Muchos aún estaréis con la resaca de la tercera temporada de El cuento de la criada, ¿os habéis quedado con ganas de más? ¿Qué pensaríais si os dijera que podéis vivir la experiencia en vuestra propia piel?
Not Only Larp
Una asociación española llamada Not Only Larp ha sido la responsble de hacer realidad Gilead. Dicha asociación se dedica a organizar diferentes experiencias inmersivas basadas en novelas, series, etc.
Ver la serie cuando has estado dentro es muy raro. No es lo mismo ver una situación que tener el recuerdo de haber participado en ella.
Así habla para el medio El Confidencial una de las fundadoras y responsable de proyectos de Not Only Larp, Esperanza Montero. El objetivo de esta experiencia es convertir a mujeres reales en tías y criadas y revivir la violencia de Gilead durante una estancia de dos días en el denominado Centro Rojo. Con esta inmersión, buscan reflexionar sobre la desigualdad y lo que sucedería si las vivencias de la protagonista, June, fuesen reales.
Este tipo de actividades son conocidas como rol en vivo o ‘larp’, en inglés. Se trata de un juego de rol inmersivo que se vive en tiempo real y en el que los jugadores representan escenas interpretando a personajes del mundo ficticio que tratan de recrear.
El Centro Rojo
El pasado noviembre, diferentes participantes provenientes de Canadá, Estados Unidos, Ucrania, Grecia y España se trasladaron a Ávila para ser reclutadas en el recreado Centro Rojo. Allí comenzó su aventura como personajes del régimen totalitario de Gilead que todos conocemos de El cuento de la criada. Esperanza Montero lo describe así:
Jugamos una partida con sólo mujeres y para la organización fue muy impresionante. Además de que era una historia que solamente podíamos entender nosotras. Sólo había un jugador masculino para una escena concreta, muy corta, y ni siquiera era un hombre que perteneciese al régimen. Queríamos que fuera una historia organizada por mujeres y para mujeres.
El Centro Rojo es un centro de entreamiento dirigido por las tías donde convierten a las cautivas en las perfectas criadas.
Muchas de las clases las daban las propias jugadoras que hacían de Tías. Había una que era psicóloga e hizo unos tests a las criadas; incluso llegamos a reclutar a un amigo que hace radio para que hiciera el programa en el que se escuchaba, todos los días, lo que estaba pasando con la Resistencia y las personas ajenas al régimen.
Finalmente, la experiencia termina cuando las mujeres son asignadas a un comandante. La vuelta a la realidad no es un proceso fácil.
Solemos hacerles escribir sobre ello para que haya un proceso de distanciamiento de lo que han vivido, porque aunque ha sido una ficción, las emociones son reales.
¿Te atreverías a vivir tu propia historia en El cuento de la criada?