Reseña de Capitán Tsubasa n.º 12: lesiones y resultados

¡Vamos con la reseña de Capitán Tsubasa n.º 12 y las finales del último torneo del Nankatsu! ¿Cómo continúa la historia?

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Ahora que ya hemos superado el ecuador de la serie, este nuevo tomo nos acerca a uno de los momentos más emblemáticos de la ‘primera parte’ de Oliver y Benji. Hoy queremos hablaros de eso en nuestra reseña de Capitán Tsubasa n.º 12, puesto que en este tomo hemos recuperado la rivalidad —en primera plana— de dos de los personajes más importantes de la franquicia.

En efecto, hablamos de Kojiro Hyuga y Ozora Tsubasa, más conocidos como Oliver Atom y Mark Lenders en algunos estamentos de la sociedad de habla hispana. Enfrentados en el terreno de juego por muy diversos motivos, ambos han asistido a la evolución y progresión del otro al más puro estilo Messi y Cristiano Ronaldo. Es más, los dos jugadores son un buen reflejo de lo que nos ofrecen los dos personajes en el manga.

La analogía entre ambas parejas es, cuando menos, muy cercana, aunque en nuestro caso lo abordamos desde una perspectivamente netamente diferente. A fin de cuentas, ambos siguen siendo jugadores de instituto, por lo que las diferencias —además de por muchos otros motivos— son más que obvias. Sea como fuere, es un detalle que nos parece casi tan interesante como la propia obra. Os lo contamos.

Reseña de Capitán Tsubasa n.º 12 | Portada, sinopsis y edición

Empieza la esperadísima final entre el Nankatsu y el Meiwa, tras la que uno de los dos conjuntos se situará en la cima de todos los equipos juveniles de fútbol de Japón. Se suceden los aguerridos ataques en ambas áreas, ¡y el Nankatsu abre el marcador! Sin embargo, Tsubasa, Misaki y Wakabayashi se lesionan… ¡¡El Nankatsu está en un grave aprieto!!

Fecha de publicación22 de febrero de 2022
Formato12,8 x 18 cm
TintaIntegradas en b/n. (328 páginas)
PresentaciónRústica sin solapas con s/cub
FrecuenciaBimestral
Precio12,95 €
Reseñas anterioresReseñas volúmenes anteriores

Lo primero de lo que queremos hablaros, como viene siendo habitual, es de la edición, pues creemos que es un apartado que siempre debemos abordar. Cuando lo hacemos con Planeta Cómic como protagonista, casi siempre lo hacemos de buen grado, puesto que la editorial tiende a ofrecernos productos de una gran calidad. En Capitán Tsubasa n.º 12 no ha sido diferente, ya que tanto la traducción como la maquetación o la impresión son buenas.

En el primer apartado podemos destacar la presencia de Marc Bernabé y Verònica Cafell, ambos desde Daruma SL. Ambos han realizado un gran trabajo, puesto que la adaptación idiomática no solo es correcta, sino que además funciona muy bien. Se siente real y orgánico, algo que siempre valoramos positivamente.

Con respecto a la maquetación, el resultado final también es mayormente bueno, aunque hemos vuelto a detectar ciertas páginas en donde el corte lateral no es tan preciso como nos gustaría. Es decir, que el borde físico se come ligeramente el extremo de ciertos paneles. Esto es algo que suele suceder. Finalmente, sobre la calidad de impresión, una vez estamos ante un gran producto, siendo esta una dinámica también habitual.

La magia del fútbol

Reseña de Capitán Tsubasa n.º 12
Reseña de Capitán Tsubasa n.º 12

Dicho esto, podemos pasar al contenido del manga como tal. Mentiríamos si dijésemos que las cosas han cambiado bastante desde la última vez que hablamos de Capitán Tsubasa, ya que sigue siendo más de lo mismo. Es decir, un spokon de carácter clásico que, en nuestro caso, juega mucho con la nostalgia para definirse a sí mismo. Las singularidades de cada partido y la dinámica del juego apenas ha cambiado.

