
Cuando me hablaron por primera vez de Civilization era poco más que un imberbe que no tenía ni idea de lo que era la estrategia de verdad. De hecho, mi primera experiencia real con la saga no llegó hasta Civilization IV, una de mis entregas preferidas. Ahora, 20 años después, me cuesta hasta creerme que os esté ofreciendo un análisis de Civilization VII.
Lo hago —hasta cierto punto— con algo de miedo, puesto que Firaxis ha intentado construir un verdadero punto y aparte con esta séptima entrega. Sin perder de vista su legado, y teniendo muy clara cuál es su esencia, han renovado una fórmula que hasta ahora parecía inamovible.
Para bien o para mal, los veteranos nos enfrentamos a una saga renovada que ha querido mover ficha ante los tiempos que corren. Si lo han hecho con más o menos acierto solo el tiempo lo dirá, puesto que las opiniones están siendo muy dispares en setos momentos.
Desde el lado más crítico, he visto muchas opiniones muy positivas, mientras que los usuarios de Steam y Metacritic que han tenido acceso al juego antes de tiempo gracias a las ediciones deluxe y fundadores. Actualmente, cuenta con un 51% de críticas positivas.
Hasta cierto punto, entiendo sus quejas. En estos momentos, Civilization VII se siente algo corto de contenido, aunque no es una novedad: pasó con la sexta entrega y se resolvió conforme fueron llegando los parches de contenido y DLC.
Comparto esta opinión. Aunque el nuevo sistema de eras hace que cada partida se sienta muy única, el número de líderes disponibles en su versión de día 1 es un tanto escueta. Además, carece de la personalización y profundidad de su predecesor.
Análisis de Civilization VII


Por suerte, esta situación no me genera desconfianza ninguna. Ya la viví con Civi 6 y hoy en día puedo decir que es un grandísimo juego, por lo que le auguro (la base, si comparo las versiones de día 1 de ambos juegos, es mejor) un futuro incluso más prometedor.
Dicho esto, no creo que el juego esté tan mal como algunos usuarios —no digo que estén equivocados, es simplemente que cada uno tiene su opinión— afirman en distintas plataformas. Es más, si me preguntáis a mí, os diré que he disfrutado bastante de la experiencia.
Sobre todo porque en este Civilization 7 he visto muchas ideas muy buenas que para otros no lo son tanto. Me refiero, en efecto, al sistema de eras. La mayor diferencia de la séptima entrega de Sid Meier’s respecto a las anteriores es que ahora tenemos una especie de evolución.
Para que os hagáis una idea de cómo funciona, cada partida se divide en tres eras: Antigüedad, de los Descubrimientos y Moderna. En cada una controlaremos a un líder y a una civilización, por lo que todo lo que hagamos tendrá consecuencias.
Os pongo un ejemplo: escogéis un líder y una civilización a vuestro gusto, pudiendo combinar ambos elementos de la manera que queráis. Sí, podéis jugar con Carlomagno en Egipto, Grecia o Roma, entre otras muchas combinaciones.
Decidís, haciendo alarde de las virtudes de Carlomagno como líder, adoptar una estrategia enfocada en la guerra. Lográis cumplir varios retos y misiones, cumplir distintos objetivos y completar la era. Al ir a la siguiente, todo eso se «pierde»… hasta cierto punto.
Sid Meier’s abre las puertas de una nueva era

Cuando tu civilización y el resto lleguen a su fin, llegarán otras nuevas, por lo que tendrás que elegir a un sucesor. En efecto, volverás a escoger civilización y líder, pero tendrás unas u otras opciones con base en tu elección anterior y la ruta que hayas seguido.
Esto le da un toque muy distinguido a cada partida, puesto que no hay dos iguales. Curiosamente, el cambio de una era a otra no es cuestión de tiempo, sino de objetivos. Tanto tú como el resto de jugadores (ya sean humanos o controlados por la IA) pueden producir un cambio de era si cumplen el 100% de los retos que se les han asignado.
Esto le da un toque muy peculiar a cada partida, puesto que la presión que sientes es muy diferente en función de la dificultad que le asignes a la IA o de la habilidad del resto de jugadores. Del mismo modo, es muy gratificante ser quien lleva la iniciativa.
Además, esto tiene efectos en el resto de eras. Si eres quien lleva la era actual a su fin, obtendrás diferentes ventajas. Por el lado contrario, si te has quedado rezagado, es posible que obtengas capacidades que solo se pueden conseguir al pasar por una fase más oscura.
Es una mecánica que le da muchísima personalidad al juego, siendo uno de los que más justifican el cambio de una entrega a otra. A diferencia de otros Civi, este sí que se siente como algo nuevo más allá de lo gráfico. En este ámbito, por cierto, es el más puntero de la saga con mucha diferencia.
Civilization 7 marca un antes y un después dentro de la saga

