
Hay un dicho que predica «mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer». A día de hoy, esta afirmación es más veraz que nunca, pues el E3 como tal ha perecido. Así pues, debido a los diversos problemas con la ESA, y a raíz de la pandemia del coronavirus, no había grandes esperanzas para con la feria de videojuegos más grande del año. Finalmente, la fatídica noticia de su cancelación llegaba entre marzo y abril. Por desgracia, con ella, no sabíamos la que se nos venía encima.
Los Summer Game Fest salieron al rescate. La promesa de una serie de conferencias desde mayo hasta agosto no sonaba para nada mal. Recuperar esa semana de ilusión y hype que se nos había arrebatado y además alargarlo durante meses… Suficiente para mojar los pantalones.
Demasiado bueno para ser verdad
Como decíamos, todo sonaba bien, demasiado bien… Y es que nos hemos encontrado con el caos más absoluto. Una vorágine de conferencias insustanciales y sin mucho que ofrecer han sido el canon a seguir este último mes. Un millar de tráileres han aterrizado en nuestros monitores, y esto no estaría mal si no fuese por el hecho de que varios de ellos se anuncian como World Premiere en una conferencia para volver a hacer la mismo en la consiguiente.

Un año duro para el sector. El COVID-19 ha afectado considerablemente a la industria del videojuego, lo cual es lógico. Por suerte, el teletrabajo puede verse en nuestro medio de manera natural, pero ha pillado a todos por sorpresa apenas unos meses antes de preparar todo.
Hemos tenido que cambiar deprisa y corriendo de reservar emplazamiento, llevar a un representante de relaciones públicas, hablar con inversores y presentar nuestro título a tener que hacerlo de manera online. ¿Resultado? Pues que todo lo que antes se guardaba para la prensa se ha utilizado como medio de entretenimiento para el público meramente estándar. Esto provoca que no siente bien una entrevista de más de una hora a desarrolladores que deben darse a conocer camuflándose en una «conferencia». El público quiere ver el juego, no que se lo expliques.
Y lo dicho. Entendemos que estos desarrolladores, en particular los más modestos, necesitan darse a conocer y encontrar nuevos contactos empresariales. Esto ya se hacía, viven de ello, pero esta parte menos dinámica se le ahorraba al público. Eso sí, recordad que nos reiteramos en que esto es en el computo global. Hay mucha gente que le parece interesantísimo escuchar a los desarrolladores, pero no es la norma.
Fechas, fechas y más fechas…
Es algo exasperante. Previamente, la semana del E3 era dura para la prensa, mucho que cubrir en un solo día… Pero sabías que iba a ser algo relevante y de impacto, además de saber todo pasaría en siete días. Tenemos una decena de conferencias insulsas que estamos obligados a presenciar porque nuestro trabajo es hacernos eco de las noticias. Así que ,por nuestra parte, nos toca tener que quedarnos en casa para ver por tercera vez el mismo World Premiere y, lógicamente, aparcar otro tipo de planes personales. También somos personas, queremos disfrutar del verano y ya tenemos suficiente trabajo. Por ello, esparcir los posibles anuncios relevantes… Está siendo un gran dolor de cabeza para la prensa.

Por no hablar del lío de horarios. Cada noticia errónea, días que se aplazan, adelantos, atrasos… Ha sido casi imposible acudir a todas sin fallar a alguna y es que este lío de: «hoy dos, mañana ninguna, pasado tampoco, pero el miércoles tocan tres, luego el jueves no, pero el viernes…». Un auténtico rompecabezas que afecta a nuestro trabajo y hace que el público se canse de esta inestabilidad tan dispar.
A su vez, es complicado porque no está clara la temática de las conferencias per se. La Summer Of Gaming – IGN Expo Debut nos brindó una serie de tráileres de manera un poco lenta, pero ofreció contenido nuevo. Sin embargo, el Summer of Gaming – IGN Expo #2 era una serie de periodistas aportando su opinión acerca de la conferencia de Sony y la presentación de PlayStation 5. De hecho, ni siquiera sabes lo que van a mostrar y ello hace más complicado estar al tanto de todo.
Esto ha sido puntual, el año que viene el E3…
No volverá. O no debería. Todo este caos ha surgido por la inmediatez de la respuesta ante el estado de alarma, pero el E3 ya llevaba arrastrando problemas los últimos años. Las desarrolladoras no paraban de exigir un mayor espacio físico para la feria de Los Ángeles y la ESA, la asociación encargada de realizar el E3, no hacía caso a las demandas. Las diferencias con Sony son uno de los motivos por los que se especula del abandono de los japoneses en el E3 del año pasado y éste mismo.

Todo esto nos quiere decir que el E3 ya estaba herido de muerte y la pandemia solo ha acelerado su muerte/evolución. El problema ha sido que esa necesidad de preparar todo de manera tan anticipada ha sido desastroso. El E3 no va a volver, o al menos no va a volver a ser lo que era, eso está claro, pero no puede quedarse como está ahora. Si el E3 vuelve o el Summer Game Fest regresa el año que viene, deberán hacer evaluación de su evento y buscar mejoras significativas.
No creo ser el único que no está disfrutando igual que los años pasados en esta época de lanzamientos y nuevas promesas. ¡Y más aun teniendo en cuenta la importancia que tenía este año siendo el debut de las consolas de nueva generación! Una auténtica pena que justo haya tenido que verse afectado un año tan señalado en el medio.
Estábamos tan obsesionados con tener lo que fuera para no quedarnos sin E3 éste año, que por desgracia, hemos antepuesto cantidad a calidad.