El pasado 31 de marzo, tras retrasos y un escenario complicado para estrenar cualquier película en cines, por fin llegó en España Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna, película anime al que hoy le dedicamos una reseña. Se trata de una título muy esperado que marca el final de una era: el adiós de Tai y Agumon, como una suerte de epílogo para los protagonistas de la primera temporada.
Antes de empezar, y sintiéndolo mucho, en esta entrada trataremos algunos temas que muchas personas podrían considerar spoilers. Para no destriparos nada, os animamos a ir a vuestro cine más cercano para ver la película y, después, leer el texto. En caso de no ser muy reticentes, podéis seguir leyendo… ¡ojalá eso os anime a darle una oportunidad! Vamos a comenzar con la reseña de Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna, pero antes, os dejamos con la sinopsis oficial y el tráiler ofrecidos por Selecta Visión:
Diez años después de su primer encuentro con Agumon, Tai descubre que cuando un niño elegido alcanza la edad adulta, su digimon deja de existir…
Han pasado 10 años desde que Tai y Agumon se conocieron y comenzaron su aventura en el mundo digital. Tai se ha convertido en universitario mientras que Matt y los otros han seguido sus propios caminos en la vida. Pero una serie de incidentes alrededor del mundo hace que los niños elegidos se reúnan de nuevo para combatir al causante: Eosmon. Durante la batalla, algo sale mal con las evoluciones de Agumon y los otros digimon y sale a la luz una impactante verdad… Cuando un niño elegido se convierte en adulto, su digimon deja de existir. Si no lucha, Tai perderá a sus amigos, pero si lo hace tendrá que despedirse de un compañero que pensaba que estaría siempre a su lado. ¿Cuál será la respuesta del vínculo entre Tai y Agumon ante este destino inevitable?
Reseña anime: Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna
Es muy probable que en la infancia de muchas personas esté presente una serie mítica como lo fue Digimon Adventure. Este clásico de Toei Animation aterrizó en las pantallas japonesas en 1999 y fue un auténtico boom que ha resonado hasta nuestros días: películas, OVA, secuelas, e incluso un reboot (Digimon Adventure: (2020)) que actualmente se emite en Crunchyroll. Ante una franquicia tan extensa e incluso un poco sobreexplotada, ¿tiene acaso Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna interés real? La respuesta corta es sí. No obstante, vamos a desgranarlo.
El filme, como ya pudimos ver en la sinopsis, transcurre 10 años después de la primera serie. Volvemos a encontrarnos con los famosos niños elegidos y sus digimon: Tai, Agumon, Matt, Gabumon, Kari, Gatomon… Sin embargo, algo ha cambiado en los niños: ahora son adultos; unos con la vida amueblada y otros aún en búsqueda de ella. Un extraño suceso reúne al grupo —a todos no, por desgracia— para combatir a un digimon conocido como Eosmon. Además, aparece un nuevo personaje, Menoa Bellucci, que será clave para el conflicto central de la película y cuyo desarrollo no acaba de funcionar del todo.
Los personajes de siempre… ¿o no?
Si algo caracteriza esta nueva entrega es que tanto los personajes humanos —los digimon son prácticamente idénticos— como los dilemas que se plantean son diferentes, más acordes a sus personajes y también al público que creció con ellos. Quizás el problema principal planteado es un miedo muy común: crecer. La adultez es una etapa complicadísima, incluso más a veces que la propia adolescencia, donde debes enfrentarte solo a situaciones complejas, desconocidas y que pueden ser fundamentales de cara al resto de tu vida.
Pese a todo, estos cambios no desdibujan el carisma del reparto, que vuelve a la carga con una fuerza arrolladora y devolviéndonos a tiempos mejores. Este efecto, además, viene sostenido por un excelente doblaje, en el que las voces de la serie clásica vuelven a retomar sus respectivos papeles. Una decisión acertadísima, muy nostálgica y acorde al espíritu de la cinta. Es inevitable no reconocer a la gran mayoría, por su optimismo, su pasión o su compañerismo, aunque hay una excepción sangrante: Sora.
