
Hablar de Final Fantasy es, sin lugar a dudas, hablar de una de las franquicias más importantes y emblemáticas de la historia de los videojuegos. Con lanzamientos de todo tipo, ha marcado a generaciones a través de sus muy diversas sagas; Tactics o Legends son buen ejemplo de ello. Como también lo es Crystal Chronicles, quizá una de las más relevantes en tierras niponas. Curiosamente, su origen es incierto, pues nació a raíz del sonoro batacazo —y con razón, todo sea dicho— del filme Final Fantasy: La fuerza Interior.
El impacto fue tremendo, pero de forma negativa. De esta forma, la ya difunta Squaresoft se vio en la obligación de renovar un producto que, poco a poco, pecaba de caduco. Y así fue como, en 2003, surgió Final Fantasy Crystal Chronicles, un titulo que buscaba ampliar fronteras en forma de plataformas. Más allá del impertérrito dominio de PSX, buscó expandirse, y lo hizo junto a Nintendo y su GameCube. Fue un éxito, pues supuso un soplo de aire fresco en el que se buscaba revitalizar a la comunidad a través de su sistema multijugador. Puede no parecerlo, pero resultó en toda una novedad dentro de una saga tan hermética como Final Fantasy.
Y aunque no deja de ser cierto que soy un nostálgico que gusta de revivir viejas glorias del pasado mientras escarba en el baúl de los recuerdos, hoy he venidos a hablaros del presente. Pero de un presente con forma de fantasma pretérito. En efecto, hoy quiero hablaros de Final Fantasy Crystal Chronicles Remastered, de Square Enix. Como nota, a España ha llegado gracias a la mediación de Koch Media, y lo ha hecho con textos en español. Está disponible en PS4, Nintendo Switch, PC, iOS y Android.
Final Fantasy Crystal Chronicles Remastered

Crystal Chronicles cuenta con una premisa sencilla: una nube de niebla tóxica lo cubre todo. Su presencia impide que la vida florezca con normalidad, motivo por el cual la humanidad está condenada al ostracismo. Armados con una suerte de cristales mágicos, su única posibilidad de sobrevivir es a través de la esencia de esos mismos cristales. Su presencia, a grandes rasgos, crea zonas limpias en las cuales el miasma no puede entrar. Son, en cierto modo, los escudos de la raza humana. Por desgracia, su vitalidad no es eterna, así que toca recargarlos cada cierto tiempo. Es ahí donde entramos nosotros, una Legión.
Las Legiones, como habréis podido dilucidar, son una suerte de grupos de aventureros que viajan por el mundo recolectando mirra, una extraña sustancia que solo puede ser recolectada de los árboles de mirra. Por si fuera poco, estos solo dan una gota cada varios años, así que toca viajar (mucho) para asegurar la supervivencia de nuestro pueblo. Por consiguiente, todo se resume en un camino eterno en donde la recolección es el centro del todo. Asimismo, dicha acción se divide en un mapa relativamente grande en el cual coexisten cuatro tribus: Clavates, Liltis, Yukos y Selkis.
Cada uno tiene sus particularidades, pero la nota queda en —aun con sus diferencias— colaboran de forma activa (más o menos) en pos de la supervivencia. Y es que, aunque la mirra sería motivo suficiente para caer bajo el marco de una guerra eterna, hay un enemigo peor: los monstruos. El miasma atrae a los monstruos, así que toca colaborar… si es que se puede. A veces tendremos que enfrentarnos a otras legiones, pues la mirra es un recurso demasiado valioso como para caer en la breva del amiguismo. Lo primero es lo primero: sobrevivir.
Legionarios, al combate

Habría cabido esperar, frente a semejante construcción argumental, una narrativa potente y/o un guion oscuro, mas no sucede de esa forma. Final Fantasy Crystal Chronicles Remastered busca potenciar el componente cooperativo en detrimento de la trama y la narrativa, la cuales pecan de falta de profundidad. Si bien es cierto que el trasfondo es interesante, la historia queda más pronto que tarde en un segundo lugar. La línea narrativa es débil e intrascendente, aunque posee aspectos interesantes. Por poneros un ejemplo, al viajar por el mundo, podremos encontrarnos con otros legionarios. Con algunos intercambiaremos palabras amables, y con otros… Bueno, hay algo de tensión.
Sea como fuere, podemos alabar un simple —y muy importante— detalle: es entretenido. En mi caso, me he quedado con ganas de más, pero he disfrutado del juego. Ante todo, ha sido gracias a su jugabilidad, la cual (quizá no tanto a día de hoy) ha logrado sorprenderme al tener en cuenta que se trata de una remasterización y actualización de un sistema nacido allá por 2004.
Construye tu propia historia, compite y colabora

De buenas a primeras, nos enfrentaremos a un sistema de creación de personajes básico. Muy básico. Nuestra compañía se compondrá de hasta ocho legionarios, mas empezaremos solo con el primero. Podremos decidir a que pueblo pertenece, lo cual tiene mayor importancia de lo que parece; cada uno tiene sus propias particularidades combate. Al mismo tiempo, escogeremos sexo (hombre o mujer), estética (entre cuatro moldes prediseñados) y voz (cuatro también). Por desgracia, la personalización es nimia y apenas hay detalles que diferencien a unos personajes de otros si optamos por un mismo pueblo; recicla texturas, modelados y rasgos de manera demasiado evidente.
Volviendo al tema que nos acontece, inciaremos nuestro viaje. Descubriremos, más pronto que tarde, que Crystal Chronicles es una especie de dungeon crawler en donde tendremos un ataque básico, un ataque especial de apuntado y diversos tipos de magias que generaremos en base a combinaciones. Lo que está claro es que el juego es del año 2000, pues es bastante tosco. Se nota que es una remasterización, pero no deja de ser un título bastante antiguo en lo que a tecnología se refiere. La hit box es extraña, los movimientos son poco naturales y el gameplay se siente un tanto forzado.
No, no es un juego de rol

