El pasado 26 de septiembre salía del acceso anticipado el nuevo roguelike de Passtech Games: Ravenswatch, y hoy os hablamos de él en nuestro análisis. Lo hemos jugado y toca analizar la nueva entrega que ha dado mucho de lo que hablar.
¡Hola gente! Como comentaba anteriormente, hoy tenemos entre manos el último lanzamiento del equipo Passtech Games: Raveswatch. Un roguelike con ritmo propio que nos recuerda a títulos como Diablo IV o Hades, pero que consigue mantener su propia identidad. Viene de la mano de Nacon y, actualmente, podéis comprarlo en Steam por 24,99€. Además, tiene la etiqueta de jugable para Steam Deck.
No obstante, recordaros que el 28 noviembre saldrá su versión para consolas PS4, PS5, Xbox One y Xbox Series X|S. Así que ya podéis hacer vuestras reservas en vuestra tienda de confianza o desde la tienda digital de las consolas. Sin mucho más preámbulo, vamos a ver lo que más y menos nos ha gustado de este indie.
Análisis de Raveswatch: un roguelike con una premisa interesante
Lo primero que me gustaría destacar es la historia que se nos presenta, que si bien queda en un plano secundario, merece la pena. Estamos en el mundo de Reverie, donde se han instalado unos monstruos de pesadilla a los que tendremos que vencer. Para ello tendremos nueve personajes jugables basados en los cuentos y leyendas populares, pero con un tono oscuro. Por ejemplo, podremos ser una Caperucita Roja licántropa o el Flautista de Hamelin controlador de plagas de ratas.
En cualquier caso, esta historia se presenta algo críptica en su inicio, pero a medida que progresamos nos van contando cosas. Especialmente cuando subamos de nivel a los personajes, cuya historia personal se va desarrollando y nos ayudan a conocerlos mejor. En cualquier caso, es cierto que las primeras horas las pasas bastante desorientado porque no acabas de entender qué debes hacer. Por lo que llevará un buen rato comprender lo que estamos haciendo.
Esto último es importante por cómo afecta a la jugabilidad, ya que sucede algo muy similar. Básicamente, nos sueltan en el primer mapa (generado procedimentalmente cada vez que iniciemos partida) y tendremos que salir a explorarlo, repleto de enemigos, durante un tiempo determinado. Una vez acabe ese tiempo, tocará enfrentarse al jefe final. Por tanto, la gracia radica en explorar lo máximo posible para conseguir subir experiencia y mejoras (sin perder vidas en el intento) hasta que llegue el inevitable combate.
La jugabilidad, mejor en compañía
Los personajes son lo mejor del videojuego, ya no solo por la inspiración de cada uno, sino que la jugabilidad cambia muy notablemente en función al que escojamos. Cada uno tiene unas características y habilidades muy marcadas con las que deberemos adaptarnos, lo que no es tarea fácil, a sus ritmos y combos. Además, el ciclo día-noche del mapa también nos afecta directamente, haciendo que las partidas sean dinámicas en todo momento.
Ahora bien, a diferencia de los juegos roguelike hack and slash, pese a su dinamismo, Ravenswatch busca la estrategia y el controlar a tu personaje. Los pequeños segundos que tardan en cargar los ataques, unido a lo absurdamente difícil que es de base el juego, nos hará replantear muy bien nuestras opciones. De nada sirve ir solo a explorar donde más enemigos hay y mamporrear botones, porque eso es muerte instantánea fija. Si sumamos que siempre estaremos a contrarreloj, la partida se hace tremendamente táctica y alocada.
El punto más negativo se lo daría a la necesidad casi imperiosa de jugarlo en cooperativo. El modo solitario está bien, en general, pero se hace muy complejo superar los mapas. Sé a ciencia cierta que esto suele ser un aliciente para muchas personas, pero en lo personal prefiero que sean más sencillos. Ojo, no digo que no sea un reto o esconda cierta dificultad, ahora, la curva de dificultad estando solo la veo algo desproporcionada. Sin embargo, con colegas cambia la cosa sustancialmente.
Si bien es cierto que la dificultad aumenta en función de los colegas que se unan, la partida se hace mucho más asequible y divertida. Esto último es lo más importante: divertida. Mientras que solos hay riesgo de cansarnos a las pocas horas, con los colegas es un juego que gana enteros y es donde reluce el músculo de su jugabilidad. Especialmente, la estrategia y el dominio sobre los personajes es donde salen a relucir. Es ahí donde Ravenswatch se convierte en uno de los mejores roguelike de este año.
Un apartado artístico precioso
Honestamente, me parece una preciosidad. El modo artístico del juego en general me ganó desde el primer momento, entrando por los ojos y dando un ambiente épico. El diseño de los personajes me parecen una barbaridad y ese tono oscuro les sienta a pedir de boca. Tienes la sensación de estar viviendo en un cómic constantemente.
La única pega es que no hayan conseguido la etiqueta de jugable para la Steam Deck porque tiene ciertos bajones de FPS y se resiente gráficamente un poco. Así como la letra, que es algo pequeña. Aunque son problemas con solución que, si consiguen arreglar, la experiencia en la Deck creo que sería la idónea porque le va al pelo.
Análisis de Ravenwatch: conclusiones
Ravenswatch es un gran roguelike que nos deja el 2024. Sin lugar a duda uno de los más divertidos en compañía y artísticamente más bonitos. No obstante, existen pequeños detalles que acaban condicionando un poco la experiencia que podemos extraer de él. Por suerte, muchos de ellos son corregibles, así que, en líneas generales, estamos ante un indie muy serio que da lo que promete. Por ello, solo puedo decir que es…
- La jugabilidad cambia notablemente en función de los personajes, obligando a dominarlos.
- La estrategia y el tiempo fomentan un ritmo propio que convierte cada partida en algo único.
- Perfecto para jugar con colegas.
- El juego puede hacerse muy cuesta arriba en el modo solitario.
- El inicio es algo desconcertante porque no te explican nada de lo que debas hacer, se hubiera agradecido un mínimo de guía.
- La curva de dificultad puede hacerse excesivamente alta, especialmente en el modo solitario.