Volviendo al tema de las eras, entended esto como una especie de reinicio dentro de cada partida. Conservaremos unidades y territorio, pero los objetivos se reiniciarán, nuestras relaciones políticas dejarán de existir y renaceremos como una nueva civilización.
Al hacer esto, es más fácil mantener el interés a largo plazo, ya que ir muy por detrás o muy por delante no es sinónimo de victoria. Lo malo es que la sensación de logro no es tan evidente en ciertos momentos, pudiendo ser hasta frustrante ‘perder’ todo lo conseguido en una era al cambiar a la nueva.
Además, no me ha convencido del todo el hecho de que no podamos mantener civilización y líder entre cambios de era. Personalmente, creo que habría sido mucho mejor dar ambas opciones: cambiar y mantener, aunque sea mediante un discípulo o un descendiente generado de manera aleatoria que mantenga las características de su predecesor.
Sin más, se pierde un poco la sensación de unidad; no te sientes tan cerca de tu civilización como antes, pues sabes que —pase lo que pase— tendrás que acabar cambiándola por otra cuando llegue el momento. No es lo único que te puede hacer perder el hilo.
El tutorial tampoco funciona como debería. Sin más, está demasiado anticuado, pues se resume en una serie de consejos por texto y en una enciclopedia bastante densa que es de todo menos interactiva. A quienes ya tenemos experiencia en la saga no nos hace demasiada falta, pero para un nuevo jugador no es demasiado intuitiva o atractiva.
Análisis de Civilization VII: conclusiones

A esto le podemos agregar un sistema de combate mejorado, más intuitivo y con unidades como los Comandantes, los cuales pueden ejercer como núcleo de tu ejército y ofrecerte más variantes que nunca. Bien acompañado de una interfaz bastante intuitiva y un menú más agradable, llama más la atención.
Hay a quienes no les gusta, pero personalmente creo que han sabido dar con la tecla mediante una interfaz mucho más orgánica que antes. No diré que es la más bonita del mundo, pero es funcional, que es lo que realmente me interesa. Eso sí, tanto en esta como en el juego hay alguna que otra errata (como en alguna traducción que desaparece de repente).
Más allá de eso, el juego funciona bastante con soltura; ha sido bien optimizado y responde adecuadamente a nivel técnico. Eso sí: los tiempos de carga son más elevado de lo que nos gustaría. Esto es algo que duele un poquito, sobre todo teniendo en cuenta que es más exigente que nunca gracias a sus mejores gráficos y sus constantes eventos.
Y es que esa es otra: ahora es más habitual que aparezcan eventos aleatorios que marquen el devenir de nuestro imperio mediante pequeñas decisiones que van construyendo poco a poco nuestra identidad política y social. Cuando juntas todos estos factores, lo que al final te queda es un estupendo juego de estrategia por turnos que se extiende en muchos ámbitos.


- El sistema de eras es una novedad atractiva que le da mucha fuerza a las partidas.
- Los turnos están mejor construidos gracias a una economíga general más ajustada.
- Visualmente, es el mejor juego de toda la saga y con mucha diferencia.
- Está bastante bien equilibrado y, aunque se puede romper la balanza mediante diferentes técnicas, está bien diseñado.
- Es el Civi que más alternativas nos ofrece in game.
- Sabe mantener la esencia de los originales y renovarse al mismo tiempo.

- Los mapas a veces son demasiado pequeños.
- Los tiempos de carga pueden resultar molestos.
- La interfaz puede no gustar a muchos jugadores.
- Le falta algo más de variedad en líderes y civilizaciones.