Tomando como referencia sistema e historia, nos queda muy claro que no es un JRPG. Como ya he dicho con anterioridad, FFCR rompió con la dinámica de la saga principal. Es por eso que no nos ha sorprendido que la mecánica principal sea recorrer un mapamundi con una caravana. Nos moveremos siguiendo flechas de dirección, siguiendo rutas y caminos, buscando árboles de mirra, derrotando monstruos, atravesando contratiempos, conociendo gente, etc. Es un juego de viajes e introspección que solo arranca en su máximo potencial cuando nos sumergimos en su faceta multijugador, pues en esta donde verdaderamente destaca.
En consecuencia, hablamos de un juego de viajes en donde el objetivo final parecen ser diferentes mazmorras. Como dato, cada una se siente muy diferente; son originales y entretenidas, están bien construidas y no reciclan demasiados elementos. Además, cada una cuenta con su propio final y una pequeña variedad de enemigos, aunque estos últimos sí que se pueden repetir. Adicionalmente, la miasma también hará de las suyas es las dungeons, pues nos bloqueará el camino. Por desgracia, nos tocará mover el cáliz por para seguir avanzando. Es la nota negativa del multijugador, pues tal requerimiento ralentiza la acción muchísimo. Si por lo que sea nos toca mover a nosotros una y otra vez el cáliz, pues nos terminaremos aburriendo de nuestra party; el título se vuelve pesado.
Si por el contrario, jugamos solos, nos ayudará un moguri volador. Este desplazará el cáliz y acelerará el gameplay, lo cual se agradece enormemente. Sea como fuere, el área circular del cáliz se convierte en nuestra área de acción; nos protegerá de la miasma y nos permitirá interactuar con el entorno. Sin esta, combatir no es posible. De hecho, no podemos salir de su área de influencia. Volviendo al tema, combatir se limita a cambiar entre ataque, defensa y hechizos. Siendo sincero, he extrañado un cambio más profundo: no se amolda a la época actual. Como curiosidad, no hay PM para usar magia. Usaremos magicita, la cual nos dará unos hechizos u otros en función de como la combinemos. ¿la pega? Se rompe al salir de la mazmorra.
Y de beber, multijugador

Durante el proceso, en lugar de subir de nivel, adquiriremos artefactos que mejoren nuestras características de forma permanente. Por consiguiente, los jugadores más entregados a la causa desarrollaran un potencial de combate muy superior al del resto; en la teoría, el crecimiento es ilimitado. Esto justifica que su multijugador sea tan interesante. Sí, tendremos que colaborar, pero ganaremos puntos en función de nuestro rendimiento. A más puntos, mejor posición y, a mejor posición, antes elegimos artefacto. Se fomenta la competencia dentro de una cooperativa obligatoria y necesaria.
Para que os hagáis una idea, el combate entre varios jugadores no se resumirá en repartir palos por doquier, sino que podremos combinar nuestras magicitas para engendrar efectos muy interesantes en nuestros enemigos. Parece una tontería, pero FFCRR no es fácil. Exige, y eso nos gusta. Como también nos ha gustado que haya juego cruzado entre plataformas, una de sus más importantes virtudes. Sí, puedes jugar con cuasi cualquier jugador de Final Fantasy Crystal Chronicles Remastered Edition sea cual sea su plataforma. Eso sí, hay algunas limitaciones. De cualquier forma, podemos participar en misiones con amigos o con desconocidos, aunque en este último caso no progresaremos en la historia si no somos los anfitriones.
Ahora, ¿qué pasa si no entra nadie en nuestra sala? Pues que no tendremos moguri ni compañeros y nos tocará mover el cáliz continuamente. Todo esto se desarrollará —lo implementaré en este apartado por no alargar mucho más esta mi reseña— dentro de un ambiente distendido y bonito. Es curioso, pero combinan un contexto muy duro y siniestro con una gráfica bonita y amistosa. Se nota que es un juego de hace muchos años, pero no se ve del todo mal. Ahora, no esperéis una visual de la generación actual. En relación al rendimiento, los tiempos de larga son algo largos por norma general. Sobre la banda sonora, muy buena, como siempre. Y es que otra cosa no, pero Final Fantasy siempre ha sido una franquicia muy destacada a ese respecto.
Conclusiones

Final Fantasy Crystal Chronicles Remastered aplica un sistema de combate demasiado básico, aunque cumple con su función. No obstante, nos habría gustado mayor profundidad. Sí que nos ha convencido la magia, pues es original e interesante; combinar elementos de manera temporal en mazmorras se antoja complicado, pero divertido. La trama es una mera escusa para jugar, al igual que su narrativa, pero se justifica con la idea de un juego enfocado al multijugador. Es más, merece la pena gracias a este último; mezcla de forma genial competición y cooperativa. Ahora, no cuenta con multijugador local, lo cual nos ha parecido bastante mal.
La banda sonora es buena y el rendimiento normal. Los gráficos son bonitos, pero se nota que es un juego antiguo por muy remastered que sea. ¿Lo recomendaría? Sí, pero sobre todo si disfrutaste del juego original y/o buscas algo diferente para darle al online de tu consola. Es un buen Final Fantasy si estás buscando algo dentro de su lore y universo, pero con una jugabilidad bien diferenciada.
Análisis de Final Fantasy Crystal Chronicles Remastered. Clave de juego para PS4 cedida por Koch Media.