Análisis de ‘Summer in Mara’

Analizamos 'Summer in Mara', un juego de aventuras con mecánicas de simulador de granja muy interesante

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¡Hola, muy buenas amantes de los videojuegos! Regresamos, una vez más, con un nuevo análisis. En esta ocasión os hablaré de Summer in Mara, uno de los lanzamientos más esperados —en mi caso— de 2020. Para quien no lo sepa, ha sido desarrollado por Chibig, un estudio de origen español. Tras romper algún que otro récord en su exitosa fase kickstarter, y no sin antes reclamar una cota de mercado para nada desdeñable con su hermosa puesta en escena, se confirmó que no solo llegaría a PC, sino también a PlayStation 4, Xbox y Switch. Dicho esto, y antes de comenzar, me gustaría recordaros que tenéis disponible una entrevista con Diego Freire, miembro del equipo, en nuestra web. Ahora sí, comencemos.

Summer in Mara

Análisis de Summer in Mara
Análisis de Summer in Mara

Summer in Mara, de buenas a primeras, se presenta como un juego con la capacidad de sorprender a propios y extraños por su particular visión. De hecho, uno podría esbozar una sonrisa al considera al proyecto de Chibig como una carta de amor al farming simulator. Como muchos de vosotros ya sabréis, hablamos de un género que aboga por el paroxismo y el inmovilismo. No obstante, esta idea es prontamente destinada al olvido cuando uno descubre que, en realidad, Summer in Mara es un juego de aventuras y exploración. Como curiosidad, se inspira en franquicias tales como The Legend of Zelda.

Curioso, ¿verdad? Eso pensé yo. El concepto, en su origen, resultaba confuso y chocante. A fin de cuentas, la idea de cualquier simulador de granja es la de procrastinar cualquier otra tarea que no sea la de cuidar tu granja o hablar con tus vecinos. A decir verdad, he ahí uno de sus mayores encantos, pero… ¿Qué pasa cuando destrozar los cimientos y construyes y tomas un poco de aquí y de allá? Pues que terminas con una joyita del calibre de Summer in Mara, una verdadera maravilla para los amantes de los juegos pensados para estar, como dirían los jóvenes de hoy en día, de chilling.

Pero, tal y como diría nuestro no tan querido Jack el Destripador, vayamos por partes. Para empezar, la historia. Lejos de lo que cabría esperar, Summer in Mara hace de su trama algo fundamental, aunque no termina de arrancar. La premisa es, cuando menos, interesante, pero no deja de verse constreñida por las cualidades inherentes de los géneros que intenta aunar. Aun con todo, el trabajo del estudio es muy decente, ya que han logrado trazar un escrito lo suficientemente interesante como para llamar la atención de cuasi cualquier jugador que se denomine, a sí mismo, como amante de los simuladores de vida.

Conozcamos a Koa

Análisis de Summer in Mara

Koa, nuestra protagonista, es una niña de 11 años que vive con Yaya Haku. Ya, de buenas a primeras, el mismo diseño de la jovencita, de su abuela o de la propia isla —en conjunción a las animaciones de las cuales somos testigos—, nos recuerdan, de forma inevitable, a Studio Ghibli, de quienes los mismos desarrolladores se han considerado fans. Volviendo al tema que nos acontece, Koa es una niña como cualquier otra a su edad: inocente, curiosa y atrevida. No solo eso, sino que es muy responsable con su entorno, pues en todo momento no solo se muestra agradecida con la naturaleza, sino que intenta devolver algo equitativo a lo que recibe.

Todo esto lo descubriremos al son de un escueto tutorial, muy bien planteado —todo sea dicho—, en el cual aprenderemos a cultivar, recolectar materiales, etc. Lo más curioso de todo es que el estudio ha demostrado poseer una gran implicación sobre el medio ambiente, pues en todos y cada uno de nuestros actos seremos conscientes del ciclo de la vida. Así pues, y con todo eso en mente, aprenderemos a cuidar de nuestro huerto al tiempo en que plantamos semillas u árboles, pescamos, picamos minerales… Todo, siempre, de forma muy orgánica. Bueno, no tanto en los saltos —demasiado grandes y erráticos, al menos en su animación— y los sprints —la velocidad de desplazamiento del personaje respecto al entorno es algo rara—.

