
Hay ocasiones en las que no sabes bien cómo valorar un juego. Por un lado, te ofrece una remesa de cualdiades y características que, sin más, te gustan. Por el otro, es incapaz de escapar de los títulos a los cuales dice homenajear, perdiendo parte de la originalidad que tanto nos gusta que tengan. Algo así me ha pasado con Crimson Tactics: The Rise of The White Banner, un juego de rol táctico inspirado en grandes clásicos como Fire Emblen o Final Fantasy Tactics. Lo he disfrutado, pero también pienso que podía aspirar a más.
Desarrollado por Black March Studios, se presenta como un homenaje a los títulos más destacados de la historia. Por desgracia, a veces se centra tanto en rendir culto a estos grandes títulos que es incapaz de improvisar con propiedad. O lo que es lo mismo, se desvía tanto de sus propias pretensiones que no termina de innovar pese a presentar un elenco de clases y personajes realmente impresionante.
De hecho, si tuviese que centrarme en un aspecto concreto, sería el amplio abanico de posibilidades que presenta. Como título de rol táctico, ofrece una muy amplia variedad de opciones que nos brindan decenas de combinaciones. Ahora bien, no lo hace acompañado de la lengua de Cervantes, por lo que será necesario que dominemos el inglés si queremos disfrutar de él.
Análisis de Crimson Tactics: The Rise of The White Banner

Algo que, sin duda, le puede jugar una mala pasada entre los fans del género hispanohablantes. A fin de cuentas, hablamos de un juego relativamente denso en donde hay mucho diálogo, mucho texto y, sobre todo, mucha descripción. Es por esto que disponer de un buen dominio del idioma se antoja como indispensable para disfrutar por completo de la experiencia sin perder el norte. En caso contrario, resulta complicado seguirle el ritmo.
Dicho esto, podemos decir que hablamos de un juego con virtudes y defectos a partes iguales. Muchos de ellos, por suerte y por desgracia, tienen el mismo origen: la pasión. Desde el primer momento, se nota que el estudio siente un inestimable amor por el género. Se nota que sus creadores han pasado decenas de horas reviviendo algunos de los mejores títulos, porque la inspiración es muy clara. La mayor diferencia para con estos es que Crimson Tactics no logra romperlo con una historia verdaderamente cautivadora.
En general, el argumento se presenta como algo más bien tópico en donde no hay demasiados giros. Con reminiscencias de Juego de Tronos, construye una narrativa más bien típica en donde las contiendas entre distintas facciones no inspiran verdadera empatía. Y es una pena, porque dispone de varios personajes bien construidos, pero le falta. Si siguen desarrollando su universo, es posible que este apartado mejore, pero por el momento se siente como un RPG medieval típico en donde nos encontramos los nichos tópicos del género.
Un buen juego de rol táctico demasiado asentado en los tópicos del género

No podemos decir, por lo tanto, que disponga una trama cautivadora, y lo cierto es que considero que es una oportunidad perdida. En general, las bases del juego no son nada malas y tiene un esqueleto relativamente potente. De cara al futuro, su buena definición de clases, habilidades, personajes, etc. daría para mucho. No obstante, y de momento, se queda en un (parcial) quiero y no puedo. Por supuesto, no todo es negativo.
De hecho, considero que estamos ante un indie bastante interesante por cantidad de contenido, variedad estratégica y profundidad táctica. Aun sin innovar, es capaz de presentar un desafío relativamente extenso, siendo esto algo raro en el mercado de los juegos independientes. Ahí sí que podemos encontrar un punto a su favor. Por contenido y por base, apunta maneras, pero debe ir un paso más allá.
La pena es que, como ya he dicho, no termina de romper y casi todo lo que podemos ver en él ya lo hemos encontrado en otros juegos. ¿Lo bueno? Que si es tu primera incursión con el género, sí que tiene factores que hacen que sea más atractivo de lo que podría resultar para un usuario más avezado.
Un combate realmente pulido en cuanto a variantes tácticas

