El pasado 10 de mayo llegó a nuestras pantallas el último trabajo de Jacques Audiard, Los hermanos Sisters. En esta entrada os contamos lo que nos ha parecido este Western.
Sinopsis
1850. En plena fiebre del oro, Charlie (Joaquin Phoenix) y Eli Sisters (John C. Reilly) viven en un mundo salvaje. Los dos hermanos son pistoleros y ambos tienen las manos manchadas de sangre. Aunque lo daría todo por su hermano pequeño, Eli (Reilly) sueña con poder llevar una vida normal. Un encargo de El Comodoro (Rutger Hauer), que quiere eliminar a un químico buscador de oro, les llevará de Oregón a California en un viaje iniciático que pondrá a prueba el vínculo entre los dos hermanos.
Los hermanos Sisters, un Western singular
Si algo nos separa del lejano oeste es que ya no resolvemos nuestros conflictos a balazos. La irrupción de sociedades civilizadas -aunque no lo parezca a veces- y la imposición de ciertas normas de acuerdo colectivo hacen que se hayan minimizado las visceralidades, rebajando el tono y conteniendo los instintos más primarios. Sin embargo, la condición humana sigue siendo imprevisible, demostrando en el día a día que aún tiene muchos ases bajo la manga.
Aunque Jacques Audiard lleva toda la vida haciendo cine, sus primeros trabajos como director datan de 1994 y de guionista veinte años antes, su notoriedad se ha visto aumentada en los últimos años. Con De óxido y hueso (2012) se puso en el punto de mira de la industria y con Dheepan (2015) ganó, contra todo pronóstico, la palma de oro en el festival de Cannes. Con la crítica metida en el bolsillo, Audiard continua su andadura construyendo ese cine de autor que tan bien le ha funcionado.
Quizá por ello, Los hermanos Sisters (Jacques Audiard, 2018) no es un Western al uso, o al menos no uno que se apoye sobre los mimbres tradicionales. Y es que el género, que siempre ha tenido predilección por el desierto de Tabernas en Almería, volvió a la primera fila hace pocos años de la mano de directores como Joel & Ethan Coen con su Valor de ley (2010) o Quentin Tarantino con la imprescindible Django desencadenado (2012). No obstante, Audiard ha querido desmarcarse de todos ellos, ofreciendo su propia visión del Western.
Profundidad dramática: para lo bueno y para lo malo
Porque, ante todo, Los hermanos Sisters es un drama de manual, un Western que declina el fuego de gran estopa en favor de un acercamiento mucho más intimista. Una decisión que le aporta muchísimo bueno al conjunto pero también algunas deficiencias que no pueden obviarse.
Empezando por las virtudes, cabe destacar que ese enfoque minimalista le sienta de maravilla a los personajes. Esta es una historia para cuatro y, aunque el avance siempre lo marcan los hermanos Sisters, no hay que pasar por alto la gran labor que realizan los personajes de Riz Ahmed y Jake Gyllenhaal, aportando muchos matices a la historia. Joaquin Phoenix y John C. Reilly, que parece sumamente inspirado tras concatenar este trabajo con su papel en El gordo y el flaco (Jon S. Baird, 2018), forman una dupla magnífica, representando extremos totalmente opuestos y con una profundidad que va mucho más allá de la rivalidad entre hermanos.
Por contra, esta apuesta por la escala de grises que define a los personajes, también provoca una cierta lentitud a la hora de ejecutar la trama. Hay momentos en que, literalmente, parece que no esté pasando nada, prescindiendo de la acción habitual en el género y potenciando aún más si cabe la inquietud del director porque conozcamos más de sus personajes que, como he dicho más arriba, están francamente bien construidos.
Veredicto
No se puede juzgar a Los hermanos Sisters por algo que no es. Aquellos que busquen en ella un Western tradicional se darán de bruces con una propuesta que no es lo que esperaban, renunciando a ciertas licencias que se tomaban antaño en favor de otras nuevas. Sin embargo, si queréis ir un paso más allá, puede que os topéis con un acercamiento distinto que apuesta por la profundidad dramática como principal reclamo.