Análisis Wild Hearts: ¿La alternativa caza-monstruos que estábamos esperando?

¡Os traemos nuestro análisis de WIld Hearts, una todavía muy reciente alternativa al mundo de los caza-monstruos!

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Cazar Monstruos gigantescos es algo que siempre ha llamado la atención en el mundo de los videojuegos. Hemos visto sagas como la de Monster Hunter, que lanzan un juego tras otro con apenas cambios o mejoras en el apartado jugable, y que sin un claro competidor, no se ven en la necesidad de cambiar demasiado su planteamiento. También es cierto que cuando algo funciona, lo mejor es no tocar nada, pero con el paso de los años, puede empezar a ser repetitivo y cansante. Esto y mucho veremos en nuestro análisis de Wild Hearts.

A fin de cuentas, este juego se colocaba para muchos como la gran alternativa a la saga de Capcom, con unos gráficos acordes al momento y con una idea muy similar, al menos en apariencia. Por ello, os traemos este análisis de Wild Hearts en su versión de Xbox Series S, así que, prepara tus armas, cargarte de hebras y vámonos de caza… los Kemonos nos esperan.

Para aquellos que conozcan Monster Hunter, muchas de las cosas que comentaremos hoy les serán muy familiares, y es que Wild Hearts no se esconde a la hora de adoptar gran parte de su estilo de juego. La historia de Wild Hearts nos cuenta las aventuras de un cazador de Azuma, una región inspirada en el Japón Feudal, esta región está siendo atacada por unas bestias enormes llamados Kemonos, y el objetivo de los cazadores es el de cazarlos.

Los kemonos, modifican el ambiente en su beneficio, algo que acaba por chocar con las gentes de Azuma, por lo que Natsume, la herrera de Minato, una aldea cercana, nos pide nuestra ayuda. Como veis, la premisa de Wild Hearts no es nada que nos rompa la cabeza, pero es lo suficiente como para montar todo el juego en torno a ella.

Análisis Wild Hearts: una historia simple pero efectiva

Análisis Wild Hearts

Además, a esta historia “típica” de cazadores, debemos sumarle los karakuris, una especie de estructuras de madera que podremos invocar en cualquier parte del escenario y que nos ofrecen la oportunidad de efectuar movimientos especiales, así como crear estructuras más avanzadas para atacar o defendernos de los Kemonos. 

Así pues, acabaremos convirtiéndonos en el cazador oficial de Minato para hacer frente a los Kemono en una lucha por la supervivencia de la aldea, mientras descubrimos que se esconde detrás del poder de los karakuri y por qué nos han elegido a nosotros para esta aventura.

Análisis Wild Hearts

Con esta premisa haremos frente a una veintena de Kemonos diferentes a lo largo de unas 40 horas de juego, que se alargan tras completar la aventura en un “endgame” con Kemonos más poderosos. Un planteamiento prácticamente idéntico al que hemos visto en los Monster Hunter, donde veremos a nuestro cazador, mejorar su equipamiento y sus armas según vamos eliminando bestias.

De este modo, Wild Hearts se planta como un “hermano lejano” de Monster Hunter, y digo lejano porque se parecen mucho, pero una vez nos ponemos a los mandos, descubrimos que Wild Hearts y Monster Hunter, al final no son lo mismo. Y es que más allá del planteamiento de una historia similar, el gameplay de uno y otro son muy distintos.

Una jugabilidad muy diferente

Análisis Wild Hearts

Cuando estamos en la aldea o explorando el mundo, las diferencias a simple vista entre Wild Hearts y otros juegos de su género es prácticamente nula. Explorar los escenarios en busca de recursos tiene el mismo efecto visto en otros títulos, con un movimiento fluido por el entorno y gran cantidad de zonas por explorar. La exploración es una parte importante, ya que estos materiales serán utilizados para mejorar nuestro equipamiento.

Los cambios llegan cuando entran en juego los karakuri. Estas estructuras pueden ser invocadas en cualquier momento siempre y cuando dispongamos de hebras. Los karakuri tienen todo tipo de usos, pudiendo desde crear mejoras en los campamentos a crear cajas y resortes que nos ayuden a llegar a zonas fuera de nuestro alcance. Sí, podremos construir y apilar cajas unas sobre otras al más puro estilo Fortnite para llegar a zonas más altas.

Análisis Wild Hearts

Pero no os quedéis con esa frase, los karakuri tienen muchas más opciones de las que a simple vista puede parecer, ya que al formar determinadas construcciones podremos crear estructuras más complejas, como paredes donde protegernos de los ataques más potentes de los Kemonos. Además, tendremos karakuris especiales que nos permitirán crear tirolinas para desplazarnos más rápido y alcanzar zonas lejanas, torres de exploración para localizar kemonos o fabricar mejoras en nuestro campamento.

En cuanto a las armas disponibles, tendremos katanas, nodachis, arcos, mazos… y un paraguas. Pero no serán las únicas que tendremos a nuestra disposición, a lo largo de la aventura podremos desbloquear más armas además de poder mejorar las que ya tengamos con los típicos cambios que cabe esperar, como aumentos de daño, habilidades pasivas o resistencias a diferentes elementos. Todo es muy clásico en este aspecto, aunque sí que se ha simplificado bastante, algo que muchos podrían ver como algo negativo.

