Dragon Quest XI: Ecos de un Pasado Perdido sorprendió a propios y extraños allá en julio de 2017 con el que, para muchos, era uno de los mejores lanzamientos de la franquicia. Lanzado cuasi en exclusiva para PlayStation 4, solo Nintendo 3DS llegó a disfrutar de su propuesta a través de una variante que recordaba a los proyectos más clásicos de la serie Dragon Quest. Curiosamente, a Europa no llegó hasta septiembre de 2018 en la que fue una muy larga espera. No obstante, en el viejo continente hizo lo propio no solo en la consola de Sony, sino también en Microsoft Windows. Por desgracia, los jugadores de Switch y Xbox tendrían que esperar…
La espera quiso recompensar en 2019 a los usuarios de Nintendo, quienes pudieron disfrutar de Dragon Quest XI S: Ecos de un pasado perdido – Edición definitiva, una edición especial que combinaba los gameplay de 3DS y PS4. Además, incluía contenido adicional en forma de historias secundarias, secuencias de vídeo e historia, extras, etc. Cómo no, los jugadores del resto de plataformas pronto se mostraron muy inconformes, ya que no podían acceder a ese material de ninguna de las formas. Square se convirtió en el blanco de no pocas críticas y muchos aludían a la posibilidad de lanzar un DLC, pero…
Diciembre de 2020: Dragon Quest XI S se estrena en PlayStation 4, Steam y Xbox. Un servidor decide lanzarse de nuevo a la aventura, aunque el pasado trofeo de platino hacía presagiar que una segunda vuelta podía ser una mala idea… ¡Y que error! No solo he disfrutado enormemente de mi nueva partida, sino que he podido disfrutar de su contenido adicional de forma muy satisfactoria. Es mi idea narraros cómo y por qué, pero omitiré cualquier referencia al juego original, pues de otra forma sería una reseña muy densa.
Dragon Quest XI S: Ecos de un pasado perdido – Edición definitiva
Vamos a ser claros: ¿De verdad se ve peor? No. A medias. Si te fijas mucho, está claro que es un port de Nintendo Switch a PlayStation 4 (en mi caso), pero sigue luciendo increíble. Es más, no me habría fijado de no haber leído los comentarios y opiniones de otros compañeros en las redes sociales. Es más, durante los primeros días, no creí notar diferencia alguna en el apartado técnico. Al final, sigue siendo una obra tremendamente colorida en donde su excelente paleta, su excelso diseño y su precioso arte combinan a la perfección. Asimismo, ahora se suma la estética en 16bits de las misiones secundarias relacionadas con los juegos anteriores, así que ahora ahí más y —casi— mejor.
Al final, lo importante es el contenido, que es lo que quiero hablaros en realidad. Empezamos, en primer lugar, con el «ya mencionado» modo retro. O lo que es lo mismo, la variante en 16bits en 2D. A diferencia de su homólogo anterior, en Dragon Quest XI S podremos decidir si preferimos jugar en 2D o 3D. Si bien es cierto que es una mera opción de diseño, no deja de ser interesante. En mi caso, lo probé durante un par de horas, y la verdad es que se sentía como uno de los primeros títulos de la franquicia. En ese sentido, es un verdadero éxito, así que no podemos sino alabar su acabado final.
De cualquier forma, lo más interesante son las historias complementarias de los personajes, las cuales nos revelarán nuevos detalles de nuestros protagonistas. Para quien no haya jugado con anterioridad, no lo notará, pero quienes disfrutaron de la experiencia final sí. A fin de cuentas son, en cierto modo, historias paralelas a la de nuestro protagonista en aquellos momentos en los que, por un motivo u otro, estábamos separados. Nos ayudan a comprender mejor a nuestros amigos, desarrolla el guion con mayor precisión y aporta datos contextuales. Sin más, un acierto muy jugoso.
Las principales diferencias entre ediciones es el contenido
En su conjunto, Dragon Quest XI S: Ecos de un pasado perdido era un título largo, pero ahora lo es más. Si tuviésemos que ponerle un número, diría que son… Tal vez unas 10 o 20 horas. No estoy seguro, pues la cosa no pasa por mirar mi partida original, ojear la nueva y hacer una resta. No. Aunque la ruta sea la misma, la presencia de aspectos tales como el combate rápido hacen que no se pueda valorar fácilmente. Porque, en efecto, XI S incluye opciones de juego extras tales como acelerar los combates, lo cual viene de lujo a la hora de entrenar.
Otro de los agregados más interesantes es el doblaje japonés. En mi caso, es mi preferido, y le ha otorgado un valor extra a la inmersión narrativa y la calidad del audio. La banda sonora, como tal, es la misma, así que no puedo deciros mucho de ella. En cualquier caso, podremos optar por la soundtrack original o por una versión sinfónica muy bonita. Para terminar, se ha incrustado un modo foto que, si bien no aporta demasiado, nunca sobra.
Conclusiones
En su conjunto, Dragon Quest XI S es una opción muy interesante, sobre todo, para quienes nunca han catado el juego original. Si hasta ahora no has podido disfrutar de este maravilloso JRPG, es el momento. Si por el lado contrario lo has hecho, te diría que vendas la versión anterior y compres la nueva; merece la pena el cambio. Su precio de salida es de unos cuarenta euros, así que, al cambio, no perderás tanto, y creo que merece la pena. Al menos así ha sido en mi caso, claro está, pero también es verdad que lo considero un esencial. De hecho, mi nota final va ligada a mis impresiones del juego en su conjunto y no solo de la edición definitiva, así que es mejor que lo tengáis en cuenta.
En cualquier caso, Dragon Quest XI S: Ecos de un pasado perdido – Edición definitiva me ha encantado. Aunque sigo enfadado con Square por su forma de proceder (lo ideal habría sido una edición definitiva y/o la opción de adquirir el contenido adicional a modo de DLC), no puedo negar que esta nueva edición es, como poco, muy buena. Sin más, me despido. Espero que mi análisis os haya servido… ¡Nos leemos!
Análisis de Dragon Quest XI S: Ecos de un pasado perdido – Edición definitiva. Clave de juego para PS4 cedida por Koch Media.
