
Episodio 8: Sakura, el reloj y el escondite
Como cada semana, Selecta Visión nos trae a España un nuevo episodio de Cardcaptor Sakura: Clear Card a través de su canal de YouTube. En esta ocasión, os traemos el análisis del episodio 8, titulado Sakura, el reloj y el escondite. La reseña, para variar, contendrá destripes de la historia —más conocidos como spoilers—. Si aún no habéis visto el episodio podéis hacerlo aquí. ¡Vamos allá!
¿Lo mismo otra vez?
Tal y como augura su título, este episodio 8 es un déjà vu. Volvemos a los misterios que la serie nos mostró anteriormente; y si en el episodio anterior el conflicto con la carta era un mero pillapilla, en este nos encontramos un escondite. De hecho, la carta no supone ningún peligro y Sakura es capaz de atraparla sin pestañear. Muestra, sin duda, de que esta serie no pretende explorar la acción pura y dura, sino más bien el viaje de sus protagonistas.
Es posible que, durante su visionado, uno piense que se encuentra ante un episodio más. Como suele decirse entre el fandom: relleno. En general, se trata de un episodio tranquilo, cotidiano y con un esquema ciertamente definido: paz, conflicto, paz, conflicto, paz, misterio final para enganchar. Sin embargo, en este caso, el interés argumental recae en la figura de Akiho. Tomoyo y Sakura van a casa de la mencionada Akiho —recordemos que vive donde, anteriormente, vivía Eriol—. Pero no solo eso: como ya nos viene acostumbrando la serie, esta esconde más de lo que parece. Es decir, que lo aparentemente simple cobra un sentido cada vez más complejo.
Evolución en los personajes
Para empezar, cabe mencionar la relación de Sakura y Syaoran. Desde hace pocos episodios parece que la magia y la inocencia romántica ha vuelto. Sakura se esfuerza por pasar tiempo con Syaoran y este intenta ayudarla todo lo que puede. Aunque, por otro lado, sigue ocultando algo. Y prueba de ello es la escena final, donde le vemos pensativo… como intentando descifrar qué está ocurriendo. Justo después de haber visto, segundos antes, a Eriol diciendo «aún no es el momento».
Yuna y Akiho
Pero volvamos al centro del episodio: Akiho. Nuestras protagonistas, al fin, conocen un poco más de su nueva compañera de clase. Además, se nos introduce Yuna D. Kaito, mayordomo y cuidador de Akiho. Su presentación es ciertamente superficial, pero auguro un papel interesante para Yuna en el futuro. Análogamente, Akiho, poco a poco, se va abriendo más al espectador. Su interacción con Yuna da que pensar sobre algunas cuestiones, como, por ejemplo, ¿qué relación tiene con él realmente? En un momento concreto, Yuna dice que cocina y hace las tareas del hogar porque es su trabajo, y Akiho agacha la cabeza con aire melancólico. ¿Querrá esto decir que se siente culpable por su situación? ¿Por ser una inútil?
Podemos concluir en que la inclusión de Akiho a la historia está siendo de momento, un elemento positivo. Por varios motivos: el primero es que, aunque está claro que ella y la figura del sueño tienen relación, la serie no pretende vendernos constantemente que es alguien misterioso ni de quien tengamos que temer. Vemos una chica normal, con sus temores, sus gustos… Naturalidad. Cuando, por ejemplo, en la serie clásica llegó Eriol, nos dio mala espina desde el principio, y la revelación sobre su identidad no supuso, prácticamente, ningún impacto emocional.
Libros y relojes misteriosos
Además, en este episodio, junto a su relación con Yuna, Akiho muestra a Sakura y Tomoyo su pasión por los libros —con una libreria al estilo La bella y la bestia de Disney— y, en concreto, su libro favorito. Un libro con, qué casualidad, relojes idénticos a los que Sakura ve en sus sueños. Y no solo eso. Mientras merendaban, también vimos que Yuna posee un reloj con un diseño bastante parecido al del libro y al de Sakura. Y coincidencia no es, claro está. Para más inri, el ya mencionado libro está en un idioma desconocido —de verdad— y, según parece, es una especie de versión de Alicia en el país de las maravillas…
Animación
Tengo que decir, en este punto, que, visualmente, me ha parecido un episodio un poco flojo. Pero no porque lo haya sido realmente, sino porque la serie ha estado a un nivel sobresaliente, y los mínimos bajones se hacen más evidentes. Algunos movimientos no eran del todo orgánicos y ciertos diseños —de personajes, vestuario— no han sido lo adecuados que podrían haber sido. Aun así, la serie nos ha ofrecido un episodio, una vez más, más que notable, con gran colorido, buenos fondos y efectos. Y, por cierto, de forma más estable que la serie clásica. ¡Que no nos ciegue la nostalgia!
En conclusión…
Nos encontramos ante un episodio, en líneas generales, de transición. Una aventura relajada, con matices interesantes y que sienta las bases para que, finalmente, la serie despegue. No hay que pecar de impaciencia, cierto es, pero aquí un servidor desea y espera que esta secuela deje a un lado la nostalgia y sea capaz de aportar momentos verdaderamente memorables. Claramente la serie tiene las herramientas, y deseo que sepa aprovecharlas.