Bestias enormes y armas de todo tipo

Sobre las peleas, lo primero que hay que tener en cuenta es que son enormes, algo que en batalla se hace notar. Cualquier golpe, por alejado que esté el Kemono, puede impactarnos, por lo que el uso de los karakuris es obligatorio para salir victoriosos. Las batallas son frenéticas, no paran de moverse y son muy agresivos. Deberemos estar constantemente invocando karakuris para esquivar y poder saltar sobre ellos y efectuar el mayor daño posible.

La verdad es que esta mecánica me generaba muchas dudas antes de probarlo. Pero puedo decir que la idea es buena, puede dar mucho juego, pero la realidad es que, una vez se pone en funcionamiento, el más mínimo error de movimiento desemboca en un golpe recibido, salir despedidos hacia donde no queremos o directamente acabamos invocando 2 cajas por error.

Análisis Wild Hearts

Por su parte, las armas ofrecen combos que podremos efectuar de forma bastante sencilla. Junto con los karakuris, nos brindan la oportunidad de enfrentarnos a los Kemono de muchas formas distintas. Aquí es donde volvemos a comparar inevitablemente a Wild Hearts con Monster Hunter, y es que la cantidad de armas y combos disponibles aquí es infinitamente inferior. Hay quien puede decir que esta comparación es injusta, pero cuando vienes a competir con los más grandes, debes estar al nivel de los más grandes.

Eso sí, mientras estamos peleando contra ellos si da la sensación de luchar contra una bestia enorme que puede, y lo hace, aplastarnos de un golpe y acabar con nuestra pequeña aventura de cazador. Aunque no es que vayamos a morir muchas veces, y la posibilidad de solicitar refuerzos y unir fuerzas con hasta otros 2 jugadores más, así como los Tsukomos, unos pequeños seres que nos ayudarán, te dan el suficiente poder como para hacer frente a cualquier peligro.

Análisis de Wild Hearts: la exploración es muy satisfactoria

Uno de los puntos fuertes de Wild Hearts es la exploración. Pasearse por los entornos creados por Omega Force y Koei Tecmo, es un placer, el movimiento es fluido y nuestro personaje se mueve con soltura. El diseño de niveles está muy bien conseguido, dotando de mucha verticalidad al entorno, algo que favorece a los karakuris y que podemos usar en nuestro favor en algunas batallas. Hay una buena cantidad de recursos y materiales para recoger, y el mundo se siente vivo y con sentido en lo que vemos. 

Además, la ambientación feudal, le da ese toque final que hace que los escenarios simplemente sean maravillosos. Todo esto sumado a los animales que nos iremos encontrando por el mapeado, y los Tsukomos escondidos por el mapa, hace que en este aspecto, dar vueltas por Azuma sea muy entretenido y gratificante, aunque no es oro todo lo que reluce.

Un apartado gráfico y técnico mejorable

Análisis Wild Hearts

Si bien he comentado que la exploración es un punto fuerte, hay que tener en cuenta que un buen diseño de niveles debe estar acompañado de un aspecto gráfico potente, algo que, al menos en la versión de Xbox Series S, no podemos decir que exista. Si bien los paisajes son preciosos, la calidad que encontramos en su acabado gráfico dista mucho de ser perfecta. Hemos encontrado que muchos elementos en pantalla se sienten faltos de definición, bajos de resolución y, para colmo, sufre bastantes caídas de fotogramas en muchos puntos del juego.

Es una verdadera lástima puesto que el resto de elementos en este aspecto apuntan a un gran trabajo, pero que acaba desvirtuado por este punto. Del mismo modo, el diseño de los kemonos es espectacular, viendo como cada Kemono es muy diferente al anterior, basándose en animales muy reconocibles por todos como pueden ser jabalíes, lobos o ratas gigantes.

Un sonido que sí está a la altura

En cuanto al sonido que acompaña a Wild Hearts, estamos posiblemente ante uno de los puntos que si está a la altura de lo que esperábamos de un juego de este estilo en los tiempos que corren. Con un doblaje completo al castellano, en este punto si mira a la cara de tú a tú a Monster Hunter, que junto a unas melodías muy bien conseguidas, consiguen que todo lo que vemos en pantalla sea más potente. Así que, en este punto, Monster Hunter bien podría “copiar” a Wild Hearts y traer los juegos completamente doblados.

Análisis de Wild Hearts: conclusiones

Análisis Wild Hearts

Wild Hearts es un buen juego de caza de monstruos, y si bien no llega al nivel de juegos como Monster Hunter, ofrece una buena cantidad de horas y de Kemonos para eliminar. Con un plantel de armas algo escaso y una calidad gráfica y técnica mejorables, no llega a plantar cara a su competidor más directo, pero como inicio de algo mucho más grande sí que tiene elementos que puedan llevar la saga a algo mucho más potente en el futuro, pero de momento, aún hay mucho camino por andar. ¡Y hasta aquí nuestro análisis de Wild Hearts!

  • La fluidez de movimiento por los escenarios y el diseño de los mapas.
  • La ambientación está muy bien conseguida; te deja muy claro que es una suerte de Japón feudal.
  • El diseño de los Kemonos mola mucho. Están muy guapos.
  • La versión de Xbox Series S deja mucho que desear en términos de calidad gráfica y rendimiento.

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