Sora es, con diferencia, quien sufre un cambio más drástico en su personalidad; cambio que, por desgracia, resulta relativamente común en ficciones japonesas similares. ¿Recordáis esa Sora rebelde, con iniciativa y amigable? Pues olvidadla, porque ahora se dedica a lo que quería su madre y es incapaz de ayudar a sus amigos y pelear. Así de duro, pero es verdad. Responde, por intentar buscarle una explicación, a una necesidad de la sociedad japonesa por convertir a un personaje femenino diferente en su niñez en lo que ellos consideran una perfecta mujer adulta: alguien obediente, sumiso, alejado de la acción. Por ello, Sora apenas tiene presencia en el metraje, aunque sí hay que mencionar que protagoniza un cortometraje que se lanzó previo al largometraje: To Sora. En él, Sora está preocupada por un trabajo floral que expondrá en una exposición y… ya está. Una lástima.
La nostalgia, un arma de doble filo
Como ya señalábamos líneas atrás, Last Evolution Kizuna destaca por su lado más nostálgico. Algunos bien integrados, como el notable apartado musical, y otros… no tanto, como el uso de las cabinas telefónicas —además estas tienen un uso real en la película. ¿Pero acaso eso tiene sentido a día de hoy?—. La película funciona como una suerte de actualización de la franquicia, con los elementos habituales de Digimon, pero con ligeros matices y un fondo más dramático.
Ciertamente, la historia es bastante sencilla y no guarda muchos misterios: hay una amenaza a la que debemos combatir y debemos unirnos para derrotarla. La diferencia es que, en este caso, la acción desencadena tristes consecuencias. La adultez supone la separación entre los «niños» y los digimon, pues aquello que les une, la inocencia y pureza de la juventud, va desapareciendo. El proceso, además, se acelera cuando se usan los poderes digitales, lo que incrementa el dramatismo detrás de cada combate con el nuevo enemigo.
¿Funcionaría esta historia si no fuese la despedida del Digimon clásico? Es difícil dar con una respuesta. En general, Last Evolution Kizuna no es una obra memorable por lo que cuenta, sino más bien por lo que representa. Su valentía reside en exponer a los protagonistas a un entorno hostil, complicado y con un desenlace muy triste. La vida no es fácil, ni en el mundo real ni en el digital. Esta máxima es fundamental en Digimon, ya que adquiere un calado emocional alejado de otros títulos similares más dulcificados.
Una digna producción de Toei
Por último, cabe destacar el trabajo de animación y producción por parte de Toei Animation. El célebre estudio, tras décadas en activo, ha sufrido períodos muy irregulares, pero en el caso de Last Evolution Kizuna el resultado es más que notable. Los diseños están bien adaptados, al igual que el color, que además emplea tonos más crepusculares, que refuerzan el carácter de despedida presente en todo el filme. Incluso el CGI, siempre objeto de debate allá por donde pasa, no resulta forzado ni se ve mal integrado en el conjunto.
Algo que sí podría considerarse criticable es la acción. Si bien no es mala, algunos combates no presentan el carácter épico que parecían querer transmitir. La producción animada parece funcionar mejor en los momentos tranquilos, más pausados, y en la acción queda un poco desdibujada. El enfrentamiento climático, quizás por una falta de desarrollo, no consigue la intensidad requerida, pese al esfuerzo mostrado. La verdadera magia ocurre, una vez más, tras la tormenta. El peligro ya ha pasado, pero queda afrontar lo más difícil: la despedida del compañero.
En conclusión…
Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna, pese a sus carencias, es una preciosa carta de despedida para la primera generación de Digimon. Salvo ciertas reticencias personales, considero que este título posee una magia especial, orientada para los fans, pero también muy disfrutable para cualquiera espectador que, alguna vez, haya sentido miedo a crecer y a la pérdida de un ser querido.