¡Hola, muy buenas amantes de los videojuegos! Regresamos, una vez más, con un nuevo análisis. En esta ocasión hablaremos de Game Freak y Little Town Hero, su más reciente lanzamiento más allá de la archiconocida franquicia Pokémon. Y es que, aunque pueda parecer lo contrario, el estudio nipón disfruta de la producción de títulos propios, aunque siempre desde una perspectiva más humilde. Así pues, podría decirse que Little Town Hero podría definirse como un intento de hacerse destacar sin tener que recurrir al sempiterno sello de Pocket Monster. No es el único, claro está, pero sí uno de los más destacados. Como último detalle, se lanzó en Nintendo Switch en octubre de 2019, y también ha llegado a PlayStation 4, Xbox One y Microsoft Windows de forma más reciente.
De buenas a primeras, Little Town Hero se presenta como una historia de rol y aventuras para todos los públicos, aunque esta particularidad queda en un segundo plano ante la ausencia de traducción al español. Siendo sincero, creo que es algo netamente negativo. No por nada, Game Freak no es un estudio particularmente pequeño. La hegemonía en el mercado de los títulos de Pokémon, así como su éxito en tierras hispanoparlantes, es contraria a su traducción. Ahora bien, me remito a Game Freak, mas no soy verdaderamente consciente de si es una decisión del estudio o de la distribuidora. Sea como sea, mal. Muy mal.
Aquel su público objetivo principal —jugadores de todas las edades podrían disfrutarlo de igual forma, mas su target es inconfundible— se encontrará con un primer escollo bastante destacable. Aun si bien es cierto que las nuevas generaciones son cada vez más afines al lenguaje de Shakespeare, sigue siendo una historia con cierta complejidad. Emplean expresiones propias, bromas relativas al propio idioma, etc. Dicho esto, ¿qué podemos esperar sobre su narrativa, sus gráficos o su misma jugabilidad? Veámoslo.
Una historia de rol para todas las edades
Little Town Hero es un juego de rol y aventuras cuyo desarrollo e historia se centran en un pequeño pueblo ambientado en un mundo de fantasía. Lejos de lo que cabría esperar, la normalidad impera en todos y cada uno de los rincones del lugar al cual llamamos hogar. Los monstruos no tienden a ser un problema y, en cierto modo, la nota disonante en la rutina diaria de la aldea somos nosotros mismos. Sin preocupaciones ni problemas, todo parece destinado a sufrir un cambio de rumbo repentino a tenor de la aparición del villano de turno. Al final, serán nuestras inquietudes las que nos insten a hacer algo distinto. Por ejemplo, salir del pueblo, aunque esto es considerado una locura… ¿Quién, en su sano juicio, querría escapar de casa en busca de aventuras?
Todo parece indicar que seremos nosotros quienes tomemos la iniciativa para así embarcarnos en un viaje repleto de enemigos, tesoros y nuevos amigos, pero no. Sin venir demasiado a cuento, distintos tipos de monstruos comienzan a aparecer en el pueblo. ¿El motivo? Un verdadero misterio. Empero, no importa. Al menos no a nuestro protagonista. En mi caso, siendo sincero, sentí que la narrativa y el guion estaban muy forzados. La linealidad de la historia es correcta, así como el ritmo; carece del impacto necesario como para resultar llamativa. No exenta de pequeños giros interesantes, adolece de una trama demasiado plana y estereotípica.
Con todo, podría decirse que la historia es divertida a la par que simpática; es un título desenfadado y refrescante en cuanto a argumento se refiere. Carece de ambición, aunque resulta entretenido. Al mismo tiempo, los personajes tienen ese punto de personalidad que tanto nos gusta y es que, sin ser una locura, tienen ese algo que los hace único e inconfundibles. Asimismo, resulta inevitable no esbozar una tímida sonrisa al percatarse, más pronto que tarde, de la multitud de parodias de las que hace se hace eco. No por nada, Little Town Hero se desarrolla en clave de humor.
Cartoon, cartoon
Como consecuencia, tanto su banda sonora como su diseño se explican por sí solos. A grandes rasgos, podríamos definir a Little Town Hero como un juego de estilo cartoon en 3D de cámara trasera. La paleta de colores, como no podía ser de otra forma, está cargada de vida: abundan los colores cálidos tanto en el diseño del pueblo como en el de los personajes. Inclusive, muchos de nuestros enemigos, pese a tener un aspecto terrorífico —si lo valoramos dentro en contraposición al resto de diseños del juego— buscan los contrastes en casi todo momento. De esta forma, lo que obtenemos es un juego de temática muy primaveral en donde la belleza del paisaje y la gracia de sus personajes combinan cuasi a la perfección.
