Todo tiempo pasado fue mejor; he aquí la mentira más grande de la historia. La nostalgia y los «buenos tiempos» nos nublan el juicio haciéndonos creer que lo que vivimos allá en nuestros tiempos mozos es innegablemente superior a la actualidad. Habrá aspectos en los que sea cierto, pero en el mundo de los videojuegos es una falacia.
La morriña nos ciega. Pedimos remakes, remasters y ports sin parar. Queremos que nuestra juventud vuelva, pero eso no pasará. La industria ha evolucionado y, en líneas generales, los videojuegos son más divertidos. La esencia y el origen son aspectos muy bonitos, pero han perdido gran parte de su sentido.
Esto lo podemos comprobar cuando se estrena una nueva obra que redefine los conceptos de la industria. Ha pasado y seguirá pasando. No obstante, no por ello debemos olvidarnos de dónde venimos. Allá en las primeras generaciones de consolas nacieron obras muy notables. Hoy las recordamos mediante sus nuevas versiones, pero no todas han tenido esa suerte.
Seguimos extrañando, por ejemplo, Golden Sun y soñamos con nuevas versiones de los Final Fantasy, Earthbound, Zelda o Donkey Kong de turno. Hay donde elegir y todos ellos son maravillosos. Como también lo es Tactics Ogre: Let Us Cling Together, un clásico del ’95 que ha vuelto a nosotros bajo el amparo de Tactis Ogre: Reborn.
Análisis de Tactics Ogre: Reborn
Vaya, que ha «renacido» con todo el peso de un remake y el espectro de una remasterización en una suerte de ménage à trois entre unos y otros. Entiéndase, pues, que es un viaje a la edad de oro de Square Enix y los tactical rpg. Una edad de oro que, por cierto, parece estar regresando con muy diversos lanzamientos como el todavía reciente Triangle Strategy, el algo más lejano Fire Emblem: Three Houses o el futuro Metal Slug Tactics.
Vivimos en un tiempo brillante para quienes se hacen llamar amantes del género y/o de sus congéneres y hermanos. Han ganado mucha fuerza y Tactics Ogre: Reborn podría ser uno de los más destacados del momento. ¿Cómo? Pues a través de una historia que deja a un lado el sucedáneo de café para presentarnos un mundo hostil, gris y brutal.
Valeria, un continente en guerra, asiste al nacimiento de Denam, un joven con un ideal justiciero muy fuerte. Bien acompañado por su hermana Catiua y su amigo Vyce —personaje al que resulta muy fácil cogerle tirria durante las primeras horas—, se unirá al ejército para frenar la invasión galgastaní que asola su tierra.
Para su desgracia, más pronto que tarde descubrirá que el mundo no se rinde a los conceptos de «bueno» y «malo». El mundo no es tan simple. Nuestros antagonistas tienen sus propios ideales y el honor es cosa de uno o dos. Cada cual defiende lo suyo, ya sea por interés personal, amor, respeto u otros motivos.
Un mundo en escala de grises
El mundo está cargado de grises en donde cada decisión tendrá un gran peso hasta el punto en que afectarán al transcurso de la historia y su desarrollo. Es por todo esto y más que podemos decir que Tactics Ogre: Reborn es un juego diferente si lo comparamos con el trillado mundo del rol japonés en donde la justicia de nuestro grupo siempre prevalece frente a los intereses de un antagonista tan malvado que es imposible que tenga razón.
Claro está, esto es una generalización, pero es igual de cierto que este tipo de dinámicas son bien habituales en los juegos de rol nipón, ya sea mediante la táctica, el combate en tiempo real o los turnos. Reborn acaba con todo eso de un plumazo mediante una trama bien construida en donde el bien y el mal son entes exiguos. Cada uno se mueve por el bien de los suyos, dejando muy claro que en la guerra no hay vencedores, solo vencidos.
Con esto en mente, y con una traducción al español perfectamente encuadrada, Tactics Ogre construye un argumento muy bien hilado en donde la narrativa triunfa en detrimento de los diálogos. Estos últimos, bastante flojos en ciertos segmentos de la historia, no se han terminado de aclimatar a las bondades del siglo XXI. Si bien es cierto que cumplen, podrían haber dado algo más de sí.
Sin vencedores, solo vencidos
Ahora bien, esta misma narrativa se ve parcialmente limitada por el diseño de sus combates y sus escenarios. Y aunque a nosotros nos encantan los RPG tácticos con mapas cuadriculados, lo cierto es que su diseño y sus características suelen establecer límites muy concretos a la hora de contar una historia. Es por eso mismo que no debemos esperar grandes cinemáticas, sino mucho texto tanto dentro como fuera del combate.
