Todos sabemos de que va esto: sale un nuevo videojuego, película o anime y esa pequeña vocecita aparece en nuestra cabeza: «No esta mal, pero no es como los de antes». Soy D4rkMeX, y hoy vamos a hablar de la nostalgia y su irrupción en nuestro día a día. Últimamente, observo una clara condición en la gente de mi generación (soy del 95). Recuerdo, antaño, cuando mi hermano —que ya está en la treintena— me decía «los juegos de antes sí eran juegos de verdad». Mientras tanto, yo jugaba a Halo 3 y pensaba para mis adentros «okay boomer».
Sin embargo, empiezo a notar cierto rasgo de boomeración en la gente de mi alrededor y de mi edad. En cierto modo, es como si esa fatídica advertencia de tus padres aconteciendo que tu también te harías mayor empezase a cobrar sentido. Vivimos en la era de las remasterizaciones y los remakes. Proyectos que fueron bombazos en su época, pero que se han quedado anticuados, se están abriendo paso en las nuevas generaciones. Hablamos desde relanzamientos con gráficos más acordes, como Shadow of the Colossus, hasta monstruos técnicos y rediseñados de cero como Resident Evil 2.
Esto es maravilloso. Que la gente nueva pueda disfrutar de los títulos que han inspirado a sus juegos del hoy que tanto aman es impagable. Sin embargo, está la contraportada de las comparaciones. Pongamos, por ejemplo, Resident Evil 3 y su remake. En aquel entonces se criticó que era más corto que el anterior, pero aun así era un buen título para su época; cumplía con los estándares. No obstante, fue duramente criticado porque su historia principal duraba 5 horas y era single player (aunque rellenasen con ese modo online descafeinado).
¿Una comparativa realista?
¿Significa que el juego es malo y antes bueno? Es un tema delicado. Los títulos de hoy en día no son comparables a antaño en cuanto a calidad y cantidad total. Hay que compararlos en su contexto, momento de salida y catálogo simultáneo. ¿Puedes equiparar Ocarina of Time con Breath of the Wild? Seamos realistas. Aun con todo, creo que desvarío; vamos a centrarnos en el tema que acompaña al titular. Regresemos al punto: «los juegos ya no son como los de antes».
Es posible que, como a mí, no los disfrutéis tanto como antes. Es más, puede que ir a la tienda no sea igual de emocionante. O tal vez la frialdad del formato digital termine de borrar esa ilusión infantil. Quizás estáis cansados de que os vendan lo mismo en los tráileres,. Puede que sepáis que las microtransacciones van a estar presentes o, simplemente, que ya lo habéis visto todo. La primera vez que jugaste un shooter fue una sensación dinámica y trepidante, pero cuando vas por el shooter número veintisiete, más que sorprenderte, das por sentado que es lo normal.
Esto hace que juegos diferentes y atrevidos como Undertale o Death Stranding den pie a sorprenderos y apartaros de ese hastío. Pero continuemos.
El peso de los nuevos tiempos
Hay otro factor a tener en cuenta: Internet. El nacimiento de los influencers y streamers en la última década tiene un impacto directo. La competencia entre ellos es extrema para tener viewers. Para ello deben de ofrecer cosas distintas. Por ende, el lanzamiento de un videojuego significa hacer streaming, lo cual se manifiesta en hacer más horas que los demás. ¿Recuerdas Pokémon? Yo empecé jugando con la segunda generación: Pokémon Oro.
Mi hermano tenía el plata y recuerdo cuando un día vino y me dijo sobre unos remolinos en el mar que llevaban a una cueva con un Pokémon super poderoso. Se lo había dicho un amigo suyo en el colegio que lo había leído en una guía. Aún me acuerdo de como nos fuimos directamente a buscarlo como locos, emocionados, como el par de críos que éramos. Como en este caso, los rumores y leyendas en cada videojuego eran múltiples, y eso le daba un aura de «magia» a nuestro hobby favorito.
¿Cómo no voy a recordar con cariño Pokémon Oro? De igual forma, nada me quitará el factor emocional de que The Witcher 3 fue el primer juego que me hizo llorar de emoción. Y como este caso todos tendréis los vuestros particulares. Como comentaba antes, hoy en día los streamers, youtubers y demás webs de videojuegos nos diseccionan los juegos en 3 días. ¿Esperas Cyberpunk con ganas para deshuesarlo poco a poco? Silencia los creadores de contenido y redactores de guías, pues empezarán a volar todos los secretos del juego antes de tus primeras 2 horas de juego.
Esto hace que los juegos pierdan esa magia, intriga y ganas de descubrir que teníamos antaño. Ya no va a venir tu colega de toda la vida a mostrarte algo súper raro que ha encontrado él explorando. Medio Twitter va a hacer Trending Topic algún secretillo que el influencer de turno a enseñado al mundo, spoileandote esa parte.
Cuando te haces mayor la vida no es que sea peor, pero te sorprende menos. No sientan igual, como no lo hace la comida o ir a la playa. Las emociones ya no están a flor de piel como en la infancia y la adolescencia. Es ahí cuando la nostalgia de esos buenos recuerdos choca con el pensamiento objetivo de lo que realmente habría que comparar entre dos títulos. Porque no podemos evitar hablar mejor de algo que nos emociona y los recuerdos de la infancia hacen efecto.
No es que antes los juegos fueran mejores y los de hoy en día. O que los estándares fueran diferentes. Tampoco que estén faltos de ideas o se hayan vuelto todos comerciales. La cruda realidad es que somos nosotros quienes hemos cambiado.