Desarrollada por Night School Studio de la mano de Netflix, les traemos un análisis de Oxenfree II: Lost Signals, la secuela del thriller sobrenatural donde el tiempo, las dimensiones y el misterio están a la vuelta de la esquina. Este 12 de julio llega finalmente a PC y consolas esta corta, pero llamativa experiencia donde nuestras decisiones serán determinantes para la historia.
La trama de Oxenfree II no va más allá de su título anterior, sino que propone girar al rededor de los acontecimientos que ya conocimos en su entrega de 2016, quiere que sigamos investigando sobre lo ocurrido con el caos del submarino USS Kanaloa y la Isla Edwards, esta vez, cinco años después de los acontecimientos del original Oxenfree.
Esta historia presenta a Riley, investigadora ambiental con la tarea de indagar sobre unas extrañas señales radiales que aparecieron en la isla de Camena, lugar donde nació. Durante su misión recorreremos junto a Jacob, un muchacho habitante de la isla y contratado para guiar a Riley hacia su objetivo. Durante el camino, nuestros protagonistas experimentarán fenómenos paranormales que impactarán sobre sus vidas, pasados y sentimientos más de lo que ellos esperaban.
Asimismo, el juego nos cruzará todo el tiempo con referencias y más información sobre lo sucedido con el submarino perdido y aquellos que a lo largo de los años se dedicaron a investigar el caso y su relación con las extrañas señales, la isla Edwards y los fenómenos que rodean su misterio.
Análisis de Oxenfree II: Lost Signals | Sentimientos y señales espacio-temporales
Oxenfree II nos muestra diversos momentos en los que nuestras palabras tendrán un peso importante, con una propuesta interactiva que no carezca de realismo, los personajes interactúan sin cortar el ritmo, mientras avanzamos o realizamos puzzles, podemos seguir conversando, incluso pudiéndonos negar a responder a lo que nos preguntan los personajes, haciendo que la experiencia nos sumerja directamente.
Sin duda, el acabado visual acompaña junto con la música que ambienta perfectamente los momentos y nos permite sentirnos parte de una historia que remite a éxitos como Stranger Things o Dark, títulos referencia de los editores que acompañan a Night School en esta entrega.
Finalmente, la mecánica que destaca es la posibilidad de aprovechar los bucles y las rupturas para resolver los diferentes obstáculos que se nos pongan en medio, desde conseguir información útil, hasta aprovechar las grietas espacio-temporales con el fin de sortear diversas situaciones.
Podemos sentir como cada diálogo, cada momento se hace único, el increíble y llamativo apartado visual, no dista de su precuela, pero a su vez, no deja de estar bien ejecutado, escenarios atractivos, incluso con sus versiones alteradas siendo impactantes y generando esa aura de suspenso típica de las películas del género.
Conclusiones finales
Sin duda Oxenfree, es un viaje, una introspección, que a través de su trama, pretende hablarnos a nosotros, enseñarnos a nunca olvidar lo que fuimos, pero sin tener miedo a lo que podemos ser. Esta secuela no es innovadora; sin embargo, es un claro indicio que el género de estos juegos de texto siguen frescos y el trabajo de Night School Studios lo demuestra, a su vez, es un juego que no exige jugar a al primer título, los personajes y la historia que les rodea es otra; sin embargo, les invita a conocer su universo.
Este 12 de junio llegará Oxenfree 2: Lost Signals en PC mediante Steam y su precuela Oxenfree estará a un 80% de descuento por tiempo limitado ¿Responderás a las señales?
- Apartado visual hermoso, atractivo e inmersivo.
- Música que ambienta perfectamente las situaciones, sin ser invasivas ni imponerse sobre los diálogos que son el núcleo de la jugabilidad en el título.
- Diálogos e interacción dinámicas, no se pierde el ritmo y agrega realismo a la experiencia.
- No es innovador, pese a que se nota una evolución respecto a la trama, no dista mucho en cuanto a mecánicas de su anterior título.
- Menores errores en cuanto a configuración de pantalla y el uso de mandos que pueden entorpecer por pequeños momentos la experiencia.