No obstante, en estos últimos tomos y encuentros, su autor ha usado la cuestión de las lesiones como tema central. Esto es algo que, sinceramente, no nos ha terminado de convencer. Aunque entendemos que es una forma de darle mayor intensidad a su historia, no parece lógico que haya tantos chavales sobre el verde con lesiones que podrían acabar estropeando sus carreras.

Hablamos, pues, de un manga que convierte a sus entrenadores en ‘tiranos humanizados’ que no dudan en recurrir a su estrella aunque la recomendación médica sea no jugar. Si lo transcribimos al mundo real, sería casi criminal que chavales de instituto hiciesen algo así, porque podrían dar por terminada su carrera en muchos casos.

Una historia casi de fantasía con sus más y sus menos

Reseña de Capitán Tsubasa n.º 12
Reseña de Capitán Tsubasa n.º 12

Más alla de eso, es cierto que Capitán Tsubasa nos sigue pareciendo una historia con un enfoque interesante. Si bien es cierto que roza lo irreal (o lo sobrepasa) en muchos casos, sigue teniendo un encanto clásico muy alto. Es una serie con la que nos hemos criado durante años, por lo que es normal que le tengamos un cariño especial. Esto se mantiene intacto, ya sea en el primer o en el último tomo.

Es su gran baza junto con el carisma de jugadores como Kojiro Hyuga, quien ha crecido enormemente desde su primera aparición. Aunque sigue siendo un jugador muy agresivo que depende mucho de su fuerza, su espíritu de equipo es mayor que nunca. Ahora entiende cuál es su labor como capitán y que, en realidad, es capaz de llevar a los suyos a la victoria de muchas formas.

Es, sin duda, uno de los futbolistas que más ha evolucionado desde su primera aparición. Sobre todo porque Tsubasa es un personaje relativamente plano con un balón de fútbol por cerebro cuyo mayor progreso es ser mejor jugador. Curiosamente, su tiro con efecto es considerado como un arma secreta de gran calidad. Esto demuestra que por aquel entonces el fútbol no era ‘tanto’ en Japón como ahora.

Reseña de Capitán Tsubasa n.º 12: conclusiones

Reseña de Capitán Tsubasa n.º 12
Reseña de Capitán Tsubasa n.º 12

Por lo demás, consideramos que Capitán Tsubasa progresa adecuadamente, siempre y cuando no olvidemos el contexto en el que fue escrita por primera vez. Sin dejar a un lado los fallos que le acompañarán por el resto de sus días, se perfila como un spokon interesante desde el prisma de la nostalgia y la infancia. A diferencia de la ‘crudeza’ de otros mangas como Blue Lock, aquí se transmite un mensaje más positivo.

Es por eso que nos parece más adecuada como lectura para mentes más juveniles, teniendo un doble perfil muy interesante. A fin de cuentas, es una historia que no solo podemos disfrutar nosotros, sino que podemos compartir con los más ‘peques’ de la familia sin miedo. Casi todas las lecciones que transmite son más bien positivas, aunque tampoco hay que buscarle cinco pies al gato.

No queremos que su valor se reduzca al de un manga con cuestiones educativas. No es este nuestro objetivo. Solo es un aspecto más que, en cualquier caso, se queda en segundo plano cuando valoramos, una vez más, ese sentimiento nostálgico y sumamos su valor como obra especialmente diseñada para coleccionistas. El formato kazenan le sienta de miedo y eso es algo que siempre alabaremos.

  • Es pura nostalgia.
  • El dibujo progresa adecuadamente, aunque solo en algunos sentidos.
  • Sigue siendo un buen spokon.
  • Tiene un gran valor coleccionista gracias a su gran edición.
  • Algunos secundarios comienzan a tener más importancia.
  • Ha envejecido algo peor de lo que nos gustaría reconocer.
  • La morfología humana no es el fuerte del autor; las proporciones empiezan a fallar.

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