
Toca analizar un juego que para nada es nuevo. Salió el año pasado, pero con la excusa de su nuevo DLC pude probarlo todo. Hoy toca hablar de Old World.
Análisis de Old World | Datos principales

¡Hola gente! Como os comentaba en la introducción, hoy toca analizar un juego que no es nuevo en el mercado, pero sí aquí en la web. Con la excusa de su último DLC, os traigo Old World, el videojuego de estrategia por turnos 4X desarrollado por Mohawk Games. Pese a que el juego fue lanzado en acceso anticipado en mayo de 2020 y oficialmente en julio de 2021, no ha sido hasta este 19 de mayo cuando lo tuvimos disponible en Steam.
Así pues, para los que seáis seguidores de las obras Civilization, aquí vais a encontrar un gran sustituto o complementario. De hecho, el jefe de producción fue Soren Johnson, jefe de desarrollo del Civilization IV. Podéis haceros con Old World junto a su DLC por 35,99€.
Sobre los escenarios

En esta ocasión, Old World nos lleva a la época antigua y a diferencia de los otros juegos de su género, no habrá un avance cronológico. Por tanto, los avances científicos siempre serán dentro del contexto de la antigüedad. Por ello, más que existir un modo historia al uso, el juego apuesta por un modo «escenario». Cada una de las facciones, en un principio, debería tener una campaña donde cada escenario narra un momento de la historia antigua. De momento, solo Cartago y Grecia (hablaré de ella con detalle más adelante) tienen este tipo de campaña.
El juego cuenta con siete facciones principales: Asiria, Babilonia, Cartago, Egipto, Grecia, Persia y Roma. Además, están las facciones «bárbaras» no jugables: escitas, daneses, galos, vándalos y númidas. Cada una de las facciones jugables tiene una serie de unidades y características únicas que condicionan la jugabilidad de la partida. De esta manera, podremos adoptar posturas más beligerantes con unas o culturales con otras. Así consigue mayor profundidad y permite abordar las partidas de diferentes maneras en función de con quién juguemos.
Además, a propósito de estos escenarios, insisto en que solo están disponibles dos campañas. Se basan en momentos históricos desde donde recrear una etapa o batalla importante. Para intentar recrear la partida con unas condiciones similares a las que fueron. Están muy bien y plantean serios retos de gestión y política.
DLC: Heroes of the Aegean

Como ya os anticipaba en la introducción, podéis comprar en Steam el pack conjunto del juego base con este DLC. Además de añadir los escenarios de la campaña griega a los que ya había de Cartago, incluye una nueva facción: los hititas. Con ellos llega Hattusili I que toma el arquetipo de juez para sus partidas. También hay nuevos eventos históricos que aparecen con la exploración y las unidades exclusivas hititas.
En general está bastante bien porque mejora algunas cuestiones de jugabilidad y amplía el contenido jugable. Supongo que habrá que esperar a ver más campañas, aunque no entiendo que las facciones de base no las tengan ya de inicio. No obstante, este modo de juego es bastante interesante y hace que Old World tenga algo que diferencia (para bien) al juego del resto del género: su jugabilidad. La tratamos a continuación.
La jugabilidad lo hace único

Cuando empecé a jugarlo, pensé que sería otro juego más de estrategia por turno de estilo 4X; más conociendo al desarrollador. Para mi sorpresa, Old World coge ideas de Crusader Kings. Por ejemplo, cuando queramos fundar una ciudad tendremos que escoger a una de las cuatro familias de nuestra facción. Cada una tendrá sus atributos que nos proporcionan ventajas, pero tendremos que tener mucho cuidado con mantener un equilibrio entre ellas. Si favorecemos más a unas que a otras, pueden rebelarse contra nosotros.
Con esto, unido a un sistema de eventos que aparecen a medida que avanzamos en la partida, no habrá nunca dos iguales. Con ello, tendremos que tomar decisiones que no siempre gustaran a todos. Por supuesto, sin descuidar las decisiones políticas más importantes, tales como la sucesión del trono o quiénes conforman la corte real. Particularmente, creo que es un añadido genial. Especialmente por lo mucho que puede cambiar de un momento a otro si una intriga palaciega tiene éxito y muere nuestro personaje haciendo que llegue uno nuevo con características totalmente distintas.
En cuanto a los combates, la enorme cantidad de aldeas bárbaras nos obliga a mantener continuamente la atención en las fronteras. Si bien es cierto que podemos mantener relaciones diplomáticas con ellos, siempre serán complejas (aunque útiles). Si entras en guerra con otra facción y tienes a algunas de las tribus a tu favor, pueden ayudarte si les es beneficioso.
Apartado técnico y artístico

El apartado técnico es algo más flojo, quizá el punto más mejorable de todo lo visto hasta ahora. Las animaciones son excesivamente básicas y estáticas, incluso si mueves lejos al explorador no hay animación, simplemente aparece en el punto. En combate la cosa no mejora, ataques simples sin mucha parafernalia. Creo que aquí es donde pierde cierta gracia la partida porque lo que gana en la diplomacia lo pierde en un mapa soso.
Además, la gráfica es muy limitada y el mapa, por mucho detalle geográfico que tenga no llega a tener ninguna. Sin embargo, el apartado artístico, fundamentalmente las láminas que ilustran a los personajes y eventos sí están muy bien. Imitan los trazos de un óleo sobre lienzo que particularmente encuentro bastante bonito.
Análisis de Old World | Conclusiones
En líneas generales es un juego divertido, el típico «come-horas» que no te cansa jugar. Es cierto que tiene serios puntos de mejora como el apartado técnico y las campañas pendientes. Por lo demás, Old World es bastante profundo en comparación con los compañeros de género (al menos los que conozco). Gracias en buena medida a todas las opciones de diplomacia y diálogo que han implementado.
Así pues, mi valoración general es positiva. Desde luego un buen título con el que disfrutar este verano.

Análisis de Old World. Clave de PC cedida por Hooded Horse.