¿Imaginas un mundo donde, todo lo que dibujaras en tu cuaderno, se volviera realidad? Concrete Genie, el nuevo exclusivo de PlayStation 4, hará que tus obras maestras cobren vida.
Bienvenido a Denska
Concrete Genie nos cuenta la historia de Ash, un chico solitario se pasa cada día sentado en el puerto de Denska dibujando en su cuaderno. Ash sufre acoso por parte de un grupo de matones por ser el «chico rarito y solitario». Es por ello que suele centrar sus esfuerzos en dibujar monstros. O como él los llama: genios. Los considera, inclusive, sus únicos amigos aunque sean productos de su imaginación plasmados en un cuaderno.
Pero un día todo cambia cuando Luna, uno de sus genios, cobra vida por arte de magia y le regala un pincel mágico que le permitirá pintar las calles de Denska. Y es que la urbe tiene un papel muy importante en el argumento. No solo es el escenario principal del juego, sino que también tiene su propia historia. Hace años era un lugar muy concurrido y lleno de vida, pero un día, de pronto, todo el mundo se fue, la ciudad se llenó de oscuridad y Denska quedó desierta y abandonada.
La misión de Ash será simple: con su pincel mágico tendrá que ir coloreando las calles de Denska consiguiendo así iluminar unas bombillas que se encuentran repartidas por toda la ciudad. Una vez todas las bombillas de una zona queden iluminadas podremos dibujar nuestra obra maestra acabando con la oscuridad que había en aquel lugar.
El juego cuenta con seis capítulos, cuatro para purificar de lobreguez cada zona. Por otro lado, los dos últimos dan paso a la lucha final de Ash contra las tinieblas. Las dos partes en las que se divide el juego están muy bien diferenciadas: en la primera, válgase la redundancia, tendremos que limpiar la negrura de la ciudad coloreando sus distritos. A continuación, en la segunda deberemos luchar contra ella.
Mecánicas sencillas e intuitivas
El juego no tiene una dificultad muy excesiva, al contrario. Creo que es un juego para todos los públicos que incluso a los más pequeños puede llegar a gustar por su colorido diseño. Los controles principales del juego serán los del modo pintura. Con R2 podremos usar nuestro pincel mágico para decorar las calles de Denska, mientras L2 nos permitirá borrar lo último que hayamos hecho, si es que esto no nos gusta.
Algo que me ha gustado mucho, aunque ha sido bastante caótico —para qué engañarnos— ha sido la propia forma de pintar. Tendremos que mover el Dualshock 4 como si este fuera el pincel, lo que me parece genial, porque así es mucho más sencillo y, como he dicho anteriormente, hace de este un juego perfecto para que hasta los más pequeños puedan probarlo y disfrutarlo. Sin embargo, es bastante abstracto en el sentido de que, si no dibujas muy bien, te pueden salir verdaderos desastres.
Dentro del modo pintar podremos elegir diferentes modelos como flores, árboles, animales, estrellas… En ciertas ocasiones podremos dejar volar nuestra imaginación y dibujar lo que queramos, pero en otras tendremos que seguir unas instrucciones. Y de ello se encargarán los genios. A lo largo del juego nos encontraremos con ciertos obstáculos que nuestros amigos los genios nos ayudarán a superar. Hay tres tipos diferentes. En primer lugar, los rojos, que pueden quemar cosas. Seguidamente, los amarillos, que nos ayudarán a dar electricidad a ciertos lugares. Para terminar, los azules, que podrán soplar tan fuerte que crearán corrientes de viento.
Estos genios, en ciertas ocasiones, nos pedirán hacer unos dibujos muy concretos para compensarnos con súper pintura, una tipo especial que nos permitirá colorear sobre las paredes recubiertas con lobreguez. No hay otro modo de borrarla. Por último, algo muy importante que podremos hacer a lo largo del juego es saltar. Ash tendrá que huir en ciertos momentos de los gamberros que le persiguen y, ¿qué mejor manera que por los tejados? Los saltos no solo nos ayudarán a huir, sino también a saltar obstáculos e incluso a esquivar ataques enemigos.
Apartado técnico
Lo primero que me ha llamado la atención ha sido su estética. Concrete Genie no destaca por tener los mejores gráficos de la generación, pero va acorde a la historia que nos quiere contar. Además, hay ciertas partes en las que se nos narra la historia a través de dibujos que queda precioso en pantalla. Visualmente es muy colorido. Hay un gran contraste entre la negrura de la ciudad y los llamativos dibujos que Ash va haciendo por sus calles.
Solo con ver el capítulo inicial en el faro ya podemos hacernos una idea de lo que nos vamos a encontrar, y es realmente bonito. El juego viene perfectamente doblado al castellano con unas voces bastante adecuadas para los distintos personajes. No desentona en absoluto y te permite poder disfrutar de las vistas sin tener que estar todo el tiempo leyendo los subtítulos mientras los personajes hablan, cosa que se agradece en este tipo de juegos donde lo importante es pararte a mirar el paisaje.
Un juego que a nivel audiovisual destaca
Los efectos de sonido están muy logrados. Se aprecia perfectamente cuando estamos andando por madera, piedra o por calles mojadas. A su vez, los efectos cuando movemos el pincel desprenden ese aire de magia que tanto nos gusto. Por el lado contrario, y en mi opinión, lo que sí flojea un poco más es la banda sonora.
Es bonita y será una de esas tantas que te gustará ponerte de fondo mientras haces cualquier otra cosa. No obstante, es una música triste y melancólica —con unos toques alegres en ciertos momentos— en todo momento. Creo que podría haberse mejorado su impacto haciendo de ella algo más oscura para puntos concretos del juego; seguir con el tono triste de siempre puede llegar a ser cansado. Con todo, creo que Sam Marshall ha hecho un trabajo increíble con la música de Concrete Genie.
La duración es algo corta, aunque depende de tu nivel de coleccionismo. La historia te llevará entre 3 y 4 horas como mucho. Sin centrarme mucho en los coleccionables, conseguí sacarme algo más del 50% de los trofeos. Sí quieres completar el juego al 100%, probablemente puedas estirarlo hasta las 10 horas sin problema. Además, por el precio que tiene el juego, es una duración bastante correcta.
Análisis Concrete Genie, conclusiones
Concrete Genie es un juego bonito, llamativo y colorido. Pueden jugarlo los más peques de la casa sin ningún tipo de problema, puesto que cuenta con controles muy sencillos y es muy intuitivo a la hora de pintar, que prácticamente abarca el 90% del gameplay. Cuenta con dos partes muy bien diferenciadas, y hay que decir que la primera es de sobresaliente. La segunda, sin embargo, puede resultar algo aburrida y repetitiva, llegando incluso a hacer que pierdas el interés por momentos.
Con un apartado técnico mejorable, pero que no deja de ser justo lo que buscaban con este juego, tiene una estética que pega a la perfección con la temática de la historia. Las calles de Denska brillan de nuevo gracias al trabajazo de Pixelopus y yo he podido disfrutar de un gran juego que no dudaré en completar al 100%.
Análisis Concrete Genie. Clave de juego para PS4 cedida por Precision Spain.