Sea como fuere, terminaremos completando el tutorial. No tendremos tiempo de aburrirnos, ya que el ritmo es más que adecuado. Al final, para nuestra sorpresa, presenciaremos una estupenda cinemática (enamorado me encuentro) a modo de time skip donde el preciosismo de la isla se ve sustituido por cierto grado de destrucción y dejadez tras la visita de lo que parece ser un barco pirata… Mara, mundo en el que vivimos, no es todo felicidad.

De isla en isla y tiro porque me toca

Análisis de Summer in Mara
Análisis de Summer in Mara

Será a partir de este momento que nos sumergiremos, de lleno, en el mundo de Mara. A partir de este momento, tras una serie de misiones, podremos usar nuestro barco para viajar. Lo curioso es que dicho concepto es muy contrario al farming simulator, pero en Summer in Mara está perfectamente acoplado no solo para que sea natural, sino para que lo disfrutemos de verdad. Cómo no, en dichos viajes descubriremos de todo: nuevas islas, personajes, material de construcción o cultivo… Inclusive, durante nuestras aventuras en alta mar, llegaremos a tener la posibilidad de encontrar tesoros hundidos.

Como consecuencia, el juego gana profundidad narrativa, pero sacrifica la misma cantidad de esta en lo referente a la construcción, farmeo y desarrollo. El título incorpora una para nada desdeñable cantidad de variables y opciones, pero palidece en la comparativa directa con juegos similares. A su favor, la riqueza de su universo. No por nada, cada isla tiene personalidad propia. Por su parte, los NPC y/o personajes secundarios están cargados de vida. Los hay más y menos interesantes, pero todos comparten algo en común: son únicos. Tienen sus propios sueños y problemas. Summer in Mara rezuma vida.

Al mismo tiempo, será muy divertido investigar todas y cada una de las islas disponibles. Además, será importante, pues nos dotará de más opciones a la hora de mejorar nuestra granja. Como detalle, Chibig ha tenido el detalle de hacernos saber cuando completamos una isla al 100 % (en lo que a tareas y misiones se refiere) con un indicador en forma de estrella. Empero, ¿sabéis lo que más me ha gustado? La gran capacidad de mezclar ternura e inocencia con crítica y reflexión. El juego aborda temas complicados, muy ligados al capitalismo y el egoísmo, de forma magistral. Otra cosa no, pero da toda una lección de humanidad al jugador.

Koa, tú a tu ritmo

Análisis de Summer in Mara
Análisis de Summer in Mara

Siendo sincero, me ha encantado el sistema, aunque no puedo evitar pensar que termina siendo algo pesado. Al final, coge una de las peores características del sandbox sin llegar a ser uno: el estigma de recadero. De una forma u otra, Koa será casi como una esclava del entorno; el mundo parece no funcionar si no es a través de la guía de nuestra alegre protagonista. El juego puede llegar a ser demasiado repetitivo a la hora de hacer misiones y viajar, pues en más de una ocasión tendremos que repetir el mismo trayecto una, dos y hasta tres veces… O más. ¿Es aburrido? Tampoco lo diría así.

Empero, y en ese sentido, viajar se puede volver tedioso, mas nos permite disfrutar de un diseño artístico impresionante. Si bien la influencia de Ghibli es innegable, el estudio ha sabido encontrar su propio enfoque. El juego no es solo muy personal, sino que trasmite un grado de intimismo y calidez pocas veces visto. Es precioso. Todo es hermoso, pero sabe destacar la desgracia o el dolor de manera apropiada. Aquello que desentona o no funciona está hecho de manera intencionada, lo cual genera contrastes interesantes. Al mismo tiempo, goza de buenas animaciones, salvo en el ya mencionado salto y/o sprint.

