Hoy toca analizar la última entrega de una de las sagas más famosas de los videojuegos, el Jagged Alliance 3. Una oda al cine de acción de los 80 y 90 que, pese a no brillar, cumple con todo lo que se propone.
¡Hola gente! Toca analizar esta vez el último lanzamiento de Haemimont Games. Lo sabemos, el Jagged Alliance 3 salió en el verano de 2023 y ya ha llovido un poco. No obstante, como dice el refrán «nunca es tarde si la dicha es buena». Así pues, aprovechando el contenido que se añadió recientemente con un parche gratuito del que os hablé tiempo atrás, paso a hablaros de mis impresiones generales.
Para quien no conozca la saga, que puede que sean varios, ya que el último lanzamiento cronológico fue en 1999. Una saga caracterizada por la estrategia y la permanente sátira al cine de acción de los años 80, fundamentalmente, sumando situaciones cómicas desde el primer momento. Esta tercera entrega no iba a ser menos, de hecho, es la más completa de toda porque han conseguido aunar todo lo bueno en una única entrega.
Para quien quiera jugarlo, está disponible en PS4 y PS5, Xbox Series X|S y One y Steam (jugable en Steam Deck, aunque no verificado).
Análisis de Jagged Alliance 3 y su campaña
Grand Chien, un ficticio lugar ubicado en el África Occidental, está en una grave crisis política. El malvado The Mayor ha secuestrado al presidente del país y nos llaman, nosotros, una banda de mercenarios, que recuperemos el control de la zona y liberemos al presidente. La típica trama de una buena peli de los 90, más sabiendo que se ambienta a principios del 2001.
Para ello, tendremos que ir contratando a los mercenarios más macarras (o no) que se presten a cumplir el servicio. Eso sí, vigila muy bien tus cuentas porque, como buenos mercenarios, sus cotas pueden ser una losa si los planes no salen bien. Un desafío logístico y administrativo que resulta divertido siempre que mantengas todo bajo control. Porque al más mínimo despiste puede el juego castigarte bastante. Además, me molesta el poco cuidado que han tenido con el menú de gestión. Sabían que pasaríamos mucho tiempo en él gestionando actividades y contrataciones y lo han hecho lo más soso y tedioso que han podido.
No obstante, la narrativa es plana y no busca aportar nada. Si bien es cierto que las secundarias de las ciudades son divertidas y, dependiendo de los mercenarios que lleves, puedes desbloquear alguna línea concreta de diálogo, la tónica general es disparar y explotar cosas. No se hace un esfuerzo de denuncia o mensaje profundo, hemos venido a disparar y matar a peña. Al menos, todos los mercenarios tienen un mínimo de trasfondo para que tengan algo de personalidad.
Una jugabilidad sobresaliente
Su jugabilidad se caracteriza por la estrategia por turnos en cuadrícula, del mismo modo que XCOM (la comparación más frecuente y sencilla). No obstante, se diferencia con sus propias particulares. Quizá, lo más llamativo son las características que tiene cada mercenario. No dejan de ser arquetipos prefijados como en otros muchos juegos, pero le sienta bien que tengan algo de historia personal porque les da particularidades concretas que afectan a la jugabilidad.
La destreza con la que combinemos lo anteriormente expuesto nos permitirá crear pelotones balanceados para abordar las distintas misiones. Los combates se desarrollan de una forma dinámica y cómica, porque tratan de reproducir los clichés cinematográficos. Lo cual puede resultar desesperante cuando ves que nadie acierta a su enemigo o que la suerte actúa y provoca justo lo contrario.
Más allá de sus enfrentamientos, hay un apartado rolero que está bastante interesante. Lógicamente, sin pretender ser un sistema profundo de complejas líneas y tomas de decisiones, sí consigue convertirlo en un foco importante. Ya que siempre tendremos que estar pendientes de lo que estamos hablando con la gente (y qué tipo de gente), pues las decisiones que tomemos tendrán consecuencias directas para bien o para mal. Lo cual me agradó bastante porque no se contentó solo con un buen combate, sino que cuidaron el apartado rolero para conseguir convertirlo en un gran complemento. Sobre todo ante las carencias narrativas generales.
El apartado técnico
El apartado técnico me ha sorprendido gratamente, especialmente en cuanto al trato de los entornos del mapa. Tiene un mapa-mundo de 100 casillas donde tendremos ambientes completamente diferentes, cuidados al detalle y que los hace realmente atractivos a la vista. Invita a la exploración en busca de recursos (todo sea por ahorrar un dinerito), cazar animales o lugares secretos.
Destacar también las opciones de personalización que nos presentan con el armamento, aportando lo justo para ponernos al gusto. Eso sí, la destrucción de los entornos y explosiones, pese a que son muy estéticas, a veces se sienten algo inútiles al no repercutir como debiera en el transcurso del combate o la partida.
Conclusiones
Jagged Alliance 3 es un buen juego en líneas generales. No consigue ser una obra perfecta, pero sí la mejor de toda la saga, ya que aglutina todo lo bueno de las anteriores. Sin embargo, la falta de pulido de algunos detalles no le permiten llegar a la perfección. Además, es un juego sumamente difícil y estresante en según qué situaciones. Por lo que recomiendo jugar con una dificultad baja para los que no estén acostumbrados a la estrategia. Pese a ello, sus 35-45 horas de campaña y jugabilidad merecen mucho la pena, por lo que mi nota es…
- La jugabilidad general del combate y su profundidad estratégica.
- El apartado rolero que nos propone.
- Los trasfondos que tienen los mercenarios.
- La extrema dificultad que plantea en muchas ocasiones.
- Un menú de gestión de campaña soso y muy poco agradecido.
