social que realiza es simplemente brutal.

- El dibujo puede seguir mejorando.
- Se sigue extrañando a un elenco de secundarios más constante.