Os traemos la reseña de Palabras que burbujean como un refresco, una de las más recientes incorporaciones anime de la plataforma Netflix. La película celebra el décimo aniversario de la productora Flying Dog y está animada por los estudios Singal.MD y Sublimation. Además, si le echamos un vistazo al staff, encontraremos personal de categoría que ya destacó en obras como Your Lie in April. El filme nos cuenta la historia de un adorable y refrescante romance juvenil que entra perfecto en estas fechas veraniegas.
Sinopsis
Esta es la historia de un chico y una chica que se conocen un verano en un centro comercial. Ella tapa su cara con una mascarilla. Lo hace para ocultar sus prominentes incisivos, que destacan ahora más que nunca por culpa de la ortodoncia. Él lleva unos cascos puestos en todo momento como recurso para evitar conversaciones innecesarias. Así no tiene que afrontar su dificultad a la hora de hablar y comunicarse. Tras un encuentro fortuito, empiezan a interesarse el uno por el otro y ambos se embarcan en la búsqueda de cierto vinilo.
Cerezo silvestre, me gustan las hojas que has escondido
A veces tengo la sensación de que hay una especie de ley no escrita que dicta que en todo filme tiene que haber alguna escena de animación desbocada. Eso explicaría por qué una película más bien calmada decide arrancar con la alocada persecución de un gamberro por el centro comercial. Lo cierto es que la escena sirve como reclamo visual para el espectador. También es una excusa tan buena como cualquier otra para hacer que los protagonistas se conozcan. Ellos son Smile y Cherry, dos adolescentes con un complejo que les cohíbe.
Smile siente un enorme reparo a mostrar sus dientes, y la vergüenza la sobrepasa cada vez que quedan al descubierto. Pero la película nos muestra que en realidad es una chica superalegre y extrovertida. Le encantan las cosas monas y es muy popular en las redes sociales por sus vídeos llenos de energía. Cherry es en apariencia un chico callado e introvertido, pero esto se debe sobre todo a que le cuesta hablar en público. Los que le conocen saben de su afición a la escritura de haikus. En estos breves poemas japoneses encuentra las palabras con las que transmitirle al mundo lo que siente.
Con estos ingredientes de partida, la película podría haberse decantado por un tono más melodramático. Podría haber hablado del peso que da la sociedad a la apariencia. O de la presión por encajar y socializar a la que se ven sometidos los jóvenes. Pero decide dejar los temas densos a un lado y se contenta con trasmitir un mensaje amable y positivo. Palabras que burbujean como un refresco es un romance juvenil, sí, pero también es la historia de cómo dos chicos encuentran la confianza para afrontar sus complejos en los sentimientos del otro.
En mi 17 de julio te conocí
Uno de los éxitos de la película es la naturalidad con la que desarrolla los primeros pasos de la relación de la pareja. A veces ni siquiera necesita diálogos, como ocurre en una de mis escenas preferidas del anime. En ella dividen la pantalla en dos mitades, cada una para un personaje. Durante unos minutos simplemente los vemos interactuar de forma directa o indirecta a través de internet. Cada uno vive su propio día a día, pero a través de sus móviles pueden irse conociendo y mostrar el interés que sienten por el otro. No es la única parte de la película en la que las redes sociales tienen un papel relevante, pero probablemente sea la más representativa.
Otro recurso curioso lo encontramos en el uso que se da a los haikus de Cherry. Estos poemas son el reflejo escrito de la evolución de los sentimientos del personaje y nos los vamos encontrando por todos los rincones. Literalmente. Hay un personaje que se dedica a escribirlos por todas partes y la película se encarga de que aparezcan en el momento oportuno. En varias ocasiones son usados en las transiciones entre escenas. Es una forma bastante original de ir narrando los avances en la relación sin invertir apenas tiempo de metraje.
El punto de inflexión en la historia llega cuando Smile y Cherry se embarcan en una misión conjunta: encontrar un disco de vinilo de uno de los ancianos del centro de día en el que trabaja Cherry. Se trata de una posesión que guarda recuerdos muy preciados, y su búsqueda les dará la oportunidad de pasar un preciado tiempo juntos.
Las luces en la noche de verano hacen una salida en falso al atardecer
El apartado estético de la película parece tener como objetivo enfatizar el carácter juvenil de la historia. Lo vemos en los diseños de personajes encantadores y de rasgos agradables, pero también y sobre todo en el uso del color. Los escenarios parecen planteados para que los encargados del apartado artístico se pongan las botas. Están repletos de parafernalia con mil colores distintos, creando una amalgama que resalta mucho a la vista. Además, son en general colores de tonos vivos y luminosos. El resultado es tan vistoso que casi se inclina hacia lo histriónico, pero no llega a resultar estridente.
La banda sonora tiene un toque de frescura muy agradable, y en algunos temas podemos incluso notar una pizca de nostalgia. La música ayuda a marcar el ritmo de la película y se encarga de señalar esos momentos en los que los corazoncitos de los protagonista se aceleran por culpa del otro.
Palabras que burbujean como un refresco
Palabra que burbujean como un refresco es un anime adorable hasta rozar lo empalagoso. La relación de los protagonistas es tan inocente que bordea con lo cursi; y tan entusiasta que llega a resultar incluso un poco embarazosa. Pero este es precisamente el tipo de romance que quería mostrarnos y a mí me parece perfecto. Porque su objetivo no va más allá de plasmar la efervescencia de la pasión juvenil.
Si vienes con la idea de pasar un rato ligero y agradable, este es el anime adecuado. En él encontrarás personajes monos, diseños y voces adorables, colores bonitos y una historia agradable y positiva. Es, en definitiva, una cucada de película. Y de vez en cuando se agradece simplemente tener algo con lo que endulzar una tarde de verano.
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