Al fin ha llegado el momento en el que tenemos listas las impresiones finales de The Rising Tide, el segundo y último DLC de Final Fantasy XVI. De esta manera, terminamos un viaje que ha durado casi un año, y del que hemos disfrutado cada momento.
Una nueva región, enemigos por liquidar y una maldición que ha tenido el tiempo parado más de 80 años es la premisa argumental de este contenido. Nos espera nuevas formas de jugar, con más habilidades y el viaje definitivo de Clive y sus compañeros.
No hablamos a lo loco si decimos que este segundo contenido supera con creces a lo que ofrecía su predecesor. Pero en FreakEliteX nos gusta hablar con argumentos, y tenemos de algunos de peso para que descubráis que ofrece este DLC que para nosotros ha supuesto el broche de oro perfecto para esta gran entrega.
Impresiones de The Rising Tide | Al rescate del heredero del Eikon del agua, Leviatán
En esta ocasión la aventura da comienzo con una petición de ayuda, lo que nos lleva directamente a embarcarnos hacia la, no tan lejana, tierra de Mysidia. Nada más desembarcar descubriremos un paraje que permanece prácticamente virgen, y sin miedo a la corrosión que asola al resto de territorios. Pero nada más lejos de la verdad, esta zona se ha mantenido oculta para proteger a los bendecidos, que lejos de trabajar como esclavos, pueden usar sus poderes libremente.
Pero no todo lo que reluce es oro, y el mismo pueblo guarda un oscuro secreto desde hace ya varias décadas. El eikon de agua, Leviatán, se manifestó en un recién nacido, cosa que los regentes del pueblo aprovecharon para hacer el mal a su paso. Cuando el mismo Leviatán descubrió que estaba siendo utilizado, usó su enorme poder para arrasar el pueblo con una gran ola.
Para detenerlo, recurrieron al poder perdido de detener el tiempo, lo que ha provocado que esta tierna criatura, y el mismo Leviatán, permanezcan paralizados por más de 80 años. Como podéis ver, el contenido recupera la premisa oscura y retorcida que se ha manifestado durante toda la aventura principal, siendo este capítulo, un anexo más a la misma.
Sin duda, tendría motivos de peso para ser parte de la trama, aunque su condición de contenido adicional, da algunas limitaciones. Y es que la trama principal del mismo apenas dura tres horas -alargándolo- con pocas zonas a las que visitar, resultando un completo desaprovechamiento. Mysidia podría haber ofrecido mucho más, al igual que una trama más profunda que se resuelven demasiado pronto.
El poder del agua era justo lo que le faltaba al combate
Eso sí, lo hace de un modo muy épico, como ya estamos acostumbrados, con un combate feroz entre eikons y que, además, nos deja un buen recuerdo. Y es que podremos usar las habilidades de Leviatán también en la trama principal.
Este se caracteriza por el combate a distancia, algo que en el base no teníamos tan presente y que han sabido introducir de un modo satisfactorio. Eso sí, algunas habilidades están algo rotas, y provocan un daño descomunal a comparación de otras.
Como os decíamos, las habilidades de Leviatán están muy marcadas en el combate distancia, añadiendo algunos elementos de shooter, pero sin cambiar el género del juego. De este modo, el set de habilidades queda más equilibrado que nunca, estamos seguros de que más de uno incluirá las habilidades de Leviatán entre su sus habilidades preferidas.
El portal de Kairós añade horas de desafío, y otras formas de diversión
Lejos de acabar ahí la cosa, os adelantamos que hay otro set de movimientos nuevo, aunque este solo se puede usar en un modo de juego puntual. Se trata del Portal de Kairós, un nuevo desafío en el que tendremos que vérnoslas con oleadas de poderosos enemigos, y donde podremos usar en exclusiva, las habilidades del malo principal de la trama. Estas están aún más chetadas de lo habitual, y pese al desafío extra que implica este modo, simplifica en parte las cosas.
La gracia del portal de Kairós, está en que no podremos usar nuestro equipo, sino que usaremos uno predefinido. En beneficio, en cada ronda obtendremos puntos en función a nuestro desempeño luchando, que podremos usar para comprar potentes habilidades pasivas. Más fuerza, defensa, vida… nosotros decidimos como emplearlos, y todo esto a través de un menú que recuerda descaradamente a las entregas más clásicas de la saga.
En definitiva, es un buen añadido, que no revoluciona lo que sabemos de esta entrega, pero sí que añade algo más de contenido y desafío. No hubiera estado de más que emplearan más recursos en nuevas zonas de Mysidia, pero de perdido al río, el Portal es una buena forma de entretenimiento.
Conclusiones finales | Impresiones de The Rising Tide, Final Fantasy XVI
The Rising Tide cumple con creces a nivel argumental y jugable, convirtiéndose en algo más que un DLC. Su duración es de unas tres horas si vamos a piñón, cinco si completamos todos los retos que ofrece e incluso unas siete si también disfrutamos del Portal de Kairós. Sin embargo, nos produce una sensación agridulce al quedar la región desaprovechada, alguna zona extra o más cacerías le habrían sentado de fábula.
Aun así, el contenido preserva el lado oscuro de la trama y los momentos más épicos de los combates entre eikons. Si a esto le sumamos, que podemos usar las nuevas habilidades fuera de DLC, completa a la perfección la decimosexta entrega de esta saga. Esto, sumado a lo que ofrecía el primer DLC, Echoes of the Fallen, completan la aventura dejando pocos cabos sueltos, o prácticamente ninguno.
- El combate contra Leviatán es impresionante.
- Las nuevas habilidades y el portal de Kairós.
- Mysidia nos ha encantado pese a su brevedad.
- Algo desaprovechado el nuevo territorio.
- El precio puede ser un inconveniente para una media de 7 horas.
