‘Hellboy (2019)’: review sin spoilers

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El demonio rojo más famoso del cine ha vuelto a nuestras pantallas con Hellboy (2019). Nosotros ya la hemos visto y en esta entrada te damos más detalles.

Sinopsis

Vuelve Hellboy (David Harbour), el gran demonio de piel roja, con cola, cuernos y un brazo de piedra. Atrapado entre los mundos de lo sobrenatural y lo humano, el apodado como ‘El más grande Investigador de lo Paranormal del Mundo’ junto con la Agencia para la Investigación y Defensa Paranormal (A.I.D.P.) tendrán un nuevo y peligroso desafío. Su misión será enfrentarse a una nueva y poderosa amenaza: Nimue (Milla Jovovich), conocida como La Reina de la Sangre, un espíritu ancestral de la época del rey Arturo que ha vuelto a nuestro mundo llena de sed de venganza para sembrar el terror y destruir a la raza humana.

Sin noticias de Guillermo

Cuando las cosas se ponen feas y lo paranormal se cierne sobre la Tierra, sólo los más preparados son capaces de defender el lugar. Aunque no por ello se recurre a medidas tradicionales, a veces se implora a tipos que la raza humana no acaba de entender. Esta es la historia de un demonio rojo cuya verdadera naturaleza, su razón de ser, es la del deber y la moral. Puede que sus métodos no sean ortodoxos, pero ha venido para salvarnos.

Guillermo del Toro es considerado por muchos -entre los que me incluyo- como un maestro del fantástico, un director que ha sabido ir más allá imprimiendo una visión única a sus propuestas. Sin considerar sus Hellboy (2004) y Hellboy: el ejército dorado (2008) como el culmen de su filmografía, sí vi en ellas un gran pasatiempo con una personalidad incuestionable. Su manera de tratar al personaje hacía que Ron Perlman, por aquel entonces Hellboy, brillara con luz propia, rodeado de unos secundarios realmente carismáticos y acompañados por una puesta en escena que en El ejército dorado incluso rayaba lo elegante. Por desgracia, Hellboy (Neil Marshall, 2019) ha acabado confirmando lo que muchos nos temíamos: ni Marshall es Del Toro ni David Harbour es Ron Perlman.

Partiendo de la base que las Hellboy de Del Toro serían incluso la puerta de entrada a algo más elevado -el protagonista de La forma del Agua (Guillermo del Toro, 2017) parece un calco del anfibio que acompañaba a «Rojo» en sus películas-, bajar el nivel de manera tan drástica supone un enorme paso atrás. No sólo es una muestra de que la magia se conserva en las mentes de unos pocos, en este caso Del Toro, sino también de que el fantástico mainstream -porque el indie sigue demostrando en Sitges que tiene mucho que decir- no está pasando por su mejor época.

Hellboy

Hellboy (2019), condenada al descalabro

Más allá de estar tan alejada de otras épocas que nos trajeron cintas como las mencionadas Hellboy del director mexicano, Van Helsing o la franquicia Underworld -puro deleite para fans del fantástico que casi piden más oxigeno para la serie B-, el problema de Hellboy (2019) es que parece estar falta de ideas. Aunque con un planteamiento similar a la de sus predecesoras firmada por Del Toro, en esta ocasión la historia es mucho más insustancial y está repleta de decisiones argumentales hasta cierto punto cuestionables.

Y aunque sea fácil encontrar en David Harbour un cabeza de turco, la realidad es que los secundarios están aún peor; teniendo siempre en cuenta de donde venimos. Una vidente teen mal dibujada y un policía de lo paranormal con serios problemas para controlar su bestia interior son los acompañantes de Hellboy, faltos de garra y produciendo en el espectador una sensación de añoranza hacia los personajes encarnados por Selma Blair y Doug Jones en las adaptaciones de 2004 y 2008. Incluso Milla Jovovich parece tener demasiado claro qué sacar de su Nimue, Reina de la Sangre.

Por otro lado, los efectos digitales son correctos y ofrecen algunas escenas resultonas. No obstante, no muestran nada demasiado inspirado -el diseño de las criaturas deja bastante que desear- y supongo que la censura aplicada a nuestro país tampoco habrá ayudado demasiado.

Veredicto

Siempre hay motivos para emocionarse por el fantástico en el cine, pero Hellboy (2019) no es uno de ellos. La ausencia de Guillermo del Toro ha acabado resultando una losa demasiado pesada para una producción que, en vistas del desenlace, está reclamando una secuela. Esperemos que en esa supuesta continuación encontremos algo más estimulante porque sino habrá que empezar a plantearse el mandarlo todo al infierno, literalmente.

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