Ahora bien, a mí no me ha gustado. Que pueda valorar positivamente su escenografía no significa que sea de mi gusto, y así ha sido. No puedo decir que me sienta demasiado cómodo con el enfoque adoptado, pues los personajes nunca han terminado de ser santo de mi devoción. Su diseño me ha parecido contradictorio por momentos, aunque la verdad es que la cohesión artística es brutal. En lo personal, no me termina de convencer; como se suele decir, para gustos, colores. Sucede de igual forma con la banda sonora: es agradable y amable y acompaña de manera adecuada. No obstante, no me ha terminado de conquistar.
Vamos a darnos de tortas
Pero, ¿por qué? La historia no está tan mal y, en líneas generales, el apartado artístico cumple. Dejando a un lado la ausencia de traducción al español, ¿cómo es posible que no te haya gustado? Se debe, simple y llanamente, a la jugabilidad. Siendo prolijo, Little Town Hero es demasiado aleatorio. Pese a que se define a sí mismo como un RPG, en realidad es un juego de estrategia en tablero. Por desgracia, el factor RNG (Random Number Generator) le sienta demasiado bien.
Al contrario: rompe con la dinámica y hace que, en más de una ocasión, sintamos que somos incapaces de controlar el devenir del combate aunque hagamos bien las cosas. Esto es algo complicado de explicar; haré mi mejor intento. En primer lugar, los combates se dan por turnos. Son muy originales, aunque también erráticos. A la larga cansan un poco; la dinámica se rompe con mucha facilidad. Para empezar, nuestra herramienta principal de lucha son los Izzit, o lo que es lo mismo, ideas. Sí, nuestro personaje recurre a argucias para plantar cara a nuestros enemigos.
Una vez nos decidimos por un Izzit, este se vuelve algo real: se convierte en un Dazzit, de los cuales podemos distinguir tres tipos según el color: de ataque (rojo), de defensa (amarillo) y especiales (azul). Lo extraño es que cada Dazzit tiene puntos de ataque y de defensa, los cuales chocan con los del rival. ¿El problema? Si los puntos llegan a cero, se rompe y, si se rompe, no podremos utilizarlo hasta que lo renovemos o recibamos daño. Si ganamos, pues se aplicará el efecto de la idea. Es algo extraño, sí.
Algo no funciona
El objetivo final de cada combate es reducir la vida de nuestro enemigo, la cual se compone de tres corazones. Por cierto, la nuestra también. Es complejo y engorroso, así como demasiado lento, pero ahí no termina la cosa. A todo esto hay que sumarle los apoyos de escenario, lo cual se transcribe en un tablero sobre el cual nos iremos moviendo en función de una tirada de dado aleatoria. Mientras combatimos, nos moveremos, y podremos coincidir con aliados, aldeanos o encontrar objetos especiales. El factor de aleatoriedad se potencia hasta límites insospechados y, cada vez, perdemos más el control.
Si a esto le sumamos que los enemigos poseen, en casi todo momento, más recursos que nosotros, pues nos encontramos con un sistema de combate que se siente no solo injusto, sino largo y engorroso. Derrotar al enemigo de turno se convierte en una tarea ardua y que ofrece sensación de alivio más que de recompensa; en lugar de disfrutar de una buena batalla, estaremos deseando terminarla para poder avanzar la historia. No motivan. La premisa es, como poco, interesante. Es original e interesante, mas no termina de arrancar; no es capaz de consolidar sus múltiples ideas en un sistema verdaderamente eficiente.
Conclusiones
Little Town Hero nos da una de cal y otra de arena. Por un lado, su apartado artístico, su banda sonora y su guion. El trío de elementos narrativos funciona y encaja, tiene cohesión y entretiene. No son santo de mi devoción, pero he sido capaz de ver luz en las sombras. Plantean ideas atractivas y, a grandes rasgos, son capaces de ejecutar una historia divertida. El juego, en ese sentido, es entretenido. El problema es el sistema de combate, que no funciona como debería. Se atasca demasiado, no fluye como debería e incorpora ideas que no encajan demasiado. Por desgracia, no ha cumplido con nuestras expectativas. En este punto de la reseña tocaría destacar si lo recomiendo o no con una imagen, pero hoy no puedo hacerlo. No sé en que punto de la escala está.
Así pues, y solo por hoy, os diré que os lo podría recomendar si buscáis un juego diferente dentro del género de la estrategia y el rol y con una estética cartoon. Ahora bien, no podréis decidiros por él si buscáis mecánicas bien cimentadas en torno al combate, pues es donde más falla. Sin más, me despido. ¡Nos leemos!
- Corrección: Guillermo Ruiz
Análisis Little Town Hero. Clave de juego para Nintendo Switch cedida por NIS America.