Habiendo establecido este punto, podemos hablar de las propias batallas. Personalmente, este tipo de escenarios y este tipo de combates nos gustan mucho. Véase el caso de Triangle Strategy como comparativa cercana. Ambos funcionan de forma muy parecida, pues controlaremos a un grupo de soldados en un escenario con casillas en las que cada unidad tendrá sus propias características.
Movimiento, hechizos, técnicas de combate, habilidades de apoyo, etc. serán una constante a la hora de preparar nuestro ejército, ofreciendo un número bastante alto de opciones y posibilidades. Pudiendo cambiar tanto la afinidad elemental (marca nuestra rama de hechizos según el elemento) y la clase mediante diversas herramientas, engendra un coloso táctico en donde hay cientos de opciones diferentes.
En su conjunto, podemos hablar de un título en donde casi todo el gameplay se concentra en estas batallas, en la lectura de textos y en la interacción con un mapa en el que podremos comprar unidades, viajar entre puntos, adquirir nuevas habilidades, etc. Todo ello mediante un apartado artístico sencillo con tendencia al clasismo.
Un combate pulido con diversas opciones
Bonito y llamativo, te tiene que entrar por los ojos de buenas a primeras, ya que es un tanto singular. Sea como fuere, a nosotros sí que nos ha gustado, aunque es igual de cierto que este tipo de estéticas más minimalistas siempre nos han atraído. Al menos en este tipo de experiencias. Dicho esto, poco más podemos contaros más allá de que el juego cuenta con una banda sonora espectacular y que traje algunas novedades adicionales respecto a la versión original.
Véase, por ejemplo, el carro, una mecánica que nos permite retroceder en el tiempo para rehacer un turno si la hemos liado muy gorda. También cuenta con un sistema de autoguardado, se han eliminado los combates aleatorios en el mapa y se ha incluido un modo x2 para aumentar la velocidad de juego. Aparte, la IA ha mejorado mucho, siendo un verdadero desafío superar ciertos combates si no planteamos bien nuestra estrategia.
Otra novedad que, siendo sinceros, a nosotros no nos ha terminado de gustar, es el sistema de cartas. Mientras combatimos irán apareciendo una serie de cartas en el escenario que provocan debuffos, ofrecen upgrades temporales o aumentan alguna de nuestras estadísticas de forma permanente. Este sistema no nos ha terminado de gustar, ya que ralentiza el juego al tener que priorizar esas posiciones en detrimento de una acción más directa.
Sucede algo parecido con el botín, el cual solo obtendremos si lo cogemos cuando cae al suelo. Estos dos aspectos son los que menos nos han gustado, pero no deja de ser una apreciación más bien subjetiva, ya que no son errores, sino decisiones creativas que se pueden adaptar o no a nuestros gustos.
Análisis de Tactics Ogre: Reborn | Conclusiones
Dicho todo esto, podemos concluir de la siguiente manera: Tactics Ogre: Reborn es un grandísimo juego de rol táctico que no romperá en ventas al estar dirigido a un público más concreto, pero que encantará a esos mismos jugadores. Bien construido a nivel narrativo, ha sabido rescatar la esencia del original, pero mejorando los suficientes apartados como para que se sienta más actual que pasado.
Con un sistema de progresión y de clases concienzudo, unas batallas bien orquestadas y un apartado audiovisual bastante potente, lo tiene todo para ser uno de los tactics más destacados de 2022 y de los últimos años. Compite directamente con otros juegos de gran envergadura, pero no se queda —ni mucho menos— atrás. Da la cara y demuestra que una gran historia puede hacer un gran juego aunque ciertos aspectos fallen.
Con textos en español, mejoras notables en la IA y otros pequeños añadidos, supera con creces a su versión original. Lo bueno es que esto no lo notarán los nuevos jugadores, pues se ha implementado de tal manera que parece que formen parte del juego desde el principio. En resumidas cuentas, Tactics Ogre: Reborn nos ha encantado.
- La IA presenta un verdadero desafío.
- Por historia y narrativa, engancha, pues sabe que la guerra se mueve en grises.
- El sistema de combate, clases, etc. es profundo y da muchas opciones.
- La banda sonora es una maravilla y el apartado gráfico nos ha gustado mucho.
- El sistema de cartas en combate no nos termina de convencer.
- Aunque nos gusta, el apartado gráfico no es para todo el mundo. La falta de definición puede echar para atrás a más de uno.
