El póximo viernes 14 de junio llega a nuestras pantallas La biblioteca de los libros rechazados, cinta basada en la novela de nombre homónimo. Nosotros ya hemos podido verla por cortesía de A contracorriente films y en esta entrada os contamos qué nos ha parecido.
Sinopsis
Un curioso bibliotecario decide albergar todos los libros que han sido rechazados por las editoriales. Un día, una joven escritora descubrirá esta biblioteca que esconde grandes tesoros, uno de ellos será la novela Las últimas horas de una historia de amor, escrita por Henri Pick. Cuando el libro se convierta en un éxito de ventas, un obstinado y escéptico literario buscará el trasfondo y los orígenes de Pick. Para ello se unirá con la hija del misterioso y anónimo escritor, e intentará desentrañar toda la trama que se esconde detrás de esta historia.
La biblioteca de los libros rechazados: intriga disfrazada de comedia
¿Os imagináis un lugar en el que se albergaran todas las obras que nunca han llegado a ver la luz del sol? ¿Una biblioteca que salvaguardara todos aquellos textos que han sido rechazados por las principales editoras? Sería una manera de preservar las historias, los relatos de todos aquellos que, por un motivo u otro, fueron privados de su presentación en sociedad. Una forma elegante de que ciertos textos no caigan jamás en el olvido.
Siempre he dicho que la comedia francesa me parece realmente interesante; propuestas elaboradas e ingeniosas que sacan una sonrisa en el espectador. La que hoy nos ocupa, aunque también enclavada en el género, no busca hacernos reír -aunque también lo consiga en ocasiones-, sino más bien utilizar ese costumbrismo más llano para ofrecer una cinta igual de interesante.
La biblioteca de los libros rechazados (Rémi Bezançon, 2019) es una cinta que, en primera instancia, me recordó a El ladrón de palabras (Brian Klugman & Lee Sternthal, 2012) por ese planteamiento literario que gira en torno a novelas de origen desconocido. No obstante, en el caso que nos ocupa, el film prefiere no atribuir la autoría de la obra a un personaje concreto, sino más bien utilizarlo como un pretexto para hilvanar una intriga que aguanta el tipo durante sus ajustados 100 minutos de metraje.
Y es que cuando la novela del desconocido Henri Pick ve la luz, un crítico literario, por circunstancias del destino, se ve empujado a una búsqueda obstinada por descubrir el verdadero origen de la obra. Esta obsesión del protagonista permite al espectador hacer cábalas acerca de quién puede ser el verdadero autor del libro, creando así una sinergia misteriosa que se mantiene a lo largo de todo el film.
Una comedia para amantes de la lectura (y los que no lo sean tanto)
La biblioteca de los libros rechazados es, ante todo, una carta de amor a la lectura. Es una cinta que reflexiona sobre el poder de la novela, la importancia de su mensaje y los lugares hasta los que es capaz de transportarnos. Además, todo ello lo hace de una manera muy elegante; construyendo el rol protagonista sobre un ávido lector -podríamos decir que es una suerte de crítico- y haciendo rotar la historia sobre grandes nombres del mundillo, como por ejemplo el poeta ruso Aleksandr Pushkin.
Esta pasión por los libros se ve reforzada por la gran interpretación de su protagonista, un Fabrice Luchini que realmente identificas con un entendido de la lectura, con un crítico -y créedme que sé de lo que hablo, más aún cuando la sala estaba plagada de «plumillas»-. Lo secundan a la perfección algunos rostros como el de Camille Cottin o Alice Isaaz.
Cabe destacar también ese tono tan intelectual y agradable que transmite la propuesta, haciendo que el humor sea realmente acertado y las coñas tremendamente efectivas. De la puesta en escena hay poco que destacar, luciendo un acercamiento más intimista en este apartado.
Veredicto
Como una novela que espera ser recuperada de entre tantas otras, La biblioteca de los libros rechazados es una película notable que, sin hacer ruido, espera encontrar su lugar entre los pelotazos que llegan esta semana. Esperemos que así sea, pues la lectura (y todo lo que ella conlleva) es un arte que no debería perderse bajo ningún concepto.