Diría que el apartado que más me ha llamado la atención es el combate. Definido por el clásico modelo de escenarios con casillas, suma un sistema de energía que determina la cantidad de acciones que puede realizar un personaje en cada uno de sus turnos. Así pues, tendemos una serie de Puntos de Turno que dictarán qué podemos y qué no podemos hacer. Lo curioso es que estos se acumulan durante cada turno, válgase la redundancia. De esta manera, podemos plantear turnos de espera y turnos más agresivos si lo gestionamos bien.
Si a esto le sumamos el hecho de que podemos cambiar la clase de todos y cada uno de los personajes del juego, obtenemos un título de rol táctico que ofrece bastantes opciones tanto antes como durante el combate. ¿Lo malo? Lo mismo de siempre: ya hemos visto cosas parecidas en otras ocasiones; tiene sus pros y sus contras. En ese sentido, hay un apartado que puede formar parte tanto del uno como del otro. Empero, esto depende del punto de vista de cada uno, es el apartado gráfico.
Aunque las animaciones a veces dejan algo que desear y los controles pueden presentar problemas (hay muchos usuarios que se han quejado de ello, aunque nosotros no hemos tenido tantos), el juego tiene su punto. Creo que un estilo algo más definido o más tipo pixel art le habría sentado bastante mejor, pero no se defiende mal. Como he comentado en otros apartados, apunta maneras. Lo malo de todo esto es que la oportunidad se lo merece, pero esos 29,99 euros pueden ser una barrera demasiado grande para lo que ofrece.
Análisis de Crimson Tactics: The Rise of The White Banner: conclusiones

Con esto, pues, la conclusión que os puedo dar es que Crimson Tactics: The Rise of The White Banner es un juego con un amor y una pasión increíble. Aparte, tiene algunas buenas ideas y mucha entrega. La mala suerte es que la cuestión económica ha jugado en contra de un estudio que podría haber aspirado a más si el acceso anticipado le hubiese funcionado mejor. El resumen rápido es que se queda en un quiero y no puedo. Es, pues, un juego con aspectos interesantes que no logra romperlo del todo, pero con una base relativamente sólida.
Con una muy amplia variedad de clases y personajes, un concepto táctico bien desarrollado, una premisa de combate por casillas bien ejecutada, varios sistemas de ataque, monturas con capacidad de influir en el combate y una buena remesa de contenidos, tiene aptitudes para crecer con el paso del tiempo y ser algo más. Al menos cuando se publiquen, si sucede, nuevas partes.
Por el momento, eso sí, permanece como un título que podemos mantener relativamente cerca pensando en el futuro. Todo ello sin olvidarnos de que la historia es algo genérica, que los escenarios no son especialmente innovadores, que el estilo artístico tiene carencias y que no termina de romperlo. Como ya he dicho, nos da una de cal y otra de arena. Como todo, tiene cosas buenas y cosas no tan buenas. Aspectos que gustan y otros que no tanto.
Es ahí donde entra la cuestión del precio. No creo que sea caro para todo lo que ofrece, pero puede ser duro de afrontar cuando tenemos en cuenta que no innova demasiado, siendo este un aspecto importante. Personalmente, no me arrepiento de haberlo probado y creo que me ha ofrecido bastantes cosas como jugador, pero eso ya es cosa mía. Pese a esto, también os digo que creo que le falta algo más y que en varios momentos me ha sabido a poco.


- Gran profundidad estratégica.
- Buena variedad de personajes y opciones de combate.
- Es un juego en el que se siente pasión por el género.
- El contenido de esta primera parte es bastante decente.
- Tiene una base muy sólida.

- No arriesga ni innova, por lo que es un poco más de lo mismo de siempre.
- No está en español y a veces tiene errores en los controles.
- El precio puede ser un impedimento para darle una oportunidad.