¿Qué más? ¿Qué más? ¡Ah, sí! Puedes, cómo no, comprar y vender toda clase de productos. Al final, y aunque la aventura termine robándose gran parte del protagonismo, sigue siendo un simulador de granja. Tendremos que cultivar todo tipo de productos y la variedad no está nada mal, aunque tampoco es nada del otro mundo. ¿Lo bueno? Que Chibig ha cumplido con lo prometido: es un juego para ir a tu ritmo. No existe castigo alguno si no consigues cierta cantidad de dinero en tanto tiempo. La idea no es esa. La idea es disfrutar del viaje y la experiencia. Sin presiones. Sin dramas. Solo relájate y disfruta.

Pinceladas de pasión e inocencia

Análisis de Summer in Mara
Análisis de Summer in Mara

No obstante, tendremos que tener en cuenta el paso del tiempo, pues a veces se siente demasiado… Rápido. Sí, esa es la palabra. Summer in Mara no te mete caña, pero te hace prestar cierta atención al reloj para cumplir ciertas misiones o visitar a las gentes del pueblo en función de su calendario interno. Siendo sincero, no me ha terminado de gustar la velocidad, pues rompe un poco con esa dinámica de relax que tanto me había gustado hasta ahora.

Para ir terminando, la banda sonora, aspecto del cual todavía no hecho mención alguna. Volviendo a retomar el apartado gráfico, nos encontramos con una obra relajada, inocente y muy simpática. El diseño de personajes, islas y escenarios es netamente mediterráneo, pero con grandes influencias de origen nipón. Con la soundtrack sucede de igual forma. No es que sea una locura, pero cumple a la perfección con su función. Además, tiene algún que otro tema instrumental que sí puede llegar a quedar para el recuerdo. Como siempre digo, depende del gusto personal de cada uno.

Conclusiones

Análisis de Summer in Mara
Análisis de Summer in Mara

Summer in Mara es un juego muy notable que ha visto reducido su potencial final por su origen independiente, aunque ha sabido demostrar con gran acierto que la industria española está cargada de talento. Tiene limitaciones técnicas importantes, tales como en los saltos, la acción de correr o la misma pesca, pero refleja un inmenso cariño. A nivel artístico es una verdadera maravilla, aunque es cierto que en Nintendo Switch no está del todo optimizado. No se ve mal, ni mucho menos, pero no tiene la definición suficiente. En PC, por ejemplo, luce mucho mejor.

Pierde la profundidad del simulador de granja y ahonda en el factor aventura perdiendo, en el proceso, el concepto de farmear como locos para así maximizar nuestros beneficios. En su favor, esto nos permite jugar de forma mucho más relajada. En su contra, no goza de la profundidad de otros integrantes del género. Más que malo o bueno, diría que es una decisión artística que puede acercar a otro tipo de jugadores. En lo personal, me ha gustado. Me ha permitido distanciarme de un estilo de juego al que ya estoy muy acostumbrado al tiempo en que disfrutaba de algo bastante diferente.

A su favor, cómo no, tenemos la innegable mejora narrativa en esa misma comparativa. La historia no es nada del otro mundo, pero es muy bonita y consecuente. Es un título con un carácter muy humano y muchas lecciones escondidas bajo su apasionante diseño. Summer in Mara es uno de esos proyectos que se disfruta con un café en la mano y una tarde de lluvia. Sin prisa. Relajados. A nuestro ritmo. No respira la ambición capitalista y/o constructora de otros juegos, pues se opone a ella de forma diametral. Summer in Mara nos enseña el valor de la naturaleza y el equilibrio. Ahora, si me disculpáis, me voy a dar un paseo en barco, que todavía no he tenido suficiente.

Análisis de Summer in Mara. Clave de juego cedida por Evolve PR y Chibig para Nintendo Switch a través de terminals.io.

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